lunes, 1 de julio de 2024

En el debate presidencial de Trump y Biden quedó claro que la democracia estadounidense es como un episodio de Beavis y Butt-Head


Alexander Dugin, Mente Alternativa

En los años 1990, la caricatura animada “Beavis y Butt-Head” dirigida por Mike Judge era popular en los Estados Unidos y Rusia. Sus héroes eran dos adolescentes estadounidenses con retraso mental, que se decían groserías el uno al otro y expresaban un pensamiento absurdo tras otro, incapaces de resolver ninguna situación doméstica. Sin embargo, a pesar de su total inutilidad e insensatez, sobrellevaban la vida de algún modo.

Cada vez que una serie de acciones idiotas los llevaban al borde del desastre total, un accidente igualmente ridículo o una ruptura en la lógica de los acontecimientos los salvaba, dándoles otra oportunidad. Pero la desperdiciaban de inmediato y el patrón se repetía. Fracaso tras fracaso, a partir de decisiones completamente equívocas, los personajes rompían todas las conexiones lógicas posibles y, al final del día, se sentaban en un sofá frente al televisor a ver vídeos de heavy metal en los que hombres con cuernos y guitarras eléctricas devoraban cabras o mujeres vivas.

Lo que el mundo vio durante el debate electoral entre Trump y Biden fue solo un nuevo episodio de Beavis y Butt-Head. Y de alguna manera ambos parecen sacados de personajes de dibujos animados: Trump es una nueva versión de Butt-Head (hasta tiene exactamente el mismo peinado), y Biden es una nueva versión de Beavis. Pero lo más alarmante es que el contenido del debate estuvo totalmente en consonancia con el espíritu del espectáculo.

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Ver: Espectáculo de payasos o stand-up comedy: el nivel político de EEUU nunca ha sido tan bajo


Del neoliberalismo al neofeudalismo, el sometimiento de la clase trabajadora

El ajuste neoliberal del que la población europea fue víctima desde 2008 hasta, al menos, el año 2014, no fue únicamente una política económica destinada a sanear las finanzas públicas. Fue, ante todo, una política de clase para disciplinar a las clases trabajadoras

Alberto Garzón Espinosa , elDiario.es

El fantasma que recorre Europa desde hace al menos una década es el de la frustración, canalizada actualmente por el vector de la extrema derecha y convertida políticamente en odio. Las fuerzas reaccionarias llevan años avanzando en muchos países europeos, y es muy probable que durante las próximas semanas asistamos a una nueva demostración de fuerza en las elecciones legislativas francesas.

Los reaccionarios han trabajado en la construcción de nuevos consensos mucho más que en la coerción, aunque no hayan renunciado a esta última en absoluto, especialmente cuando llegan al poder, como demuestra el caso de Argentina. Su influencia se manifiesta en la penetración de todas las esferas del Estado, desde la judicatura hasta las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, pasando naturalmente por las grandes empresas y por los altos funcionarios. Han ido colonizando diferentes grupos sociales ayudados por la gran acumulación de instrumentos de comunicación, una generosa financiación y una estrategia política dirigida a gestionar la gran ola de frustración y rabia generada por el fracaso neoliberal.

domingo, 30 de junio de 2024

El Arte de la Civilización: los Fundamentos Culturales de los BRICS

Dentro del Foro Económico Internacional de San Petersburgo se celebraron muchas reuniones, debates y conferencias. El filósofo Aleksandr Dugin, miembro del Club Izborsk, expresó sus opiniones acerca de este tema en la mesa “Los fundamentos culturales de los BRICS. ¿Pueden los BRICS convertirse en un nuevo mercado cultural?”

Aleksandr Dugin, Izborks-Club

Comprender cual es el objetivo que deben desempeñar los BRICS en la actual situación mundial, que papel juegan y están llamados a cumplir puede llevarnos a replantear por completo, en los años venideros, la situación misma de la humanidad. Desde la década de 1990, e incluso desde antes, la globalización fue un proceso basado en un modelo unipolar, es decir, que el Occidente globalista y liberal sostenía abiertamente que su civilización era la única que poseía una primacía sobre las demás. Y en caso de que los otros pueblos quisieran desarrollarse, entonces debían copiar su tecnología, sistemas políticos, económicos, culturales, diplomáticos y educativos.

