Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
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lunes, 2 de diciembre de 2019
domingo, 17 de noviembre de 2019
Chile, A un tris del túnel
Ascanio Cavallo, La Tercera
La apuesta fue y sigue siendo muy alta: el gobierno y la oposición parlamentaria centran sus esfuerzos en generar una nueva Constitución Política como el modo principal de detener la violencia. Pero ninguno de los dos ha demostrado la capacidad de lograrlo y en algún caso cabe presumir que hasta la han alentado, por omisión, ambigüedad o doble discurso.
El martes 12 ha de quedar consignado como el día más peligroso de la historia reciente de Chile. Hay quienes creen que fue así porque el gobierno estuvo a un tris de volver a dictar el estado de emergencia y que el hecho mismo de sacar a los militares habría reincendiado la calle y cortado el diálogo político iniciado el lunes. Esta versión, sin ser enteramente falsa, puede tener dos problemas: comienza por el efecto (lo que casi pasó) y tiene un fuerte componente especulativo (lo que habría pasado).
Parece más probable que el gobierno se haya visto en una situación algo más compleja antes de llegar a la decisión que no tomó. A eso de las 20 horas de ese martes, la violencia estaba asolando parte de Santiago y muchas ciudades de regiones. La policía se veía desbordada en numerosos lugares. De los muchos edificios e instituciones que fueron amenazados a lo largo del día -una campaña de terror digital-, algunos ya se encontraban asediados. Había una simultaneidad en ciertos ataques, bastante parecida a la del 18-O. Y un detalle inédito: intentos de copamiento de cuarteles policiales. Cuando eso ocurre, el escenario pasa a ser otro.
miércoles, 23 de octubre de 2019
La carta de Baltasar Garzón a Piñera, el neoliberal de los "tiempos mejores" para Chile
Cuelgo aqui la valiente carta que el juez Baltazar Garzón envió a Sebastián Piñera, el Presidente más insensible e inepto de los últimos 30 años
Señor Presidente:
Soy Baltasar Garzón, el juez español que ordenó la detención de Augusto Pinochet en Londres el 16 de octubre de 1998. No le conozco, ni he mostrado interés en hacerlo. Sí lo he hecho con todos los demás presidentes democráticos de su país, al que tanto quiero. Quizás por el cariño hacia el pueblo chileno y por la defensa que siempre he hecho de las víctimas, mi defensa de los pueblos originarios y de los más vulnerables, he decidido dirigirle esta misiva con profundo dolor e indignación por lo que está ocurriendo en Chile.
Señor Presidente, tal parece que chilenas y chilenos han dicho basta. Y lo están diciendo fuerte y claro. Se trata de un estallido social espontáneo que no está dirigido por partido político alguno. Una simple protesta estudiantil por el alza en el billete de metro, severamente reprimida por la policía, Carabineros de Chile, fue la mecha que encendió la rabia y la ira acumulada durante casi treinta años. Ellos han sido los ejecutores de una medida política ordenada por su gobierno.
Señor Presidente, convendrá conmigo que, debajo del pretendido milagro económico que muchos atribuyen a Pinochet, un modelo de desarrollo mantenido por la transición chilena y la posterior democracia, se esconde el triste récord de ser uno de los diez países más desiguales del mundo, al mismo nivel de Ruanda, según el índice Gini aplicado por el Banco Mundial. Es cierto que en el país existe desarrollo y mucha riqueza, pero sólo para una reducida élite política y empresarial. Asimismo, Chile posee también unas cifras macroeconómicas inmejorables, con un sostenido crecimiento durante décadas, pero con un paulatino y constante empobrecimiento y endeudamiento de la inmensa mayoría de la ciudadanía, que este año alcanzó su máximo histórico, según la prensa y el propio Banco Central. Su país, señor Presidente, también ingresó hace años en el selecto club de las naciones ricas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), como flamante país desarrollado, con altos niveles de productividad y competitividad, pero, nuevamente, a costa de bajos salarios de los trabajadores y de una casi total desprotección social.
