En estos 30 años de Neoliberalismo a ultranza el mundo está quedando en bancarrota y sorprende la pasividad y ceguera interna de los bancos centrales, del FMI, del Banco Mundial, la ONU, la FAO, etc. La actual crisis que vive el planeta es una de sus muestras palpables: crisis alimentaria, crisis del petróleo, crisis del dólar, crisis financiera. ¿Algo más?
Se piensa que la ideología de la llamada contrarrevolución monetarista pregonada por Milton Friedman y sus chicago boys -que están en todos los centros neurálgicos de las decisiones económicas del mundo- resolverán la crisis cuando lo que hacen en verdad es profundizarla. Y es que la Economía que nos gobierna no tiene una mirada integradora sobre el mundo, donde se vea al planeta como un todo que se nutre y realimenta en un desarrollo sustentable; donde se haga del planeta un lugar sano y amigable para vivir. Los oikonomistas debemos anotarnos un rotundo fracaso, porque lo que rige hoy es la teoría del saqueo, de la depredación, de la explotación sin tregua y del consumismo excesivo. Nunca se había consumido tanto como en estos 30 años y la prueba más clara es la multiplicación por tres de la brecha entre ricos y pobres.
Lo más grave de todo son las respuestas que dan los cerebros del sistema:
el alza del petróleo y los alimentos “se debe a fenómenos coyunturales y especulativos”, y la crisis financiera es “el reventón de una burbuja que ya tocó fondo”.
Lo cierto es que la crisis no ha tocado fondo todavía, y el alza de los precios del petróleo y los alimentos se debe a problemas que lejos de ser “coyunturales”, son más bien tendenciales, y de largo plazo. Para comprenderlo conviene recordar que los recursos son “finitos”, es decir, agotables en el tiempo. Y si la superficie cultivable retrocede en beneficio del asfalto, las ciudades y las fábricas, comienza a crearse el cuello de botella en que estamos hoy.
Si a este hecho agregamos que los glaciares del Himalaya se están fundiendo a un ritmo más rápido que en cualquier otra parte del mundo, y que éstos alimentan los principales ríos de Asia (Yangztze, Ganges, Brahmaputra, Irrawady, Mekong…) que permiten el regadío de las áreas cultivables, tenemos otro rebrote de la escasez, pues el 80% de la cosecha China y el 60% de la India requieren de la irrigación que les da el Himalaya. ¿Qué pasará cuando la escasez de agua en Asia se haga más dramática? Ya los precios del arroz, el trigo y el maíz se han duplicado y hasta triplicado en algunos países.
La agricultura evolucionó en un mundo de relativa estabilidad climática durante 11.000 años. Pero en los últimos años el calentamiento global ha significado serios trastornos y se estima que por cada grado de incremento en la temperatura cae un 10% la productividad agrícola: la caída del medio ambiente afecta a los frutos de la tierra.
Los problemas son serios. Quizá son los mayores a que se ha visto enfrentada la humanidad. Y ningún gobierno ni ningún ministro los podrá resolver por sí solo. Tal como el tema del calentamiento global se está enfrentando a nivel global, la crisis actual no tiene salidas “nacionales” sino que requiere decisiones globales. Y estas decisiones globales deben responder a las preguntas que hagan del planeta un mejor lugar para vivir:
- ¿Cómo controlamos el calentamiento global y restituimos el ecosistema?
- ¿Cómo brindamos seguridad duradera en los flujos de oferta y demanda de alimentos, pensando en que éstos deben incrementarse?
- ¿Cómo logramos cerrar la brecha entre los ricos y los pobres del mundo, para que todos aspiren a una vida más digna?
PLENAMENTE DE ACUERDO
ResponderBorrarHAY QUE HACER UNA PLATAFORMA COMUNITARIA PARA SALVAR AL PLANETA, Y ESTA VEZ ES DE VERDAD Y NO COMO EN LA PELÍCULA "DIA DE LA INDEPENDENCIA" QUE ERA UNA FARSA.
eSPERO LAS ÓRDENES
uN ABRAZO
ANIBAL