El objetivo era ser como Occidente y entonces la humanidad y el mundo se unificarían. El mundo globalizado se identificaba abiertamente con Occidente y los criterios ideológicos postmodernos que debían regir sobre toda la humanidad. Incluso, hoy en día, Occidente sigue afirmando que “debemos unirnos sobre estos principios”. No obstante, poco a poco hemos visto el surgimiento de otros actores soberanos que no tienen nada que ver con el Occidente global. Este problema fue señalado por el politólogo estadounidense Samuel Huntington, quién afirmaba que pronto se produciría un choque de civilizaciones. El problema es que la mayoría de quienes leen a Huntington cometen el error de enfocarse en la primera palabra, es decir, en el choque, pero ignoran por completo la segunda: las civilizaciones.

El hombre residual: Reflexiones sobre un ensayo de Valerio Savioli


Giovanni Sessa, Pagine Filosofali

Entre los estudiosos del ámbito inconformista es preciso otorgar a Valerio Savioli un lugar importante. Esta afirmación ha quedado confirmada con la lectura de su última obra, L'Uomo Residuo: Cultura de la cancelación, “corrección política”, muerte de Europa, que se puede encontrar en las librerías il Cerchio (por encargo: info@cerchio.it, pp. 283, euro 25,00). Se trata de una obra en la que el autor establece una amplia comparación con la cultura contemporánea, deteniéndose, en particular, en delinear los rasgos de lo que define como el Hombre Residuo, especie antropológica producida en un largo curso histórico por la convergencia de pseudo-valores pertenecientes a lo “corrección política” que, radicalizados, han dado origen a la cultura de la cancelación. Hace unos años, Giuliano Borghi, en un ensayo profético, preconizó el advenimiento del homo vacuus como sucesor del homo religiosus y del homo oeconomicus, caracterizado por ser fluido y espiritualmente insustancial que no se diferencia de esos “hombre de raza esquiva” de los que hablaba Evola.

sábado, 29 de junio de 2024

Espectáculo de payasos o stand-up comedy: el nivel político de EEUU nunca ha sido tan bajo

Las cualidades morales y las habilidades retóricas de los líderes estadounidenses están disminuyendo a medida que declina el poder político de Estados Unidos

Lucas Leiroz, Strategic Culture

El 27 de junio se celebró el primer debate presidencial entre Joe Biden y Donald Trump. Ambos candidatos dejaron claro el bajo nivel político estadounidense, con discusiones que se redujeron a ofensas personales, retórica ad hominem y todo tipo de actitudes descalificativas. Los votantes estadounidenses tendrán realmente dificultades para elegir cuál de las dos opciones es la “menos mala”.

No hubo debate de proyectos ni de ideas por parte de ninguno de los candidatos. En sus presentaciones, se limitaron a intentar “descalificarse” mutuamente con todo tipo de ataques personales posibles. Se hicieron comentarios sobre el aspecto físico, la edad, las habilidades deportivas e incluso la vida sexual y privada de los candidatos. Todo lo irrelevante, grotesco e innecesario fue dicho por Biden y Trump. No se mostró ninguna propuesta de solución a los problemas de Estados Unidos. No se propuso nada positivo para el pueblo estadounidense.

Un intento de golpe con vientos del Norte

Faltó muy poco para que el legítimo Gobierno boliviano de Luis Arce fuera derrocado por un golpe militar encabezado por el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Juan José Zúñiga. La firme posición del presidente, el apoyo de las organizaciones obreras y del pueblo, lograron detener la embestida.

Hedelberto López Blanch, Rebelión

De suma importancia resultó la cobertura en vivo que realizó Telesur que a la par que ofrecía imágenes en vivo, su corresponsal y los locutores del estudio daban datos y ofrecían declaraciones de líderes y organizaciones del mundo que rechazaban el golpe.

El miércoles 26 de junio, mientras el presidente Arce se reunía con su equipo en la Casa de Gobierno, la Plaza Murillo fue invadida por cientos de militares, quienes reprimieron con gases a la población allí presente y rompieron la puerta del Palacio Quemado para luego intentar tomar el Órgano Ejecutivo.

Dos horas que conmovieron a Bolivia

Una de las principales tareas de la embajada de EEUU es explotar y exacerbar las contradicciones entre Luis Arce y Evo Morales, así como la lucha intestina en el oficialista MAS

Carlos Fazio, La Jornada

El fallido golpe de Estado militar del general Juan José Zúñiga en Bolivia encierra una serie de interrogantes y rarezas, incluida la versión sobre un eventual autogolpe del presidente constitucional Luis Arce, pero se encuadra dentro de la guerra híbrida del Comando Sur del Pentágono y la embajada de EEUU en La Paz. Tiene que ver, también, con la larga tradición putschista del generalato boliviano, formado técnica e ideológicamente con base en la Doctrina de Seguridad Nacional y la guerra de contrainsurgencia que se enseñan en las academias militares de EEUU.

