Marina Estévez Torreblanca, El Diario
La necesidad de una renta básica universal (RBU), un ingreso mensual asegurado por el mero hecho de ser ciudadano, independientemente de ingresos o situación laboral, se ha colado en los debates del Fondo Monetario Internacional (FMI). Con todas las cautelas –los autores del informe aseguran que ni lo aconsejan ni lo desaconsejan– el FMI admite que este ingreso es una posibilidad que debe examinarse como respuesta a la "incertidumbre radical" que representa la creciente robotización de los empleos y la desigualdad.
El director del Departamento de Asuntos Fiscales del Fondo, el portugués Vítor Gaspar, ha explicado en la presentación de la última edición del informe "Monitor fiscal" que la renta básica universal "es una de las diversas ideas que se podrían examinar como respuesta a esta incertidumbre creciente al ritmo del crecimiento económico".
Aunque reconocen el potencial de este ingreso para reducir significativamente la desigualdad y la pobreza, también recuerdan que su coste sería alto. Y la idea del FMI es que su introducción debería ser "neutral" desde el punto de vista presupuestario, esto es, "convivir con otras prioridades fiscales" como las infraestructuras, la educación o la sanidad. "¿Debería reemplazar al gasto público no eficiente ni equitativo? ¿y se financiaría con tributación progresiva o indirecta?", se ha preguntado el exministro de Finanzas portugués, sin dar él mismo una respuesta.
Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
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lunes, 16 de octubre de 2017
viernes, 3 de marzo de 2017
Sentido y justicia de la Renta Básica
Alejandro Nadal - Daniel Raventós, Sin Permiso
La crisis financiera desatada en el año 2008 señaló el fracaso del proyecto de globalización neoliberal, evidenciando la necesidad de contar con nuevas herramientas analíticas para comprender las dinámicas propias de esta etapa del capitalismo global, así como con nuevas políticas que corrijan las nocivas consecuencias del desenfreno de los mercados y la desregulación financiera. Una de estas nuevas políticas es la Renta Básica universal e incondicional (RB), una asignación monetaria para cada individuo de una economía dada, diseñada para sostener un nivel de vida decente sin necesidad de mostrar disposición a trabajar en una actividad remunerada. Trabajo remunerado puesto que existen otros dos tipos de trabajo: el voluntario y el trabajo doméstico.
Las turbulencias causadas por la crisis financiera y su impacto sobre la economía real han puesto de manifiesto varios desafíos a los que hoy en día se enfrenta el capitalismo global. Ha llegado el momento de repensar la matriz social y económica del capitalismo.
Las abruptas desigualdades puestas a la luz por Oxfam[1], que señala que ocho personas poseen la misma cantidad de riqueza que 3.600 millones de personas, suponen un problema presente y real para la libertad y la democracia. La automatización amenaza el empleo en todos los sectores de la economía, incluido el de los servicios, tal como muestra el creciente corpus científico dedicado a la materia. La consigna del “estancamiento secular” resume de la mejor manera posible la coyuntura crítica que afecta a la economía capitalista global, atrapada en tasas de crecimiento reducidas, inestabilidad e incertitud. La RB es una herramienta política original, capaz de combatir los peligros de estos desafíos, incluido el estancamiento de los salarios, la creciente desigualdad y la insuficiencia crónica de la demanda agregada.
La crisis financiera desatada en el año 2008 señaló el fracaso del proyecto de globalización neoliberal, evidenciando la necesidad de contar con nuevas herramientas analíticas para comprender las dinámicas propias de esta etapa del capitalismo global, así como con nuevas políticas que corrijan las nocivas consecuencias del desenfreno de los mercados y la desregulación financiera. Una de estas nuevas políticas es la Renta Básica universal e incondicional (RB), una asignación monetaria para cada individuo de una economía dada, diseñada para sostener un nivel de vida decente sin necesidad de mostrar disposición a trabajar en una actividad remunerada. Trabajo remunerado puesto que existen otros dos tipos de trabajo: el voluntario y el trabajo doméstico.
Las turbulencias causadas por la crisis financiera y su impacto sobre la economía real han puesto de manifiesto varios desafíos a los que hoy en día se enfrenta el capitalismo global. Ha llegado el momento de repensar la matriz social y económica del capitalismo.
