miércoles, 30 de octubre de 2019

La explicación económica de la revuelta en Chile


Umberto Mazzei, Alai

Un amigo me cuenta que en la OCDE están perplejos sobre lo que sucede en Chile y que tratan de contradecir la realidad distribuyendo datos sobre las cifras macroeconómicas de Chile porque Chile es un alumno modelo de la escuela neoliberal desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y en efecto el crecimiento económico de Chile como país es indudable y hoy día es uno de los países más ricos de América Latina. Quienes no entienden el descontento es que no han leído a Sismondi.

La escuela neoliberal de Chicago es sólo la última proyección de la doctrina que David Ricardo, quien distorsionó los principios casi naturalistas de Adam Smith. Para asombro de algunos izquierdistas poco leídos. El descubrimiento más importante de Adam Smith es que la fuente de la riqueza no es el oro (mercantilismo) ni la tierra (fisiócratas). ¡Smith encuentra la fuente de la riqueza en el trabajo!

Ricardo (era agente de aduanas) aboga por derogar las Corn Laws que protegían la producción inglesa y abrir las puertas a la importación de trigo barato (ruso y polaco) para abaratar el precio del pan; no para favorecer a los trabajadores, sino para favorecer a los patrones, porque con eso el costo de la subsistencia baja y se pueden reducir los salarios, para aumentar el beneficio que la producción deja a la clase patronal. Ese es más o menos el razonamiento original de Ricardo que lo lleva a abogar por el libre comercio y la ausencia de injerencia del gobierno en la economía.

El primero en contradecir su doctrina fue Charles Sismondi (Marx así lo reconoce) que también es el primer economista que se preocupa por la distribución de la riqueza; en efecto su libro más conocido es Nuevos Principios de Economía Política cuyo subtítulo es: o de la riqueza en su relación con la población (Icaria Editorial, Barcelona, 2016). En su libro Sismondi pronostica que el sistema de Ricardo es una receta que lleva fatalmente a la concentración de la riqueza en la clase patronal y eso lleva a la lucha de clases: la clase asalariada contra la clase patronal.

En la OCDE comprenderían mejor lo que sucede en Chile a pesar de las cifras macroeconómicas que indican un país rico si hubiesen retenido la siguiente frase de Sismondi: Un país no es rico porque algunos de sus ciudadanos acumulen riquezas fabulosas; un país es rico cuando la mayoría de sus ciudadanos obtiene lo suficiente y goza de comodidad y bienestar.

Es Sismondi quien descubre la plusvalía que él llama mieux-value y que es la base del enriquecimiento concentrado en la clase patronal. El patrón se embolsa la diferencia entre el salario que paga y el valor real del trabajo. Hay mucho Sismondi en lo más acertado de Marx.

Sismondi recomienda pagar buenos salarios, porque los salarios son la única renta que está totalmente destinada a gastarse en bienes y servicios. Por eso en realidad los salarios constituyen el mercado y el empleo debe ser la primera prioridad de una política gubernamental que quiera movilizar un estancamiento económico (Keynes se inspira en ese descubrimiento).

Por eso no es Marx sino Sismondi quien puede explicar la causa del descontento popular en Chile. Se dice que en Chile el 90% de la riqueza está en manos del 16% de la población. El detonante de esa disparidad explosiva ha sido el aumento del precio del transporte en el Metro. A eso se suma el viejo descontento por la privatización onerosa de la enseñanza, un hecho anómalo e insólito en Europa o América Latina, donde tradicionalmente la enseñanza primaria, secundaria y universitaria es laica y gratuita desde que Sarmiento la implantara en Argentina, siguiendo el modelo europeo. Es sólo en Estados Unidos que la enseñanza es un negocio privado muy rentable.

Hay otra frase de Sismondi que causa escozor a los economistas de la doctrina liberal que promueve una especie de ética darwinista y que creen la distribución de la riqueza hacia las clases trabajadoras se produce por derrame de la riqueza que desborda a la clase patronal. Sismondi dijo: La Economía no es una ciencia de cálculo: moral la Economía es una ciencia moral.


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