El 24 de junio, la canciller boliviana, Celinda Sosa Lunda, convocó a la encargada de negocios Debra Hevia, titular de la embajada de EEUU, y le planteó un reclamo por una serie de pronunciamientos y acciones realizados por parte del personal a su cargo, considerados como una intromisión en los asuntos internos del país. El escueto comunicado de la cancillería no dio mayores detalles, pero dos días después se produjo la intentona sediciosa del comandante de las fuerzas armadas, general Zúñiga, ex jefe del Estado Mayor del ejército y experto en inteligencia militar.

viernes, 28 de junio de 2024

Julian Assange: libre por fin, pero culpable de ejercer el periodismo

El despiadado y todopoderoso aparato de inteligencia estadounidense no se andará con rodeos y no hará prisioneros para castigar a cualquiera, en cualquier lugar, que se atreva a sacar a la luz los crímenes imperiales.

Pepe Escobar, Strategic Culture

El Gobierno de Estados Unidos -en virtud del «orden internacional basado en normas»– ha dictaminado de facto que Julian Assange es culpable de ejercer el periodismo.
Edward Snowden ya había señalado que «cuando exponer un crimen es tratado como cometer un crimen, estás siendo gobernado por criminales».
Criminales como Mike «Mentimos, Engañamos, Robamos» Pompeo, ex secretario de Estado de Trump, que había planeado secuestrar y matar a Julian cuando era jefe de la CIA.

La indomable Jennifer Robinson y el abogado estadounidense de Julian, Barry Pollack, lo resume todo: Estados Unidos ha «perseguido el periodismo como un delito».

Julian se vio obligado a sufrir un Vía Crucis atroz porque se atrevió a sacar a la luz los crímenes de guerra del Gobierno de Estados Unidos; el funcionamiento interno del ejército estadounidense en su Guerra del Terror (la cursiva es mía) en Afganistán e Irak; y – Santo de los Santos – se atrevió a publicar correos electrónicos que mostraban que el Comité Nacional Demócrata (DNC) estaba en connivencia con la famosa arpía belicista Hillary Clinton.

Julian Assange: ejemplo de tortura sistémica


Marcos Roitman Rosenmann, La Jornada

La libertad no es una concesión. Es el resultado de múltiples luchas sociales que han marcado la evolución de los derechos humanos en todas sus dimensiones. No hablamos de la libertad neoliberal de elegir: o beber vino o tomar gaseosa, al cual se aferran los libertarios para suspender la primera condición del ser humano, su dignidad. Negar los derechos humanos como parte de un orden democrático, es contradecir el valor de la justicia en tanto expresión de una ley igual para todos. Si nos circunscribimos al caso de Julian Assange, al despojarlo de su dignidad, se manifiestan los argumentos para su detención: presentar la libertad de prensa e información bajo el dilema utilitarista de proteger un bien mayor. Acusado de violar secretos de Estado, poner en cuestión la seguridad nacional y comprometer la vida de personas estadunidenses, se inició su persecución.

Una vez detenido, de manera continuada y sistemática, durante cinco años, fue sometido a tortura síquica, cuyas repercusiones físicas demuestran el grado de inquina con la cual se aplicaron. Vivir en una prisión de máxima seguridad sin ver la luz del sol durante 23 de las 24 horas del día, en una celda de 2×3 metros, imposibilitando cualquier movimiento más allá de los siete pasos, ha sido el método para lograr una confesión: declararse culpable de espionaje. Sus carceleros son conscientes. Lo saben jueces, fiscales y letrados de la acusación que lo han permitido con la finalidad de terminar con la resistencia de Julian Assange.

La "guerra" de Putin para remodelar el Zeitgeist estadounidense

Sólo comprendiendo y tomando en serio las advertencias nucleares rusas podremos excluir el riesgo de que entren en juego armas nucleares.
Alastair Crooke, Strategic Culture

El G7 y la posterior «Conferencia de Bürgenstock» suiza pueden entenderse -en retrospectiva- como una preparación para una guerra prolongada en Ucrania. Los tres anuncios centrales que surgieron del G7 –el pacto de seguridad de Ucrania de 10 años; el «préstamo de Ucrania» de 50.000 millones de dólares; y la confiscación de los intereses de los fondos congelados rusos– así lo demuestran. La guerra está a punto de intensificarse.

