Hedelberto López Blanch, Rebelión
Abundantes han sido los artículos en los medios de comunicación que reflejan el alto costo monetario que debe pagar una persona en la mayoría de los países para recibir tratamiento médico contra el Sars-Cov-2, lo cual le representa endeudarse por un largo período de tiempo.
The New York Times informó en un artículo que el costo de cada estancia en el hospital por Covid-19 alcanza una media de 23 489 dólares y que la ausencia de una cobertura sanitaria completa en el país provoca que parte de estos gastos corran a cargo de los pacientes.
El diario relata la historia de un hombre que perdió a su padre por coronavirus el pasado otoño y ahora el hospital y la aseguradora le reclaman más de 1 millón de dólares en tratamientos.
Como en Estados Unidos cerca de 56 millones de personas no tienen seguro médico, no los atienden en ningún hospital y por tanto deben pasar la enfermedad en la casa con las medicinas que pueda comprar porque además, una consulta médica les cuesta cientos de dólares a las personas sin seguro.
En República Dominicana, el Diario Libre, señala que además de la incertidumbre que genera contraer la COVID-19 por las complicaciones de salud que pueden llevar a la muerte, la enfermedad supone un alto sacrificio económico para los que la contraen.
Los pacientes positivos que buscan atención de un médico y seguir un tratamiento, pueden gastar un promedio de 40 000 pesos por pasar un cuadro leve que no amerite internamiento.
Daira Almonte, una dominicana que dio positivo a principio de mayo, calcula en 35 215 pesos el gasto que tuvo por los días de la enfermedad, pese a tener un seguro médico privado con un plan superior al contributivo. Al desglosarlo fueron: 7 000 pesos en cuatro pruebas diagnósticas para ella y su pareja; tres consultas médicas de 1 500 cada una; dos tomografías de 750; tres indicaciones de análisis de laboratorio por 1 400, y 20 700 pesos en medicamentos.
La página Saludiario de Ecuador afirmó que en los últimos meses la Defensora del Pueblo ha recibido numerosas denuncias respecto a los elevados costos de atención en hospitales y clínicas a pacientes con la pandemia.
Ana Delgado, directora de la Asociación Nacional de Clínicas y Hospitales Privados en Ecuador (Aghpe) estima que en promedio, cada día de hospitalización en la UCI de cualquier centro equivale como mínimo a 2 500 dólares. Como la mayoría de los pacientes en esa situación están internados unos 25 días, el costo llega a más de 30 000 dólares. Solo la prueba de PCR cuesta 120 dólares.
Agrega la publicación que los familiares de los pacientes consideran que las clínicas se aprovechan de la situación, inflando los precios de una manera exorbitante, pues hasta una simple mascarilla puede llegar a costar 600 dólares.
Ahora analicemos la gran diferencia de lo que sucede en la mayoría de los países con sistemas neoliberales con respecto a lo que ocurre en Cuba donde el Estado asegura los servicios públicos gratuitos para todos los ciudadanos.
El ministro de Economía, Alejandro Gil informó que pese a los graves problemas económicos que padece la nación debido al recrudecimiento del bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra la Isla y los impactos que ha tenido la Covid en el turismo y otras fuentes de ingreso, el gobierno ha mantenido con esmerada atención, todos los sistemas de salud.
En 2020 el país invirtió 102 millones de dólares no previstos en el plan y hasta el cierre del primer semestre de 2021 se han destinado 82 millones de dólares en reactivos, equipos médicos, jeringuillas, medios de protección, material gastable y medicamentos, a lo que se suma encontrar proveedores pues por el bloqueo muchos no quieren arriesgarse a suministrarlos, así como retrasos en las llegadas con precios superiores a los del mercado internacional.
Además, producto de la pandemia existen numerosos ingresados en centros de aislamientos y hospitales lo cual obliga a gastos de alimentación, vestuario, lencería, aseo, limpieza, electricidad, agua. Un paciente en un centro de aislamiento cuesta al país 990 pesos como promedio diario; uno hospitalizado, 4 165 pesos por día; uno en cuidados intensivos, 13 045 pesos. Ninguno de los pacientes se lleva del hospital una factura sino el agradecimiento al personal médico por haberle salvado la vida.
Los gastos por la Covid en los primeros cinco meses de 2021 ascienden a 5 772 millones de pesos, cuya cantidad total la ha asumido el presupuesto del Estado.
Al mismo tiempo ha existido una garantía salarial pues a ningún interrupto se le ha dejado de pagar, al respaldarlos con el 100 % en el primer mes y a partir de ahí con el 60 % sin interrupción.
El costo por ese concepto ha sido de 596 millones de pesos en lo que va de año; el salario del personal vinculado directamente a la covid, 574 millones; la compra del medicamento para entregar a los hospitales para atender la pandemia, una buena parte de ellos importados, 1 181 millones; en alimentos que se entrega gratuitamente en los hospitales 246 millones; en materias primas y materiales 107 millones y otros conceptos como pago de la electricidad, gas, agua y otros insumos, 1 600 millones de pesos.
En esas difíciles condiciones económicas, con la reducción de entrada de divisas y un bloqueo inhumano recrudecido con 243 nuevas medidas, Cuba ha sido capaz de mantener la atención gratuita para toda su población y a la par crear nuevas vacunas (único país en América Latina) para luchar contra la pandemia.
Esa es la diferencia de un sistema que labora por el bienestar y la salud de sus ciudadanos, en contraposición a los que han optado por el neoliberalismo, cuyo corolario es hacer ricos a unos pocos en detrimento de los más pobres.
En un mundo donde se aprovecha el hambre para hacer negocios, nada de raro tiene que se utilice con ese fin la pandemia. Incluso los servicios funerarios, cementerios y cremaciones suben los precios por la ley de la oferta y la demanda.
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