Egipto está buscando un nuevo modelo económico que será diferente del sistema tradicional que se ha promovido durante años por las instituciones financieras como el Banco Mundial, el FMI, y la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID), bajo el gobierno del derrocado presidente Hosni Mubarak.
"Muchos de los egipcios después de la revolución se dio cuenta del nivel de injusticia contra ellos, y que han sido estafados por muchos años", dijo Abulezz Al-Hariri, un ex miembro de la oposición del Parlamento, "Ellos han comenzado a exigir sus derechos y este gabinete está tratando de atender a sus requerimientos."Desde mediados de los años 80, el Banco Mundial, el FMI, y la USAID impusieron las políticas que limitaban el papel del gobierno en la economía, obligaban a reducir el déficit presupuestario y daban más influencia al sector privado y las empresas.



