Una cosa es la economía financiera y otra es la economía real. Si la economía financiera ha especulado e inflado una burbuja que multiplicó por 50 o 100 veces la economía real, el colapso debe ser de los especuladores. Por ello, Wall Street se hunde solo. Una de los temas esperables de esta crisis es la extinción de la economía-casino, que si bien ha existido en toda la historia, nunca tuvo una presencia tan salvaje y profunda como en los últimos 30 años, favorecida por la postura ideológica del lassez-faire, los postulados de Friedman y John Rawls, y la conexión en red que permitía la compra y venta de papeles las 24 horas en cualquier lugar del mundo buscando el diferencial o spread de ganancia a niveles que batieron los récord de la codicia.
Uno de los hechos que muestra esta afirmación es que el sector financiero emplea apenas el 5% de la fuerza de trabajo. Pensar que éste es el sector central de la economía es como cuando antaño se pensaba que la Tierra era el centro del Universo. Habrá que dejar de lamentar la crisis de los especuladores y comenzar a ocuparse de la economía real, la que produce y genera empleos sólidos. Si bien la economía estadounidense atraviesa su mayor crisis, no olvidemos que el tema de la burbuja bursátil es el menos relevante. Más impactante es el déficit sostenido que ha acumulado ese país desde inicios de los 80 con Reagan (cuando sermoneaba “el déficit no importa”) y que se incrementó a los tres trillones de dólares con Bush. Esta será la causa de la próxima recesión.
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