Lo que ocurrió en la plaza Al-Sabeen, con las multitudes gritando desafíantes y levantándose enojadas mientras agitaban sus armas, no es más que un ejemplo en miniatura de la situación yemenita que el "trío del mal" no entendió durante más de diez años.
Ali Zafer, Al Mayadeen
En una flagrante violación de la soberanía yemenita y una escalada peligrosa, la coalición del sionismo global, representada por el trío del mal: Estados Unidos, Reino Unido e "Israel", llevó a cabo una nueva agresión contra la capital, Saná, y las provincias de Hodeidah e Ibb.
Contrario a las afirmaciones de Washington y “Tel Aviv”, y sus alegaciones de que el objetivo era destruir almacenes y capacidades militares, los bombardeos del ataque tripartito se centraron en objetivos civiles, vitales, económicos y soberanos.
Estos incluyeron dos puertos en Hodeidah, una estación eléctrica y un ataque al Palacio Presidencial en Saná, y resultó en daños materiales y algunas pérdidas humanas.
Fracaso en las ecuaciones de disuasión
Recientemente, el enemigo israelí llevó a cabo un ataque contra el Aeropuerto Internacional de Saná y la estación eléctrica de Heziz, ante lo cual las fuerzas armadas de Yemen respondieron con misiles hacia el Aeropuerto "Ben Gurion" y la estación eléctrica al este de "Tel Aviv".
Como resultado, se interrumpieron los planes ferroviarios entre Ben Gurion y Jerusalén. Además, Yemen envió misiles hipersónicos más allá de "Tel Aviv", hasta Haifa.