domingo, 3 de febrero de 2019

Intelectuales en carta abierta a Trump: Dejen de interferir en la política interna de Venezuela


El gobierno de los Estados Unidos debe dejar de interferir en la política interna de Venezuela, especialmente con el objetivo de derrocar al gobierno del país. Las acciones de la administración Trump y sus aliados regionales empeorarán casi seguro la situación en Venezuela, lo que llevará a un sufrimiento humano innecesario, violencia e inestabilidad.

La polarización política en Venezuela no es nueva; el país lleva mucho tiempo dividido por las diferencias raciales y socioeconómicas. Pero la polarización se ha profundizado en los últimos años. Esto se debe, en parte, al apoyo de los Estados Unidos a una estrategia de la oposición para destituir al gobierno de Nicolás Maduro por medios extraelectorales. Si bien la oposición está dividida respecto a esta estrategia, los EEUU han apoyado a los partidarios de la línea dura en su objetivo de derrocar al gobierno de Maduro mediante protestas a menudo violentas, un golpe de Estado militar u otras vías que eluden las urnas.

Bajo la administración de Trump, la retórica agresiva contra el gobierno venezolano se disparó a un nivel más extremo y amenazador, con sus representantes hablando de “acción militar” y condenando a Venezuela, junto con Cuba y Nicaragua, como parte de una “troika de tiranía”. Los problemas derivados de las políticas del gobierno venezolano han empeorado por las sanciones económicas de Estados Unidos, que serían ilegales bajo los parámetros de la Organización de Estados Americanos y las Naciones Unidas, así como de la legislación de los Estados Unidos y otros tratados y convenciones internacionales. Estas sanciones han reducido los medios por los cuales el gobierno venezolano podría haber escapado de la recesión económica, y a la vez han causado una dramática caída en la producción de petróleo y han agravado la crisis económica, causando la muerte de muchas personas que no pudieron acceder a medicamentos que hubieran podido salvar sus vidas. Mientras tanto, los gobiernos de EEUU y sus aliados continúan culpando únicamente al gobierno de Venezuela por el daño económico, incluso el causado por las sanciones estadounidenses.

sábado, 2 de febrero de 2019

Venezuela, putsch del Estado profundo ‎estadounidense

El presidente Trump acaba sometiéndose a las ambiciones del Estado Profundo ‎estadounidense que pretende destruir los Estados en los países de la Cuenca del Caribe y ‎apoya al vicepresidente Mike Pence y al senador Marco Rubio en la operación de ‎desestabilización contra Venezuela. Y puede que acabe apoyándolos también en su ‎proyecto a favor de Israel y contra Siria.


Manlio Dinucci, Voltaire

El anuncio del presidente Trump reconociendo a Juan Guaidó como «presidente legítimo» de ‎Venezuela se preparó en una cabina subterránea de televisión, en el Congreso de Estados Unidos ‎y la Casa Blanca. ‎

Eso es lo que describe detalladamente el New York Times [1]. ‎Operador principal: el senador republicano de La Florida, Marco Rubio, «virtual secretario de ‎Estado para América Latina, quien conduce y articula la estrategia de la administración en esa ‎región», en coordinación con el vicepresidente Mike Pence y el consejero para la seguridad ‎nacional, John Bolton. ‎

El 22 de enero, los tres presentaron su plan al presidente en la Casa Blanca, plan que el presidente ‎aceptó. Inmediatamente después –reporta el New York Times– «Mr Pence llamó a Guaidó y ‎le dijo que Estados Unidos lo apoyaría si reclamaba la presidencia». ‎

El vicepresidente Pence difundió luego hacia Venezuela un video donde llamaba los manifestantes ‎a «levantar su voz mañana» y aseguraba «en nombre del presidente Trump y del pueblo ‎americano, “estamos con ustedes” hasta que se restaure la democracia», definiendo además a ‎Maduro como «un dictador que nunca obtuvo la presidencia en elecciones libres». ‎

Al día siguiente, Trump coronó oficialmente a Guaidó como «presidente de Venezuela», a pesar ‎de que este personaje no participó en las elecciones presidenciales realizadas en mayo de 2018, ‎elecciones que la oposición boicoteó –porque sabía que iba a perderlas– y donde la victoria ‎correspondió a Maduro, al cabo de un escrutinio realizado bajo la supervisión de numerosos ‎observadores internacionales. ‎

