Alejandro Nadal, La Jornada
Existen varios mensajes importantes en el contenido de los 11.5 millones de documentos de la firma panameña Mossack Fonseca filtrados a los medios. En términos digitales la filtración tiene dimensiones realmente astronómicas, con más de 2 terabytes de información. Y eso entraña un riesgo: la saturación de la capacidad de análisis.
Mossack Fonseca es una firma especializada en la constitución de empresas y estructuras legales para canalizar fondos hacia espacios económicos en los que las reglas son menos rígidas, por no decir inexistentes. Por eso los documentos filtrados involucran a más de 214 mil empresas offshore (entidades legales que escapan a la legislación del país de origen de sus propietarios). Se puede decir que Mossack Fonseca vende confidencialidad, pero eso se traduce en ocultamiento, evasión y, por supuesto, en el camuflaje de la corrupción y el lavado de dinero. Pero la mercancía más vendida por las empresas como Mossack Fonseca es la cortina de humo para la especulación financiera.
El análisis de la información contendida en los documentos filtrados parece estarse agotando en el escándalo. Los medios hablan de revelaciones espectaculares sobre la evasión fiscal de cientos de celebridades y de la corrupción de políticos en todas partes del mundo. Pareciera que lo importante ha sido exponer a la luz pública la inmundicia del comportamiento de algunas de estas figuras que hoy ven su reputación algo manchada. Esta es la dimensión del tema de los papeles de Panamá que más atención ha recibido por los medios. Es como si se hubiera entregado al público un escándalo más para disfrutar con regodeo (o como dicen algunos, con algo de Schadenfreude, palabra alemana que designa el sentimiento de alegría por la desgracia o sufrimiento de otro).
Por cierto, las líneas que han privilegiado el Wall Street Journal (WSJ) y el New York Times (NYT) son reveladoras. Según estos periódicos, la filtración de los documentos de Panamá muestra dos cosas. Primero, que los gobiernos son corruptos y que no se puede confiar en ellos. Así que según el NYT la culpa de todo la tiene, como siempre, el gobierno. Segundo, que el negocio de las empresas offshore se ve amenazado y su rentabilidad disminuida por el escándalo. Y eso, según el WSJ ¡es una mala noticia para la economía mundial!
La otra vertiente en el análisis de los papeles de Panamá tiene que ver con la desigualdad económica. Los documentos divulgados revelan cómo se las maneja el uno por ciento de la humanidad constituido por los estúpidamente ultra-ricos. Para Gabriel Zucman, economista de la Universidad de California en Berkeley y autor del libro La riqueza oculta de las naciones, la filtración nos vuelve a mostrar algo de las dimensiones de la evasión fiscal global realizada a través de empresas offshore. Según sus cálculos ésta asciende a unos 200 mil millones de dólares anuales. Para Zucman la lección más importante de los documentos de Panamá es que es necesario proceder a una regulación estricta de los paraísos fiscales y de sus estrategias para establecer estas entidades legales, las empresas offshore, que son simples cascarones vacíos al interior de los cuales ocurren todo tipo de arreglos más o menos tenebrosos.
Tiene razón Zucman en hacer hincapié en el tema de la regulación financiera. Pero hay un error si se piensa que esas entidades huecas o empresas cascarón que son las offshore sirven única o primordialmente para la evasión fiscal.
La realidad es diferente. Las empresas offshore constituyen una base para todo tipo de actividades, muchas de ellas relacionadas con la especulación financiera: desde la emisión de títulos de deuda para obtener recursos en diferentes mercados financieros, hasta facturar todo tipo de operaciones para permitir el uso de precios de transferencia en operaciones intra-firma y transferir rentabilidad de un espacio económico a otro. Y por supuesto, las offshore son la plataforma clave para involucrarse en el mercado mundial de divisas y para los flujos de capitales que son el azote de cualquier economía. La estela destructiva de esos flujos de capital ha cancelado la posibilidad de una política macroeconómica anti-cíclica y socialmente responsable.
No hay que olvidar que el dominio del sector financiero impuso a escala internacional la desregulación financiera y bancaria con el fin de abrir la puerta al arbitraje y la especulación. Y las firmas de abogados al estilo Mossack Fonseca tienen como misión construir la infraestructura legal que permite aprovechar esa debilidad regulatoria para obtener los frutos de la especulación financiera a escala mundial.
En síntesis, la importancia de las filtraciones de los documentos de Panamá va mucho más allá de las corruptelas de celebridades y políticos. Y tampoco se agota con el importante tema de la evasión fiscal. Los servicios que prestan los bufetes de abogados como el de los documentos filtrados son la esencia del neoliberalismo global. Es urgente aquilatar la verdadera importancia de la filtración de documentos de Panamá y derivar las lecciones correctas.
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