viernes, 7 de febrero de 2020

Desigualdad social, fuente de toda riqueza


Eduardo Lucita, Rebelión

La desigualdad social global está “fuera de control”. Esta es la conclusión más general a la que arribaron un conjunto de organizaciones no gubernamentales reunidas en Oxfam, organismo internacional que busca combatir la injusticia de la pobreza en el mundo.

Según los datos informados por Oxfam en los días previos a la reciente reunión del Foro Económico Mundial en Davos, los multimillonarios más ricos del mundo -aquellas personas que su patrimonio supera los mil millones de dólares- suman 2153 y poseen más riqueza que el 60 por ciento de la población mundial. El 1% más rico del mundo tiene más del doble de riqueza que el 90% (6.900 millones de personas) de la población mundial. O que solo 26 personas poseen lo mismo que la mitad de la población (3.800 millones).

“La desigualdad en el mundo está profundamente arraigada y ha alcanzado un nivel escandaloso” concluye el informe citado que se basa en datos oficiales del FMI, el BM y la CEPAL entre otros organismos internacionales.

No es obra de la naturaleza


La desigualdad social, es decir aquella condición que hace que las personas tengan un acceso desigual a los diferentes tipos de recursos (ingresos dinerarios, viviendas, servicios esenciales…) no es obra de la naturaleza como nos suelen decir quienes reproducen aquel concepto que supone que “pobres habrá siempre”. Por el contrario es inherente al sistema capitalista como tal, que no puede sobrevivir sin desigualdades sociales, porque esta es necesidad y a su vez resultado de la lógica de la acumulación del capital en cada período histórico. En otras palabras, la tasa de ganancia del capital es mayor que la tasa de crecimiento de la economía.

jueves, 6 de febrero de 2020

Coronavirus, el lado oscuro de Washington contra China

-Nadie duda ahora que el impacto podrá alcanzar a los mercados financieros


Salvador González Briceño, Alai

Cual bumerang. Más pronto que tarde puede revertirse el pretendido daño a China causado por la nueva epidemia del “coronavirus 2019-nCoV”, a quien resulte responsable: Donald Trump, la CIA, el Pentágono, Occidente o la llamada “coalición internacional”.

Porque si el río suena es que agua lleva. El brote de la pandemia en la región central del país, en la ciudad de Wuhan, capital de Hubei, suena a intentona por desestabilizar al gigante asiático, conocida neumonía de Wuhan. A odio chino de raíz occidental, de dónde más.

Desde que es una amenaza, un golpe al corazón, el tema es geoeconómico o de la geopolítica, desde el gobierno estadounidense —particularmente Trump— un intento por debilitar a China por cualquier medio. Debilitarlo o desestabilizarlo como país competitivo en la hegemonía mundial.

Una muestra de dicha política es la desatada guerra económica, tarifaria y/o arancelaria que, pese a la crudeza no ha logrado sus metas. Todo lo contrario. A China la guerra le ha fortalecido, incluso mostrado al mundo como país con el desarrollo suficiente para enfrentar al imperio estadounidense. En todos los terrenos; nadie construye un hospital de 1,000 camas en 10 días para pacientes del virus.

miércoles, 5 de febrero de 2020

Brexit: las consecuencias económicas y financieras


Alejandro Nadal, La Jornada

Reino Unido ha abandonado definitivamente la Unión Europea. El referéndum del 23 de junio de 2016 ha llegado a su culminación. Los ciudadanos de Reino Unido ya no son ciudadanos de la Unión Europea (UE). Es un acontecimiento de gran importancia tanto para el proyecto de una Europa democrática como para Reino Unido. Y las repercusiones se harán sentir en el mundo entero.

Por el momento, sin embargo, en la vida cotidiana los ciudadanos de Reino Unido no van a experimentar grandes cambios. Eso se debe a que ahora se ha abierto un periodo de transición de 11 meses para negociar los términos de la relación que mantendrán en el futuro Reino Unido y la UE. Es decir, hasta diciembre de este año Reino Unido permanecerá en el mercado integrado y la unión aduanera de la UE. Mercancías y capitales, así como personas, seguirán circulando libremente dentro de la UE y de Reino Unido, tal como sucedía anteriormente. Transcurrido este plazo el nuevo paisaje dependerá de las negociaciones entre la Comisión de la UE (con sede en Bruselas) y Londres dentro del periodo de transición.

martes, 4 de febrero de 2020

Francisco Louça: "La economía financiera impide al pueblo decidir"


Jorge O Maldonado, Público

Este martes 4 de febrero se presentó en Madrid el libro Sombras. El desorden financiero en la era de la globalización, escrito a cuatro manos por el economista portugués Francisco Louça (en la imagen) y por el estadounidense Michael Ash. Aunque se publicó en agosto, Louça visita esta semana Madrid y Barcelona para promocionar la obra, un completo análisis de los efectos de la globalización y del actual sistema financiero, caracterizado por la irrefrenable especulación. Louça es conocido especialmente por ser uno de los fundadores y liderar durante siete años, de 2005 a 2012, el Bloco de Esquerda en Portugal. Es también una de las voces más críticas de las políticas de austeridad impuestas desde la Unión Europea a su país.