10 mentiras sobre Venezuela


Katu Arkonada, La Jornada

La guerra hibrida que vive Venezuela ha tenido en la desinformación y manipulación mediática una de sus principales armas de combate. Leemos y escuchamos mentiras que analistas que nunca han estado en Venezuela repiten tantas veces que se convierten en realidad para la opinión pública:

Venezuela tiene dos presidentes. Nada más lejos de la realidad. La Constitución venezolana establece en su artículo 233 como falta absoluta del presidente su muerte, renuncia, destitución decretada por el Tribunal Supremo de Justicia, o la incapacidad física o mental decretada por una junta médica. Guaidó no tiene ningún argumento constitucional para autoproclamarse presidente, pues no hay falta absoluta del presidente, que tomó juramento tal y como lo establece la Constitución en su artículo 231: el 10 de enero y ante el Tribunal Supremo de Justicia.

Guaidó tiene el apoyo de la comunidad internacional. Más allá de la hipocresía de llamar comunidad internacional a Occidente, el 10 de enero en la toma de posesión de Maduro había representaciones diplomáticas de más de 80 países, desde Rusia a China, pasando por el Vaticano, la Liga Árabe y la Unión Africana. Esos países siguen manteniendo relaciones diplomáticas con el gobierno que encabeza Nicolás Maduro. Guaidó tiene el reconocimiento de los mismos países que el 10 de enero desconocían a Maduro: Estados Unidos y el Grupo de Lima (excepto México). Solo se han sumado Georgia (por su disputa territorial con Rusia), Australia e Israel.

viernes, 1 de febrero de 2019

El petróleo de Venezuela y la geopolítica del golpe de Estado respaldado por Estados Unidos

Gabriel Black, wsws

Estados Unidos ha estado intensificando firmemente su operación de cambio de régimen en Venezuela, buscando destituir al presidente venezolano Nicolás Maduro por medio de un golpe de estado impulsado por sanciones económicas gravísimas que son equivalentes a un estado de guerra y a la amenaza continua de la intervención militar abierta de los Estados Unidos.

El objetivo es instalar al títere estadounidense, Juan Guaidó, quien en diciembre viajó a los Estados Unidos para discutir la operación con la administración Trump.

Guaidó, un operativo de Voluntad Popular, un partido de derecha financiado por el USAID y la National Endowment for Democracy (NED) cuenta con el apoyo bipartidista, de los demócratas y los republicanos. Fue presentado en los medios como una especie de luchador por la libertad y defensor de la democracia contra Maduro, un dictador y una fuerza del mal. Como dijo el Secretario de Estado Mike Pompeo en un discurso el sábado pasado, advirtiendo a otros gobiernos en las Naciones Unidas: “O estás con las fuerzas de la libertad o estás aliado con Maduro y su caos”.

Debajo de la invocación gastada e hipócrita de Washington de la “libertad” y la “democracia” se encuentran los motivos reales de un golpe de Estado que podría rápidamente convertirse en una guerra civil y en una intervención armada.

Venezuela tiene las mayores reservas probadas de petróleo de cualquier país del mundo —varios miles de millones de barriles más que Arabia Saudita. Este valioso premio no es simplemente una fuente de ganancias, sino una pieza geopolítica crítica en el creciente conflicto entre los EEUU y China, especialmente a la luz de los crecientes temores de que los mercados petroleros pronto se contraigan.

jueves, 31 de enero de 2019

Estados Unidos crea condiciones para ‎invadir Venezuela

Estados Unidos tiene para la Cuenca del Caribe un proyecto que el Pentágono expuso ‎en 2001. Ese plan es tan destructivo y sanguinario que Washington no puede reconocer ‎su existencia, así que tiene que inventar una narrativa aceptable. Eso es lo que estamos ‎viendo en Venezuela. Pero, ¡cuidado!, las apariencias esconden cada vez más la ‎realidad, durante las manifestaciones prosigue la preparación de la guerra.

