Estamos frente a una crisis sin precedentes, que dejará secuelas perdurables sobre distintos aspectos de la economía internacional y regional, lo cual se expresará en un amplio desempleo, menor crecimiento, contracción comercial y déficit fiscales, aseveró.
Entre los principales efectos de la crisis, la titular del organismo de Naciones Unidas mencionó que el comercio regional cayó en abril pasado 31.8 por ciento en valor y 19.7 por ciento en volumen.
Las exportaciones, en tanto, retrocedieron en el mismo mes 29.2 por ciento en valor y 9.2 por ciento en volumen, mientras las importaciones cayeron 34.6 por ciento en valor y 29.9 por ciento en volumen, detalló Bárcena.
De acuerdo con estimaciones de la Cepal, la tasa de desempleo en la región aumentará hasta 9 por ciento, lo que equivale a 4 millones de nuevos desempleados, que se sumarán a las 15 millones de personas que ya están sin trabajo.
El PIB de la región caerá este año un promedio de 1.9 por ciento, cifra muy inferior al 4.2 por ciento de expansión con que cerró en 2008. Bárcena advirtió que todos estos indicadores “tendrán un impacto negativo sobre la pobreza en una región en la que aún hay más de 180 millones de pobres y más de 70 millones de indigentes.
Otro efecto será una baja en las remesas, que en 2008 tuvieron un monto de 69 mil millones y ahora se habla de 60 a 61 mil millones, es decir, 10 por ciento menos a nivel regional. Además, la región también recibirá menos flujos por concepto de inversión extranjera directa (IDE), que será seis veces menor que las remesas.
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