Demostrando la fuerte disminución de la demanda y la sostenida caída de la inflación, en su reunión mensual de política monetaria el Consejo del Banco Central acordó reducir la tasa de interés en 50 puntos base, con lo que queda en 1,25 por ciento anual, uno de sus mínimos históricos. Aunque tardíamente (recordemos que el Central durante el año pasado elevó en forma sostenida la tasa de interés), la medida busca revertir la tendencia negativa que tiene la actividad económica y el sostenido aumento del desempleo.
La economía chilena enfrenta una delicada coyuntura producto de la caída en la producción industrial, caída en las ventas, caída en la construcción y aumento sostenido del desempleo. Sigue la tendencia de la economía mundial en la cual el peligro de deflación está presente, haciendo que un escenario muy posible sea el de revivir la experiencia de Japón en los años 90, con su larga década perdida. Las condiciones crediticias se mantienen muy estrechas reflejando el impacto de las políticas adoptadas por el Banco Central durante el año pasado. Una vez más se demuestra que los economistas ortodoxos actúan reactivamente en vez de proactivamente para enfrentar los desafíos futuros.
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