¿Quién se mueve en la sombra de las finanzas mundiales?

El término economía de sombras se refiere a todas las organizaciones financieras que no son bancos comerciales y que escapan al control de los bancos centrales, a la regulación y a la garantía de depósito: agentes financieros, fondos de inversión, agencias de Bolsa, etcétera. Michael Ash y yo queríamos investigar este tipo de organizaciones porque en ellas está el origen de la crisis de 2008. Pudimos comprobar que la mayor parte de estas organizaciones o bien son de los bancos o bien tienen una relación comercial con ellos. Es decir, el sistema financiero se ha reproducido en la banca tradicional y se ha multiplicado en nuevas formas de captación de ahorro y de productos financieros, muchos de ellos ficticios cuyo valor es producto de la especulación. Eso es el sistema financiero a la sombra.

Los acuerdos comerciales, esos virus que nos gobiernan con un tufillo racista


Eduardo Camín, CLAE

Después de un año y medio de guerras comerciales, subidas arancelarias, represalias y amenazas que han pasado factura más allá de sus fronteras, había llegado- aparentemente- la hora de rebajar las tensiones.

En efecto los líderes de Estados Unidos y China firmaron este pasado 15 de enero, en la Casa Blanca una tregua, la primera fase de un acuerdo comercial teóricamente más amplio que incluirá temas más espinosos y estratégicos sobre los que hasta ahora, a pesar de la presión, ha sido imposible pactar.

Sin duda que el acuerdo comercial al que llegaron plantea la relevancia internacional de estas dos superpotencias económicas, que tienen grandes consecuencias incluso para países tan alejados de los centros mundiales de decisión.

Si bien el acuerdo suscrito por ambas naciones no resuelve ninguno de los asuntos cruciales que motivaron la escalada y deja sin cambios el grueso de las medidas proteccionistas ya en vigor, al menos despeja la amenaza de nuevos aranceles.

Greta Thunberg, Donald Trump y el futuro del capitalismo


Yanis Varoufakis, Project Syndicate

Steven Mnuchin, secretario del Tesoro del presidente norteamericano, Donald Trump, indignó a los analistas liberales en la reunión del Foro Económico Mundial de este año en Davos con un comentario sarcástico dirigido a la activista climática adolescente Greta Thunberg. En respuesta al reclamo de Thunberg de una salida inmediata de las inversiones en combustibles fósiles, Mnuchin dijo que la joven debería ir a la universidad a “estudiar economía” y después “volver a explicárnoslo”. Dos días antes, Trump se había referido a los científicos climáticos como “los herederos de los insensatos adivinos del pasado”.

La actitud de la administración Trump frente al cambio climático, y quienes hacen campaña a favor de medidas drásticas para contenerlo, es abominable, desagradable y errónea. Pero detrás de la vulgaridad y la toxicidad de Trump, Mnuchin, y otros, es lógica fría y honestidad brutal: su política es la única defensa auténtica del capitalismo contemporáneo. Y, a juzgar por el consejo condescendiente de Mnuchin a Thunberg, entienden que la economía tradicional, a diferencia de la ciencia climática, es su amiga.

Yo tampoco pude contenerme tras el comentario de Mnuchin en Davos. “Mnuchin, tristemente, tiene razón”, escribí en un tuit. “Si Greta fuera a estudiar economía tradicional, pasaría varios semestres estudiando modelos de mercados en los que ni un desastre climático ni una crisis económica es posible. ¡Es hora de transformar la política económica y la economía!”

La lucha contra la corrupción y el abuso de poder de Trump


Oscar Ugarteche, Alai

El presidente de Estados Unidos, por lo que se sabe por los medios de comunicación, utilizó su poder como tal para asegurar que el gobierno de Ucrania le sirviera de apoyo para desprestigiar al candidato demócrata rival. Para esto despidió a la embajadora estadounidense en dicho país y encima suspendió la ayuda militar americana para la guerra que Ucrania sostiene con Rusia por Crimea, en un quid pro quo, mientras el gobierno de Ucrania no diera señales de brindar la información que el candidato a la reelección necesitaba para desprestigiar a su rival.