Las abruptas desigualdades puestas a la luz por Oxfam[1], que señala que ocho personas poseen la misma cantidad de riqueza que 3.600 millones de personas, suponen un problema presente y real para la libertad y la democracia. La automatización amenaza el empleo en todos los sectores de la economía, incluido el de los servicios, tal como muestra el creciente corpus científico dedicado a la materia. La consigna del “estancamiento secular” resume de la mejor manera posible la coyuntura crítica que afecta a la economía capitalista global, atrapada en tasas de crecimiento reducidas, inestabilidad e incertitud. La RB es una herramienta política original, capaz de combatir los peligros de estos desafíos, incluido el estancamiento de los salarios, la creciente desigualdad y la insuficiencia crónica de la demanda agregada.
miércoles, 26 de octubre de 2016
Renta básica: una propuesta para el siglo XXI
Alejandro Nadal, La Jornada
En los últimos años se ha venido discutiendo la renta básica, una radical propuesta de reforma económica y social que merece un análisis cuidadoso. Se trata de un esquema que corta transversalmente varios temas cruciales: distribución del ingreso, empleo, política fiscal, seguridad social, pobreza y salarios. Es quizás la propuesta de reforma más importante desde que apareció en la escena el estado de bienestar social.
La renta básica es definida por la Red Renta Básica como un ingreso pagado por el Estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro de pleno derecho o residente de la sociedad, incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, independientemente de si es rico o pobre y sin importar con quien conviva. Es decir, la renta básica (RB) se paga sin tomar en consideración las otras posibles fuentes de renta que pueda tener un miembro de la sociedad.
Se trata de un derecho social, asimilado al estatus de ciudadano de cualquier persona e independiente del nivel de ingreso que se tiene en la sociedad. La RB es algo esencialmente diferente a los pagos para compensar una situación de desempleo. Y no tiene nada que ver con los programas de combate a la pobreza extrema que el Banco Mundial ha promocionado en el mundo. Estos últimos se diseñaron para poder instrumentar recortes al gasto social al hacer más eficiente la asignación de recursos a los más necesitados. En el fondo sirvieron para que la generación del superávit primario no generara tanta protesta social.
En los últimos años se ha venido discutiendo la renta básica, una radical propuesta de reforma económica y social que merece un análisis cuidadoso. Se trata de un esquema que corta transversalmente varios temas cruciales: distribución del ingreso, empleo, política fiscal, seguridad social, pobreza y salarios. Es quizás la propuesta de reforma más importante desde que apareció en la escena el estado de bienestar social.
La renta básica es definida por la Red Renta Básica como un ingreso pagado por el Estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro de pleno derecho o residente de la sociedad, incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, independientemente de si es rico o pobre y sin importar con quien conviva. Es decir, la renta básica (RB) se paga sin tomar en consideración las otras posibles fuentes de renta que pueda tener un miembro de la sociedad.
Se trata de un derecho social, asimilado al estatus de ciudadano de cualquier persona e independiente del nivel de ingreso que se tiene en la sociedad. La RB es algo esencialmente diferente a los pagos para compensar una situación de desempleo. Y no tiene nada que ver con los programas de combate a la pobreza extrema que el Banco Mundial ha promocionado en el mundo. Estos últimos se diseñaron para poder instrumentar recortes al gasto social al hacer más eficiente la asignación de recursos a los más necesitados. En el fondo sirvieron para que la generación del superávit primario no generara tanta protesta social.
jueves, 4 de agosto de 2016
Renta ciudadana: una salida viable a la crisis mundial
Leonardo Boff, Alainet
La crisis económico-financiera de 2007-2008 estremeció los fundamentos de la economía capitalista (esta es su modo de producción) y el neoliberalismo (este es su expresión política). La tesis básica era dar primacía al mercado, a la libre iniciativa, a la acumulación privada, a la lógica de la competición en detrimento de la lógica de la cooperación y a un Estado mínimo. El lema en Wall Street de Nueva York era: greed is good, la codicia es buena. Quien mira desde una perspectiva mínimamente ética ya podía saber que un sistema montado sobre un vicio (codicia) y no sobre una virtud (bien común), jamás podría resultar bien. Un día se derrumbaría.
El derrumbe empezó con la quiebra de uno de los mayores bancos norteamericanos, el Lehman Brothers, llevando todo el sistema bancario y financiero a una inconmensurable crisis. En pocos días se pulverizan billones de dólares. Parecía el fin de este tipo de mundo. Ojalá lo fuera.