Thierry Meyssan, Voltaire

Durante los últimos meses, Estados Unidos ha logrado convencer a una cuarta parte de los países ‎miembros de la ONU –entre ellos 19 países de las Américas– para que no reconozcan el ‎resultado de la elección presidencial realizada en Venezuela en mayo de 2018. Por consiguiente, ‎esos países tampoco reconocen la legitimidad del segundo mandato del presidente Maduro. ‎

En una entrevista concedida al Sunday Telegraph y publicada el 21 de diciembre de 2018, el ‎ministro británico de Defensa, Gavin Wiliamson, declaraba que Londres está negociando la ‎instalación de una base militar permanente en Guyana para retomar la política imperial británica ‎anterior a la crisis de Suez. Aquel mismo día, un diputado guyanés hacía caer sorpresivamente el ‎gobierno de su país y, de inmediato, se refugiaba en Canadá. ‎

Al día siguiente, la transnacional petrolera estadounidense ExxonMobil afirma que un barco que ‎había alquilado para realizar trabajos de prospección dentro de la zona en litigio entre Guyana y ‎Venezuela había sido expulsado de aquellas aguas por la marina de guerra venezolana. ‎La expedición contaba con una autorización concedida por el gobierno guyanés saliente, que ‎administra de facto la zona en litigio. Inmediatamente, el Departamento de Estado, y después ‎el Grupo de Lima, denuncian el incidente como un peligro que Venezuela hace correr a la ‎seguridad regional. ‎

Cómo Gran Bretaña robó 45 billones de dólares a India y mintió acerca de ello


Jason Hickelby, Al Jazeera

En Gran Bretaña se suele contar la historia de que, por muy horrible que haya sido, la colonización de India no reportó ningún beneficio importante a Gran Bretaña. En todo caso, la administración de India supuso un coste para Gran Bretaña, de modo que el hecho de que el Imperio británico se mantuviera durante tanto tiempo, continúa esa historia, fue un gesto de la benevolencia británica.
Una nueva investigación de la prestigiosa economista Utsa Patnaik recién publicada por Columbia University Press atesta un duro golpe a este relato. Basándose en casi dos siglos de minuciosos datos sobre los impuestos y el comercio Utsa Patnaik calculó que Gran Bretaña había sacado a India un total de casi 45 billones de dólares durante el periodo comprendido entre 1765 y 1938. Se trata de una cantidad colosal. Comparativamente 45 billones de dólares es 17 veces más que el actual producto interno bruto anual total de Gran Bretaña.

¿Cómo ocurrió?

Sucedió por medio del sistema de comercio. Antes del periodo colonial Gran Bretaña compraba a los productores indios productos como textiles y arroz, y los pagaba de la forma normal, generalmente con plata, como hacía con cualquier otro país. Pero algo cambió en 1765, poco tiempo después de que la Compañía de las Indias Orientales se hiciera con el control del continente y estableciera un monopolio sobre el comercio indio.

Funcionaba de la siguiente manera: la Compañía de las Indias Orientales empezó a recaudar impuestos en India y luego utilizó inteligentemente una parte de estos ingresos (aproximadamente una tercera parte) para financiar la compra de artículos indios para uso británico. En otras palabras, en vez de pagar los artículos indios de su bolsillo, los comerciantes británicos los adquirían gratis “comprándoselos” a las y los campesinos y tejedores con el dinero que les acababan de quitar.

miércoles, 30 de enero de 2019

Las consecuencias económicas del dinero endógeno


Alejandro Nadal, La Jornada

La controversia sobre los orígenes y naturaleza del dinero es antigua. La verdad es que este extraño objeto social no ha sido generoso a la hora de revelar sus secretos y por eso los economistas de la tradición ortodoxa o neoclásica poco han entendido sobre la moneda. Hoy nos acercamos a tener una visión más certera y rigurosa sobre los fenómenos monetarios mediante la teoría de dinero endógeno.

Desde su nacimiento la teoría económica estuvo confrontada con importantes fenómenos monetarios, pero los autores clásicos, desde Adam Smith, consideraron que el dinero era una especie de velo que escondía la realidad de los procesos económicos. Al dinero se le consideró una especie de instrumento técnico que solamente servía para superar los inconvenientes del trueque y facilitar los intercambios. Desde esta perspectiva analítica el dinero no tiene ninguna influencia sobre lo que pasa en la economía real: ni el nivel de actividad ni el volumen producido se verían afectados por el dinero.