Las diferencias de percepción entre los latinoamericanos y los estadounidenses sobre lo que constituye corrupción se puede resumir en breve en la oración sacada del New York Times del jueves 30 de enero del 2020. Dice: “Los esfuerzos para poner a los vacilantes republicanos en línea parecían funcionar ya que los abogados del presidente Trump argumentaban que cualquier cosa que un presidente hiciera para ganar la reelección era en el interés público”.

lunes, 3 de febrero de 2020

Stiglitz reclama un "nuevo contrato social" para acabar con la desigualdad

El Nobel de Economía asegura que el mundo necesita "un nuevo contrato social" que busque un equilibrio entre el mercado, el Estado y la sociedad para acabar con la desigualdad y las protestas, bajo la advertencia de que la extrema derecha "no funciona".


En entrevista con la agencia EFE, el estadounidense advirtió la necesidad de una agenda global que incluya reformas de los mercados, tumbar los monopolios y restringir la competencia desleal, así como la creación de políticas progresistas de impuestos y gastos. También auguró un fracaso en la agenda económica de Donald Trump porque cree que ni el presidente estadounidense ni su equipo "entienden la economía". "Otros cuatro años lo empeorarían aún más", apunta sobre las elecciones de noviembre en las que el mandatario buscará la reelección.

-¿Es optimista con los cambios que pueden traer las multitudinarias protestas ciudadanas?

-Soy optimista frente al cambio, es una inundación en países como Chile. Cuando miraba los datos de Chile, el nivel de desigualdad era tan alto que me sorprendía que no hubiese más disturbios civiles. Ahora tenemos los disturbios y va a haber una verdadera revisión de la Constitución.
Hay un comienzo real de reconocimiento de que hay un problema. En Chile buscaron la solución de los "Chicago Boys", y les funcionó. Ahora solo con ese reconocimiento van a comenzar a pensar. ¿Cuáles son los marcos económicos alternativos? Soy optimista. América Latina a veces se desvía de un extremo de los fundamentalistas del mercado al otro extremo y lo que espero es que entendamos que la extrema derecha no funciona, es más fácil dirigir desde un rumbo intermedio.

Cómo el pensamiento económico dominante, causante de tanto sufrimiento, se reproduce: Davos


Vicenç Navarro, Público

A raíz del 50 aniversario del establecimiento del Foro Económico de Davos (World Economic Forum), el senior editor de la sección de opinión del New York Times, Kevin J. Delaney, escribió, el pasado 21 de enero, un artículo titulado “Davos has a credibility problem” (Davos tiene un problema de credibilidad) que debería distribuirse ampliamente en España, donde en amplios círculos y esferas económicos, así como en los establishments políticos y mediáticos, Davos goza de gran prestigio y credibilidad, una virtud esta última que Kevin Delaney demuestra –con gran detalle y contundencia– que tal fórum no posee.

Este año, alrededor de 3.000 hombres (solo una minoría son mujeres) de negocios, de los cuales (según el artículo del New York Times) 100 son milmillonarios (“billonarios” en inglés), junto con dirigentes políticos, predominantemente de gobiernos y partidos de derechas, y representantes de fundaciones y think tanks financiados en su gran mayoría por grandes empresarios filántropos, como Bill Gates, George Soros y otros, dedicados a promover los méritos del capitalismo, se han reunido (como hacen cada año) en un bello rincón de los Alpes, Davos, para discutir los grandes temas del año, centrándose en aquellos que consideran una amenaza para el mundo (capitalista) y para la ideología que promueven, el neoliberalismo.

El Valor en el PIB


Michael Roberts, Sin Permiso

En la reciente conferencia de la Asociación de Economía de América, ASSA 2020, hubo una sesión sobre si el Producto Interno Bruto (PIB), la omnipresente fórmula para medir la producción nacional, era adecuado como indicador de "bienestar o de bienestar social". Se han presentado varias propuestas para intentar medir el bienestar social, incluida "cestas" de indicadores económicos y sociales, así como otros enfoques más explícitamente vinculados a la teoría económica.

La Oficina de Análisis Económico de los Estados Unidos (BEA) inició una discusión en ASSA para considerar los pros y los contras de los enfoques alternativos.

El producto interno bruto (PIB) es la forma más común de medir el nivel de producción de un país e incluso de su prosperidad. Es una medida monetaria del valor de mercado de todos los bienes y servicios finales producidos en un período de tiempo específico. Este indicador se remonta a los primeros días de la economía política clásica, cuando William Petty desarrolló el concepto básico en el siglo XVII. El concepto moderno fue desarrollado por primera vez por Simon Kuznets en 1934 para medir la producción nacional de los Estados Unidos.

