El gobierno de Portugal inyectó este domingo 5 mil millones de euros para evitar el colapso del Banco Espírito Santo tras una serie de escándalos financieros que impidieron el salvataje por la vía de la ampliación de capital. Carlos Costa, gobernador del Banco Central de Portugal, aseguró que se creará un banco malo para absorber todos los activos tóxicos del banco, mientras las empresas sanas serán agrupadas en el banco bueno que tendrá por nombre Novo Banco y estará alejado de la familia Espirito Santo.
El plan de rescate acordado con Bruselas fue provocado por pérdidas mucho mayores a lo esperado, y a lo reportado por el propio banco la semana pasada. Las pérdidas acabaron con los colchones de capital y las acciones se hundieron más de un 75 por ciento en la semana antes de ser suspendidas el viernes. Desde los 6,2 euros que tenía la acción a mediados de 2008, el viernes alcanzó una cotización de 10 euros. El BES será retirado de la bolsa de Lisboa y no volverá a cotizar desapareciendo de los mercados en forma definitiva. La gran novedad será que esta vez los accionistas perderán su dinero en lo que será el debut de las nuevas normas europeas destinadas a asegurarse de que los inversores, y no solo los contribuyentes, deberán hacer frente a las consecuencias cuando los bancos quiebran.
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