Esto se compaginaba muy bien con la teoría cuantitativa de la moneda. Desde entonces la tradición se consolidó en ortodoxia y el dinero fue considerado un objeto que se introducía en la economía desde afuera de las relaciones económicas. Lo típico es considerar que el banco central es la entidad que tiene el monopolio de la emisión de moneda y controla la cantidad de dinero que entra en la economía.

martes, 29 de enero de 2019

Arrogancia imperial sobre Venezuela

Opositores venezolanos repartieron en complejos y cuarteles militares fotocopias de la ley aprobada en la Asamblea Nacional que da todas las garantías constitucionales a soldados y civiles que colaboren en la restitución de la democracia Foto Afp.

David Brooks, La Jornada

No deja de asombrar la arrogancia imperial de un país donde se puede debatir abierta y públicamente si se debe o no intervenir en otro país. Casi nadie cuestiona si es legítimo o no ese debate; o sea, si Estados Unidos tiene el derecho y la autoridad moral –después de su larga historia de intervenciones y guerras ilegales, todas realizadas engañando a este pueblo– de definir el futuro de otro país.

Para los políticos, sobre todo en momentos de crisis como el que está azotando al régimen de Trump, estas aventuras intervencionistas pueden ser muy útiles. La decisión tiene casi nada que ver con el pueblo estadounidense, sino con la suposición de la cúpula de este país de que tiene el derecho, y hasta el deber, de cambiar cualquier régimen que no coopera con o sirve a sus intereses.

La gran mayoría de la población estadounidense no está enterada de lo que ocurre en Venezuela, al igual que en otros países declarados como enemigos.

Recientemente William Arkin, experto en asuntos militares y de seguridad nacional, renunció a NBC News porque, entre otras cosas, no aguantaba más la manera en que los medios masivos reportan sobre las guerras de Estados Unidos. Al ser entrevistado por otro noticiero, señaló que la inmensa mayoría de estadounidenses no podrían nombrar los nueve países que actualmente son bombardeados por Washington. El propio locutor tuvo que confesar que él tampoco. ¿Habrá otro país en el mundo que está en guerra contra otros países, o que está interviniendo, pero cuya población no pueda ni nombrar al enemigo ni ubicarlo en un mapa?

lunes, 28 de enero de 2019

La tentativa golpista de EEUU acerca a Venezuela a una invasión o guerra civil

Bill Van Auken, wsws

La operación de cambio de régimen orquestada por Estados Unidos continuó intensificando las tensiones en Venezuela el viernes, acercando al país a una guerra civil o invasión estadounidense.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y Juan Guaidó, el líder del partido derechista Voluntad Popular y presidente de la Asamblea Nacional del país que se proclamó el miércoles "presidente interino" del país con un respaldo inmediato de Washington, se pronunciaron simultáneamente el viernes en diferentes lugares de Caracas.

Maduro, hablando en una conferencia de prensa en el palacio presidencial de Miraflores, declaró que su Gobierno se estaba enfrentando a "un golpe de Estado que promueve y financia los Estados Unidos de Norteamérica". Acusó a Guaidó de ser un títere de Washington, incapaz de tomar decisiones sin órdenes del Departamento de Estado.

Reveló que, en vísperas de la autoproclamación del político de derechas como "presidente", Guaidó se había reunido con dos representantes principales del Gobierno, entre ellos Diosdado Cabello, un exoficial militar y líder del partido gobernante PSUV, que es ampliamente visto como un rival de Maduro dentro del campo chavista, para discutir la iniciación de un diálogo.

Guaidó había negado que tal reunión hubiera tenido lugar, pero el viernes el Gobierno publicó una cinta de video que lo mostraba a él y a Cabello entrando al lugar de la reunión.

