Atilio A. Boron, Desde Quito
La victoria obtenida por Alianza País en el balotaje del 2 de abril confirma que el pueblo ecuatoriano supo discernir lo que estaba en juego: la continuidad de un gobierno que marcó un antes y un después en la historia contemporánea del Ecuador o el suicida salto al vacío, emulando la tragedia argentina. Lenin Moreno y Jorge Glas representan la consolidación de los avances logrados en numerosos campos de la vida social durante diez años bajo el liderazgo de Rafael Correa; su adversario, Guillermo Lasso, personificaba el retorno de la alianza social que tradicionalmente había gobernado al Ecuador con las desastrosas consecuencias por todos conocidas. Un país con grandes mayorías nacionales secularmente sumidas en la pobreza, con índices de desigualdad y exclusión económica, social y cultural aberrantes.
Una nación víctima de la insaciable voracidad de banqueros y latifundistas que saqueaban impunemente a una población que tenían como rehén y que, en su desenfreno, provocaron la megacrisis económica y financiera de 1999. En un alarde de falsificación de los hecho históricos a esa tremenda crisis la denominaron, amablemente, “feriado bancario”, a pesar de que en su vorágine acabó con la moneda ecuatoriana, que fue reemplazada por el dólar estadounidense, y provocó la estampida de unos dos millones de ecuatorianos que huyeron al exterior para ponerse a salvo de la hecatombe.
Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
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martes, 4 de abril de 2017
domingo, 2 de abril de 2017
Lenin Moreno triunfa en elecciones presidenciales de Ecuador
El presidente del Consejo Nacional Electoral de Ecuador, Juan Pablo Pozo, dio el parte oficial en el que confirmó la victoria de Lenín Moreno con el 51,07 por ciento de los votos contra 48,93 por ciento del opositor Guillermo Lasso. El parte se dio con más del 94 por ciento de las mesas escrutadas y el funcionario pidió “respetar los resultados”. “Ecuador merece la responsabilidad de sus actores políticos”, añadió.
Justo antes de la publicación de los primeros resultados oficiales que confirmaron su ventaja, Moreno anunció tener "datos completamente certeros" sobre su victoria. "Hemos ganado las elecciones", afirmó y adelantó que será "el presidente de todos los ecuatorianos".
"Quiero denunciar la actitud caradura del encuestador pagado por el Banco de Guayaquil, que a sabiendas de que iban a perder expone a los ecuatorianos a un enfrentamiento", expresó ante sus seguidores en Quito al referirse al boca de urna que dio ganador a Lasso y en base al cual el opositor se adjudicó la victoria. “Perdió las elecciones señor, acéptelo democráticamente”, le manifestó Moreno a Lasso durante su discurso.
El postulante oficialista también sostuvo que “esta revolución continúa” y adelantó que “el acercamiento debe ser la norma del comportamiento de aquí en adelante de todos los ecuatorianos”.
Por su parte, el presidente saliente, Rafael Correa, se refirió en su cuenta de Twitter a la victoria de su partido Alianza País y dijo que “la revolución volvió a triunfar en Ecuador”. “La derecha derrotada, pese a sus millones y su prensa”, completó.
Más temprano, el opositor Guillermo Lasso, intentó adjudicarse la victoria y dijo desde Guayaquil que “a partir de hoy hay un presidente que va a promover la unidad nacional, la unidad de todos los ecuatorianos”.
Hablando ya como virtual mandatario, Lasso anunció que no descansará hasta "tirar al tacho de basura de la historia la Ley de Comunicaciones" vigente, que entre otras cosas prohíbe que los banqueros como Lasso tengan medios de comunicación.
Terrorismo informativo y manipulación mediática en Ecuador
Atilio Borón. Desde Quito, Ecuador
En las pocas horas que llevo en este país he podido comprobar los alcances de la “dictadura” de Rafael Correa, esa que denuncian incansablemente la plutocracia bancaria y sus voceros, los despistados líderes de algunos movimientos sociales y una izquierda extraviada que piensa que votando a un banquero ultraneoliberal que refugia sus ganancias en paraísos fiscales podrá dar el anhelado salto hacia la construcción del socialismo en el Ecuador.
