El actual modelo económico neoliberal impuesto como tratamiento de shock al mundo entero en los años 70 para controlar la inflación y el desempleo está muriendo victima de su propia receta. Las políticas neoliberales del marco monetario de Milton Friedman, que llevaron a los gobiernos a desprenderse de los recursos estratégicos y dejar todo al libre arbritio de la mano invisible del mercado, han devuelto al mundo a una situación peor a la de hace 30 años.
El proceso de desempleo, estancamiento e inflación que vivió EEUU a principios de los 70 originó el término estanflación, para designar la coexistencia de estos dos fenómenos simultáneos. Su origen estuvo en la guerra de Vietnam y en los altos costos que desequilibraron las finanzas ocasionando déficit gemelos . El cierre unilateral del acuerdo de Breton Woods adoptado por Nixon el 15 de agosto de 1971 fue la gota que colmó el vaso. Desde entonces los EEUU se dedicaron a imprimir dólares y a endeudarse con el resto del mundo con la cuña del FMI y el Banco Mundial, que obligaban a los países a acumular reservas en dólares, financiando con ello el consumo estadounidense. Ahora, ha sido la guerra de Irak y sus tres billones de dólares en pérdidas materiales la que ha provocado el colapso del sistema.
Mantener dólares ha sido funesto para los países y por ello ya Argentina y Brasil lo han eliminado de sus transacciones, siguiendo la modalidad impuesta por otros países como Rusia, China, Taiwán, India, Irán, etc. Esto ha hecho que el dólar haya iniciado una caída sin fondo en los mercados desde el año 2002. En Chile se sostiene artificialmente por los preceptos neoliberales del gobierno y el Banco Central, que optan por aquello de “pan para hoy, hambre para mañana”.
El problema es que personas que han sido criadas frente a una única visión de la economía no saben qué hacer cuando el arsenal teórico no ofrece respuestas, cuando ya toda la teoría se derrumba y solo se espera un milagro: que el petróleo baje o se encuentren nuevos yacimientos a ras de piso, o que los productos alimenticios emerjan como el maná, o como la lava de un volcán. Y es que estos economistas todavía creen que habrá una mano invisible que ordenará los mercados.
La teoría económica neoliberal no es capaz de dar ninguna respuesta frente a lo que ocurre y más aún cuando está en la génesis del problema: crisis alimentaria, crisis financiera, crisis energética, y, sobretodo, crisis humana.
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