Hacia dónde debe avanzar el modelo de desarrollo de China

Michael Spence, Project Syndicate

La estrategia de China para el crecimiento económico ha sido un trabajo en curso desde que Deng Xiaoping lanzó la "reforma y apertura" del país en 1978. Si bien los últimos 40 años de reforma han estado muy lejos de no tener errores, el Gobierno ha manifestado un deseo de adaptarse, así como una capacidad para surfear transiciones complejas, respaldado por un debate saludable de las políticas internas. ¿Pero cómo es probable que evolucione el modelo de desarrollo de China en el futuro, cuando las condiciones externas plantean nuevos desafíos para el crecimiento económico?

Una característica definitoria de las cuatro décadas de reforma de China ha sido la evolución del papel del Estado en la economía, sobre el cual todavía existe un desacuerdo doméstico significativo. Algunos sostienen que el Estado -y, por extensión, el Partido Comunista Chino (PCC)- debe conservar un papel prominente, para defender la estabilidad social necesaria para sustentar el desarrollo económico. Otros arguyen que fomentar la innovación necesaria para alcanzar un estatus de altos ingresos requiere que el Estado no sea tanto un participante del mercado y sí un referí, regulador y árbitro de las prioridades económicas y sociales.

domingo, 27 de enero de 2019

La invasión digital de los cuerpos y las mentes

Sally Burch, Alai

Ya no es novedad para nadie que el uso de Internet trae crecientes problemas de privacidad y seguridad. Sería un error pensar que son fallas del sistema; más bien son la esencia misma del actual modelo de desarrollo de Internet, que responde a los intereses de grandes corporaciones –y de agencias de seguridad–, antes que de los usuarios.

Los datos, que son el oro de la nueva economía, representan la conversión en formatos digitales de rasgos de comportamiento de personas y grupos sociales. No sólo lo que expresan o exteriorizan al interactuar en Internet, sus búsquedas, intereses y redes de contactos, sino también, y cada vez más, datos biométricos de los cuerpos, junto con los pensamientos, gustos, dolencias y estados de ánimo que todo ello desvela, y que los aparatos inteligentes, cámaras, sensores y algoritmos son cada vez más expertos en captar e interpretar.

Para las empresas que explotan Internet, la privacidad es un estorbo a sus ganancias. Pero como saben que para sus usuarios eso es un contrasentido, buscan nuevas maneras de extraer sus datos, con o sin su consentimiento. Allí entra la “Internet de las cosas”… Si te pueden convencer que un auto que monitorea cómo manejaste protege mejor, que una cama inteligente te ayuda a dormir, y que la “condición necesaria” será compartir estos datos con la empresa proveedora, allí está el negocio redondo. Una fuente inagotable de datos para vender a empresas de seguros, de somníferos, incluso a entidades políticas.

“Me muero como elegí”: las reflexiones del último gran pensador antes de su muerte

El autor de 'Comprender las clases sociales' y 'Construyendo utopías reales' ha fallecido este miércoles. En sus últimas entradas, explicaba cómo se estaba enfrentando a la muerte

Héctor G. Barnés, El Confidencial

La entrada del blog del californiano Erik Olin Wright del pasado 4 de enero cayó como un jarro de agua fría entre los seguidores de este sociólogo marxista, uno de los más influyentes de las últimas décadas. “Puedo dar noticias definitivas sobre mi situación médica”, desvelaba. “Según los últimos indicadores, me quedan tres o cuatro semanas de vida”. En la nota añadía que había comunicado a los médicos que su prioridad ante el cáncer de hígado era maximizar sus energías para poder seguir escribiendo y despedirse de familia, seres queridos y antiguos alumnos. No se quejaba: han sido 72 años maravillosos, recordaba. En la tarde del 23 de enero, uno de sus alumnos publicaba un tuit en el que confirmaba la muerte de Wright.

Hace apenas unos días, este 18 de enero, había publicado lo que sonaba a despedida (aunque después haya añadido una entrada más, con un extracto de una de las cartas que va a dejar a sus nietos). Tras anunciar que la posibilidad de regenerar o trasplantar su médula ósea estaba definitivamente descartada, lo que lo único que le quedaba era seguir sobreviviendo a base de transfusiones de sangre que serían cada vez menos eficientes, hasta terminar cayendo en un sueño que le mecerá hasta la muerte. “Me queda una cantidad limitada de tiempo en esta maravillosa forma de polvo de estrellas”, escribía. “No siento ningún terror. Quiero aseguraros que no tengo ningún miedo”.

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