En efecto, en esta peculiar “dictadura”, como gustaba decir a Eduardo Galeano a propósito de las acusaciones en contra de Chávez, el bombardeo de los medios hegemónicos a través de la televisión, la radio y los periódicos en contra del presidente Correa es implacable e incesante. La población está sometida a un ininterrumpido ataque, en donde la manipulación informativa se ejerce sin restricciones. No hay límite ni escrúpulo alguno en las difamaciones e insultos al primer mandatario y, por extensión, a Lenin Moreno y Jorge Glas. La relación de fuerzas en el terreno mediático es de 9 a 1 a favor de la derecha, destilando sin pausa un veneno que pretende pasar por noticia o ejercicio periodístico.
En las pocas horas que llevo en este país he podido comprobar los alcances de la “dictadura” de Rafael Correa, esa que denuncian incansablemente la plutocracia bancaria y sus voceros, los despistados líderes de algunos movimientos sociales y una izquierda extraviada que piensa que votando a un banquero ultraneoliberal que refugia sus ganancias en paraísos fiscales podrá dar el anhelado salto hacia la construcción del socialismo en el Ecuador.
En efecto, en esta peculiar “dictadura”, como gustaba decir a Eduardo Galeano a propósito de las acusaciones en contra de Chávez, el bombardeo de los medios hegemónicos a través de la televisión, la radio y los periódicos en contra del presidente Correa es implacable e incesante. La población está sometida a un ininterrumpido ataque, en donde la manipulación informativa se ejerce sin restricciones. No hay límite ni escrúpulo alguno en las difamaciones e insultos al primer mandatario y, por extensión, a Lenin Moreno y Jorge Glas. La relación de fuerzas en el terreno mediático es de 9 a 1 a favor de la derecha, destilando sin pausa un veneno que pretende pasar por noticia o ejercicio periodístico.
Ecuador a la hora señalada
Atilio A. Boron. Desde Quito
Esta noche se despejará la incógnita de la elección presidencial en el Ecuador. Y según ella se resuelva sabremos si ese país decide continuar por la senda transitada desde hace diez años, con las rectificaciones que sean necesarias, o si mirándose en el espejo argentino, opta por arrojar por la borda todo lo conquistado, dar un salto al vacío y entregarse mansamente a la depredación neoliberal. El resultado no sólo es importante para el futuro del Ecuador sino también para Latinoamérica. Será, en caso de ganar Lenín Moreno, un punto de inflexión que ponga fin a una serie de derrotas experimentadas en Argentina, Brasil, Bolivia y Colombia. En cambio, si llegara a triunfar Guillermo Lasso la contraofensiva restauradora y la recolonización del continente impulsadas desde Washington cobrarían nuevos ímpetus para arrojarse con saña sobre Venezuela y Bolivia. Se daría así un gran paso adelante en la anhelada “limpieza política” que la Casa Blanca promueve en la región y cuya meta es retroceder el reloj de la historia al punto en que se encontraba la noche del 31 de diciembre de 1958, en vísperas del triunfo de la Revolución Cubana.
miércoles, 22 de marzo de 2017
Elecciones en el Ecuador: Por qué la soberanía nacional importa
Mark Weisbrot, Huffington Post
La soberanía nacional es un bien infravalorado en el mundo de hoy, especialmente en los medios internacionales, donde las perspectivas de Washington y sus aliados mayormente prevalecen. Esto es cierto respecto a temas tanto políticos como económicos, y las consecuencias pueden ser particularmente fuertes para una región como Latinoamérica, tradicionalmente considerada por los funcionarios estadounidenses como su “patio trasero”.
La próxima elección en Ecuador está siendo observada y disputada por fuerzas que tienen visiones opuestas en este asunto. A la izquierda se encuentra la apuesta presidencial del anterior vicepresidente Lenín Moreno y su partido — el cual ha ganado ya la mayoría en la Asamblea — Alianza PAIS (Patria Altiva i Soberana, AP). Al igual que los otros partidos de izquierda que llegaron al poder durante el giro hacia la izquierda que arrasó en la región a inicios del siglo XXI, AP valora la soberanía nacional y la autodeterminación. Sus líderes, así como sus activistas y la mayor parte de su base electoral, entienden que el progreso alcanzado durante la última década hubiese sido imposible si el gobierno del presidente Rafael Correa hubiese seguido las recetas económicas de Washington.
Publicado por
mamvas
en
5:22 p.m.
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