Estas posturas pretendían preparar a la opinión pública occidental antes de los acontecimientos. Y, por si quedaba alguna duda, la ampulosa beligerancia hacia Rusia que se desprendía de los líderes electorales europeos era suficientemente clara: Pretendían transmitir una clara impresión de que Europa se prepara para la guerra.

¿Qué nos espera entonces? Según el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby:
La posición de Washington respecto a Kiev es ‘absolutamente clara’:
Primero tienen que ganar la guerra.
Primero tienen que ganar la guerra. Así que, número uno: Estamos haciendo todo lo posible para asegurarnos de que puedan hacerlo. Luego, cuando acabe la guerra… Washington ayudará a construir la base industrial militar de Ucrania.

jueves, 27 de junio de 2024

¿Hacia la nueva Guerra Mundial?


Diego Fusaro, Posmodernia

Curiosidad, rumor y equívoco no han dejado de constituir los elementos fundamentales de la heideggeriana «existencia inauténtica» (uneigentliche Existenz) del mundo alienado promovido por las actuaciones engañosas de la industria cultural. La curiosidad de la opinión pública, es decir, la «incapacidad de detenerse sobre aquello que se presenta», se ve alimentada por el desvío continuo de la atención hacia nuevos objetos puestos ad hoc en el primer plano mediante la manipulación organizada, con el fin de domar las mentes y moldearlas de acuerdo al orden ideológico. En este aspecto, ejemplos emblemáticos siguen siendo aquellos de las inexistentes «armas de destrucción masiva» y las igualmente inexistentes «armas químicas«, estratagemas ideológicas con las que la opinión pública fue inducida, en el primer caso, a aceptar pasivamente la agresión al Irak de Saddam en 2003 y, en el segundo, a prepararse para la invasión de la Siria de Assad en 2013. Tan pronto como se hizo evidente que se trataba de simples entia imaginationis, la curiosidad de las masas fue redirigida hacia otra parte.

Se comprende entonces en qué sentido, como sugiere Heidegger, la curiosidad siempre va acompañada de la distracción. El curioso “está en todas partes y en ningún lugar”, manipulado por los mecanismos anónimos e impersonales del “se dice” del circo mediático, de modo que su atención fluctúa permanentemente entre cuestiones irrelevantes presentadas como decisivas, sin poder nunca detenerse sobre la contradicción sistémica constantemente ocultada. La curiosidad, por demás, es aliada estratégica de la cháchara, es decir, de la «posibilidad de comprender todo sin ninguna apropiación preliminar de lo que se quiere comprender». El chismorreo corresponde, en efecto, al recurso aparentemente anónimo (en realidad ideológicamente connotado) del «se dice«, mediante el cual el lenguaje, más que revelar el ser, lo oculta y lo vuelve indescifrable en el acto mismo con el que lo hace aparecer de fácil acceso y al alcance de todos.

miércoles, 26 de junio de 2024

La pregunta no es si habrá guerra, sino qué guerra habrá


Andrea Zhok, Arianna Editrice

Hace unos días, el Presidente serbio Vučić expresó su gran temor de que nos separen tres o cuatro meses de la Tercera Guerra Mundial. Ya sea una evaluación realista o tal vez una aprensión excesiva por parte de quienes ya han experimentado de primera mano el carácter "eminentemente defensivo" de la OTAN, esto sólo lo descubriremos viviendo. Sin embargo, ahora podemos hacer algunas consideraciones generales sobre las líneas de tendencia emergentes.

Desde el punto de vista de una confrontación directa entre grandes potencias militares, la cuestión crucial se refiere a la percepción interna del carácter "decisivo" del conflicto regional en curso. Para Rusia está muy claro, y lo ha estado desde el principio, que se trataba de una amenaza percibida como existencial. Aquí la asimetría del enfrentamiento debe ser bien percibida: en la guerra de la OTAN en Ucrania Rusia es, para Occidente, formalmente el agresor, habiendo violado las fronteras ucranianas con sus tropas. Pero Rusia se siente atacada porque ha visto año tras año los preparativos de la OTAN en sus fronteras (ejercicios conjuntos, construcción de infraestructura militar, cambio de régimen tras el golpe en Maidan, persecución de sus minorías en Ucrania, etc.). Estos acontecimientos fueron lamentados como precursores de una agresión directa o del posicionamiento de una ventaja estratégica que potencialmente pondría en jaque las defensas rusas.

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