Curiosamente, los que despreciaban el Estado, reduciéndolo al mínimo, tuvieron que recurrir a él, de rodillas y con las manos juntas. Los bancos centrales de los Estados tuvieron que habilitar billones de dólares para salvar las instituciones financieras quebradas. La máquina de hacer dinero giraba a máxima velocidad, día y noche.
La crisis económico-financiera de 2007-2008 estremeció los fundamentos de la economía capitalista (esta es su modo de producción) y el neoliberalismo (este es su expresión política). La tesis básica era dar primacía al mercado, a la libre iniciativa, a la acumulación privada, a la lógica de la competición en detrimento de la lógica de la cooperación y a un Estado mínimo. El lema en Wall Street de Nueva York era: greed is good, la codicia es buena. Quien mira desde una perspectiva mínimamente ética ya podía saber que un sistema montado sobre un vicio (codicia) y no sobre una virtud (bien común), jamás podría resultar bien. Un día se derrumbaría.
El derrumbe empezó con la quiebra de uno de los mayores bancos norteamericanos, el Lehman Brothers, llevando todo el sistema bancario y financiero a una inconmensurable crisis. En pocos días se pulverizan billones de dólares. Parecía el fin de este tipo de mundo. Ojalá lo fuera.
Curiosamente, los que despreciaban el Estado, reduciéndolo al mínimo, tuvieron que recurrir a él, de rodillas y con las manos juntas. Los bancos centrales de los Estados tuvieron que habilitar billones de dólares para salvar las instituciones financieras quebradas. La máquina de hacer dinero giraba a máxima velocidad, día y noche.
martes, 5 de julio de 2016
Una nueva mirada a la renta básica
Robert Skidelsky, Sin Permiso
La explosión de la robótica ha dado nuevas alas a la demanda de una renta básica incondicional
Gran Bretaña no es el único país que ha celebrado un referéndum este mes. El 5 de junio, los suizos rechazaron de forma aplastante, por un 77% frente a un 23%, la proposición de que todos los ciudadanos tengan garantizada una renta básica incondicional (RBI). Pero ese resultado desigual no significa que la cuestión vaya a desaparecer pronto. La RBI es una mezcla un tanto incómoda de dos objetivos: el alivio de la pobreza y el rechazo del trabajo como finalidad de la definición de la vida. El primero corresponde a la política y su práctica; el segundo es filosófico o ético.
El argumento principal para la RBI como alivio de la pobreza es, como siempre ha sido, la incapacidad del trabajo remunerado disponible para garantizar una existencia segura y digna para todos. En la era industrial, el trabajo en la fábrica se convirtió en la única fuente de ingresos para la mayoría de la gente –una fuente que fue interrumpida por episodios de desempleo causados por la aparición de maquinaria industrial–. El movimiento obrero respondió exigiendo que la aceptación del mantenimiento en el lugar de trabajo se reflejara en la creación de un sistema de seguridad social: “Capitalismo de bienestar”.
La explosión de la robótica ha dado nuevas alas a la demanda de una renta básica incondicional
Gran Bretaña no es el único país que ha celebrado un referéndum este mes. El 5 de junio, los suizos rechazaron de forma aplastante, por un 77% frente a un 23%, la proposición de que todos los ciudadanos tengan garantizada una renta básica incondicional (RBI). Pero ese resultado desigual no significa que la cuestión vaya a desaparecer pronto. La RBI es una mezcla un tanto incómoda de dos objetivos: el alivio de la pobreza y el rechazo del trabajo como finalidad de la definición de la vida. El primero corresponde a la política y su práctica; el segundo es filosófico o ético.
El argumento principal para la RBI como alivio de la pobreza es, como siempre ha sido, la incapacidad del trabajo remunerado disponible para garantizar una existencia segura y digna para todos. En la era industrial, el trabajo en la fábrica se convirtió en la única fuente de ingresos para la mayoría de la gente –una fuente que fue interrumpida por episodios de desempleo causados por la aparición de maquinaria industrial–. El movimiento obrero respondió exigiendo que la aceptación del mantenimiento en el lugar de trabajo se reflejara en la creación de un sistema de seguridad social: “Capitalismo de bienestar”.