Hay tres formas de medir el PIB. El primero es el enfoque en la producción, que agrega la producción de cada empresa. El segundo es el enfoque en el gasto, que resume todas las compras realizadas; y tercero, es el enfoque en los ingresos, que resume todos los ingresos recibidos por los productores.

domingo, 2 de febrero de 2020

Globalización capitalista: Una proletarización del mundo que desenmascara el “pseudomodernismo” Parte 2


Said Bouamama, Bouamamas

La regresión social que constituye la globalización es de una magnitud sin parangón desde el nazismo. Marca un cambio de las relaciones de fuerza heredadas, precisamente, de la victoria contra él. Va pareja de la desaparición de los equilibrios surgidos de la Segunda Guerra Mundial con su eje bipolar “este/oeste”, pero también sus dinámicas de luchas de liberación nacional y por un “nuevo orden internacional”, es decir, contra el neocolonialismo, de oposición a las guerras imperialistas, de exigencia de un trato igualitario para los componentes sobreexplotados de las clases populares (mujeres, personas jóvenes, inmigradas y herederas de la inmigración, etc.). Esta regresión solo ha sido posible gracias a una preparación y un acompañamiento ideológico de larga duración cuyo objetivo es trastocar las referencias teóricas e ideológicas de las personas dominadas del planeta. En nuestra opinión, la galaxia de las llamadas teorías “postmodernas” fue el vehículo principal de este combate para volver a imponer la hegemonía cultural de las clases dominantes.

El Eurocentrismo


La ofensiva ideológica que acompaña a la contrarrevolución que constituye la llamada “globalización” sólo podía ser eficaz apoyándose en unos elementos de verdad, es decir, en unas cegueras y ocultaciones previas en el propio seno de los movimientos que luchan contra el orden dominante a escala mundial. Era necesario denunciar estas ocultaciones. Sin embargo, esta denuncia fue el pretexto para fragmentar el análisis y las luchas. La denuncia no se hizo para apelar a un análisis más amplio que tuviera en cuenta la dinámica mundial del capitalismo, sino para presentar cada lucha como separada de las demás. Se ocultaba la relación sistémica entre ellas. Así, la fragmentación del análisis y de las luchas es el tronco común y el punto de llegada que comparte toda la galaxia postmoderna. Entre las cegueras y ocultaciones que han servido de base de ofensiva a esta lucha ideológica se encuentra el eurocentrismo, es decir, una lectura de la historia que confunde el universalismo mutilado del capitalismo nacido en Europa y el universalismo real. En el pasado todo esto llevó a la idea de una colonización humanitaria que se podía oponer a la colonización bárbara del capitalismo, a la tesis de la misión civilizadora de “izquierda” (que todavía perdura en muchas ONG “de ayuda al desarrollo”), a la de la “integración” de las personas inmigradas (es decir, a una lectura de sus condiciones de existencia que se refiere a sus características culturales y no a sus condiciones materiales de existencia y a las desigualdades que les caracterizan), a la justificación contemporánea o a la inacción frente a las guerras imperialistas (con el pretexto de la lucha contra la barbarie o contra un “tirano” de un país del Sur del planeta), etc.

sábado, 1 de febrero de 2020

Globalización capitalista: Una proletarización del mundo que desenmascara el pseudo "posmodernismo"


Saïd Bouamama, Bouamamas

El año 2019 estuvo marcado por movimientos populares sin precedentes durante décadas en muchos países del planeta. Desde Argelia a Sudán pasando por Líbano, Francia o Haití, estos movimientos pusieron en acción a millones de manifestantes. En el mismo año, los golpes reaccionarios y las ofensivas se multiplicaron, al igual que los intentos de explotar y secuestrar a los grandes movimientos populares. La percepción cronológica de estas luchas difundidas por los medios de comunicación nos impide hacer un balance de los desafíos comunes que significan estas movilizaciones. Del mismo modo, la importancia de una cuadrícula de lectura centrada en el euro oculta la entrada en una nueva secuencia histórica del sistema imperialista mundial y la reanudación de la iniciativa popular que lo acompaña. ¿Cómo entender este nuevo ciclo de lucha? ¿Podemos conectarlos a una base de material común? ¿Están desconectados de los discursos ideológicos dominantes?

Globalización capitalista y proletarización del mundo


Los discursos dominantes sobre "globalización" y/o "globalización" presentan esto como resultado de los avances en la ciencia y las técnicas que llevan a interacciones sin precedentes en los diferentes espacios del planeta. Según esta novela ideológica internacional, las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación habrían obsesionado a los Estados-nación, dejando obsoletas las "grandes historias" de la emancipación (socialismo, anticolonialismo, antiimperialismo, etc.) y aboliendo la lucha de clases. Tal discurso enmascara la naturaleza de esta globalización y su origen. Lejos de ser una consecuencia lógica del progreso técnico, la llamada "globalización" es el resultado de las estrategias de las grandes potencias imperialistas de la tríada (Estados Unidos, Unión Europea y Japón) para la distribución del mundo.

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