Mientras el Occidente colectivo está sumido en una crisis de legitimidad existencial, el RIC está ideando su propio orden de seguridad para proteger al resto del mundo de los «genocidas»
Pepe Escobar, Geopolitika
El Hegemón no tiene ni idea de lo que le espera a la mentalidad excepcionalista: China ha empezado a agitar con decisión el caldero civilizacional sin preocuparse por una inevitable serie de sanciones que llegarán a principios de 2025 y/o un posible colapso del sistema financiero internacional.
La semana pasada, el secretario de Estado estadounidense Anthony Blinken y su lista de delirantes exigencias estadounidenses fueron recibidos en Pekín por el ministro de Asuntos Exteriores Wang Yi y el presidente Xi Jinping como poco más que un molesto mosquito. Wang, en la grabación, subrayó que Teherán tenía justificación para defenderse de la violación de la Convención de Viena por parte de Israel cuando atacó el consulado iraní en Damasco.
En el Consejo de Seguridad de la ONU, China cuestiona ahora abiertamente no sólo el ataque terrorista estatal contra los Nord Streams, sino también el bloqueo de la creación del Estado palestino por parte del combo Estados Unidos-Israel. Además, Pekín, al igual que Moscú recientemente, acoge a las facciones políticas palestinas en una conferencia destinada a unificar sus posiciones.El próximo martes, sólo dos días antes de que Moscú celebre el Día de la Victoria, el final de la Gran Guerra Patria, Xi aterrizará en Belgrado para recordar al mundo entero el 25 aniversario del bombardeo de la embajada china por parte de Estados Unidos, Reino Unido y la OTAN.