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lunes, 2 de noviembre de 2015
Stephen Hawking sobre el futuro del capitalismo, la desigualdad... y la Renta Básica
Conor Lynch, Sin Permiso
El reconocido físico y cosmólogo Stephen Hawking, dejó caer una verdadera bomba sobre el capitalismo y el futuro de la desigualdad. Con los rápidos avances tecnológicos de las últimas décadas (por ejemplo, la tecnología informática, la robótica), hemos visto crecer las desigualdades económicas a un ritmo alarmante, y como una especie de clase plutocrática de propietarios - es decir, los capitalistas - se volvían inmensamente ricos. Hawking cree que, si las máquinas no terminan por reemplazar el trabajo humano y produciendo todos nuestros productos, y continuamos la actual vía neoliberal, estamos en camino de convertirse en una suerte de distopía con una clase de grandes propietarios, con una riqueza inconmensurable, y una clase inferior de desposeídos - es decir, las masas - que vivirán en la pobreza extrema. En una sesión de “pregúntame lo que quieras” de Reddit Hawkins escribió:
La destrucción creativa siempre ha resultado hasta ahora positiva para la sociedad. Aunque que las innovaciones eliminan puestos de trabajo para muchos, las nuevas tecnologías han creado históricamente nuevas industrias y nuevos empleos con ellas. Este proceso inherente del capitalismo aumenta rápidamente la productividad del trabajador y por lo tanto hace que los que eran hasta entonces bienes de lujo pasen a estar al alcance de sectores más amplios de la población. Las nuevas tecnologías ayudan a producir muchos más productos, que aumentan la oferta y empujan hacia abajo el precio para satisfacer la demanda.
El reconocido físico y cosmólogo Stephen Hawking, dejó caer una verdadera bomba sobre el capitalismo y el futuro de la desigualdad. Con los rápidos avances tecnológicos de las últimas décadas (por ejemplo, la tecnología informática, la robótica), hemos visto crecer las desigualdades económicas a un ritmo alarmante, y como una especie de clase plutocrática de propietarios - es decir, los capitalistas - se volvían inmensamente ricos. Hawking cree que, si las máquinas no terminan por reemplazar el trabajo humano y produciendo todos nuestros productos, y continuamos la actual vía neoliberal, estamos en camino de convertirse en una suerte de distopía con una clase de grandes propietarios, con una riqueza inconmensurable, y una clase inferior de desposeídos - es decir, las masas - que vivirán en la pobreza extrema. En una sesión de “pregúntame lo que quieras” de Reddit Hawkins escribió:
"Si las máquinas producen todo lo que necesitamos, el resultado dependerá de cómo se distribuyen las cosas. Todo el mundo podrá disfrutar de una vida de lujo ociosa si la riqueza producida por las máquinas es compartida, o la mayoría de la gente puede acabar siendo miserablemente pobre si los propietarios de las máquinas cabildean con éxito contra la redistribución de la riqueza. Hasta ahora, la tendencia parece ser hacia la segunda opción, con la tecnología provocando cada vez mayor desigualdad".La sustitución del trabajo humano por máquinas ha sido siempre uno de los temores de la clase trabajadora. Al inicio de la revolución industrial, ese miedo dio lugar a una reacción violenta de los trabajador conocida como el movimiento ludita: en Inglaterra, los trabajadores textiles protestaron contra los despidos y las dificultades económicas destruyendo equipos industriales y fábricas. Hoy en día, ocurre de nuevo con la eliminación de muchos puestos de trabajo fabriles previamente estables en ciudades como Baltimore y Detroit, sustituidos en gran medida por la automatización. Este tipo de innovación tecnológica que tiene lugar en toda la historia del capitalismo es lo que Joseph Schumpeter llamó la "destrucción creativa", que describió como un "proceso de cambio industrial que revoluciona incesantemente la estructura económica desde dentro, destruyendo sin cesar la antigua, creando incesantemente una nueva”. Schumpeter llamó a este proceso “la característica esencial del capitalismo".
La destrucción creativa siempre ha resultado hasta ahora positiva para la sociedad. Aunque que las innovaciones eliminan puestos de trabajo para muchos, las nuevas tecnologías han creado históricamente nuevas industrias y nuevos empleos con ellas. Este proceso inherente del capitalismo aumenta rápidamente la productividad del trabajador y por lo tanto hace que los que eran hasta entonces bienes de lujo pasen a estar al alcance de sectores más amplios de la población. Las nuevas tecnologías ayudan a producir muchos más productos, que aumentan la oferta y empujan hacia abajo el precio para satisfacer la demanda.
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