Señor Presidente:
Soy Baltasar Garzón, el juez español que ordenó la detención de Augusto Pinochet en Londres el 16 de octubre de 1998. No le conozco, ni he mostrado interés en hacerlo. Sí lo he hecho con todos los demás presidentes democráticos de su país, al que tanto quiero. Quizás por el cariño hacia el pueblo chileno y por la defensa que siempre he hecho de las víctimas, mi defensa de los pueblos originarios y de los más vulnerables, he decidido dirigirle esta misiva con profundo dolor e indignación por lo que está ocurriendo en Chile.
Señor Presidente, tal parece que chilenas y chilenos han dicho basta. Y lo están diciendo fuerte y claro. Se trata de un estallido social espontáneo que no está dirigido por partido político alguno. Una simple protesta estudiantil por el alza en el billete de metro, severamente reprimida por la policía, Carabineros de Chile, fue la mecha que encendió la rabia y la ira acumulada durante casi treinta años. Ellos han sido los ejecutores de una medida política ordenada por su gobierno.
Señor Presidente, convendrá conmigo que, debajo del pretendido milagro económico que muchos atribuyen a Pinochet, un modelo de desarrollo mantenido por la transición chilena y la posterior democracia, se esconde el triste récord de ser uno de los diez países más desiguales del mundo, al mismo nivel de Ruanda, según el índice Gini aplicado por el Banco Mundial. Es cierto que en el país existe desarrollo y mucha riqueza, pero sólo para una reducida élite política y empresarial. Asimismo, Chile posee también unas cifras macroeconómicas inmejorables, con un sostenido crecimiento durante décadas, pero con un paulatino y constante empobrecimiento y endeudamiento de la inmensa mayoría de la ciudadanía, que este año alcanzó su máximo histórico, según la prensa y el propio Banco Central. Su país, señor Presidente, también ingresó hace años en el selecto club de las naciones ricas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), como flamante país desarrollado, con altos niveles de productividad y competitividad, pero, nuevamente, a costa de bajos salarios de los trabajadores y de una casi total desprotección social.
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martes, 21 de noviembre de 2017
Sebastián Piñera: Prontuario del delincuente que quiere volver a ser Presidente
Jorge Molina Araneda y Patricio Mery Bell
Claude-Henri de Rouvroy, históricamente conocido como el conde de Saint-Simon, precursor de la sociología y padre del socialismo francés decía: “Cuando se estudia el pasado, se puede comprender su patrón evolutivo”. Este artículo está destinado a desentrañar los oscuros, inmorales y criminales actos que ha cometido el actual candidato presidencial de la derecha, Sebastián Piñera, durante su vida pública.
Banco de Talca
El año 1982 Eugenio Silva Risopatrón, representante de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), entabló demanda criminal en contra de Sebastián Piñera, a la sazón Gerente General del Banco de Talca, y algunos ejecutivos de esa entidad por los delitos de defraudación (estafa), infracción a la Ley de Bancos y otros cargos dañosos contra Piñera. En el 2º Juzgado del Crimen de Santiago se abrió la causa Rol Nº 99.971-6 El juez a cargo los declaró reos. Los otros encausados eran Miguel Calaf y Alberto Danioni, socios de Piñera, ya encarcelados por resoluciones del juez titular de dicho tribunal y del ministro de la Corte de Apelaciones Luis Correa Bulo. Correa ordenó el arresto de Piñera. Los socios cumplieron penas de tres años de prisión pero el cabecilla se escondió por 24 días, hasta que la Corte Suprema de la época acogió su recurso de amparo.
El capital y las reservas del Banco de Talca eran de 40 millones de dólares, en tanto que los autopréstamos que Piñera se realizaba eran otorgados a empresas de papel -creadas para su propio beneficio y de sus tres socios- sumaban 250 millones de dólares, irrecuperables según lo detectado por la justicia. Inventaron la friolera de 150 sociedades ficticias para un aprovechamiento indebido en beneficio propio y de sus amigos.
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mamvas
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9:15 p.m.
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