Raúl Dellatorre, Página12
La Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York rechazó la pretensión de los fondos buitre litigantes contra Argentina, de que se les adjudiquen 539 millones de dólares congelados por el juez Thomas Griesa en junio de 2014. Ese monto había sido depositado por las autoridades argentinas en la cuenta que posee el Bank of New York Mellon (BoNY) en el Banco Central, para ser girado a los bonistas acreedores de los canjes de deuda, por el vencimiento de títulos el 30 de junio de 2014. En aquella oportunidad, Griesa congeló los fondos, al ordenarle al BoNY no efectuar el pago, aunque no pudo embargarlos porque estaban depositados a la orden de los bonistas acreedores y no ya a nombre del gobierno argentino. Sin embargo, un grupo de fondos buitre litigantes (que no incluye a los fondos principales, vinculados a NML Capital y a Paul Singer) reclamó el embargo de esos 539 millones y su aplicación como pago a cuenta de la sentencia de Griesa. El juez denegó ese pedido, por lo cual los buitres apelaron. Este rechazo de la Corte responde a esa apelación, ratificando así quizás el único fallo de Griesa a favor de la Argentina.
El pago de aquel vencimiento del 30 de junio y la decisión de Griesa de congelar los fondos fue uno de los momentos de mayor tensión en la disputa de los tribunales de Nueva York. El bloqueo del pago por parte de Griesa dio lugar a que algunas agencias de calificación y varios medios especializados consagraran que Argentina había caído en “default técnico”. En realidad, se trataba de un intento de presión para obligar a la Argentina a ceder ante las pretensiones de los fondos buitre. Pero el Gobierno mantuvo su postura hasta obtener ayer el fallo a favor de la Corte de Apelaciones. “La Corte del Segundo Circuito confirma que los pagos efectuados por Argentina a favor de los bonistas reestructurados no pueden ser atacados por los fondos buitre”, explicó ayer el Ministerio de Economía en un comunicado.
La decisión de hacer efectivo el pago a los acreedores que habían ingresado al canje, pese al riesgo de embargo, fue adoptada en función de la estrategia seguida por el Gobierno, de mantener el cumplimiento con los bonistas a pesar de la postura de Griesa y los fondos buitre. El 26 de junio de 2014 Argentina pagó el equivalente a 832 millones de dólares, 539 de los cuales salieron a través del BoNY. Con ese pago se cancelaban los intereses del bono Discount del canje, que vencían el 30 de junio. Pero el BoNY, acatando una resolución de Griesa, no giró los fondos a los bonistas, incumpliendo su compromiso como agente pagador, atribución que le fue cancelada posteriormente por ese hecho. Al no llegar los fondos a manos de los bonistas, Argentina pasó uno de los momentos más críticos de la pulseada, al quedar señalado en la condición de “en default técnico” por medios y agencias con intereses afines a los de los fondos buitre.
“Los fondos buitre pretendieron embargar y apropiarse de esos fondos, y recurrieron hasta la Corte del Segundo Circuito para obtenerlo; lo que hace ahora la Corte es establecer que el Banco de Nueva York no puede darles ese dinero a los fondos buitre, porque no es de Argentina sino de los bonistas reestructurados; lo que dice la Corte es que los fondos buitre están yendo contra los bonistas del canje, que es lo que vinimos diciendo todo el tiempo. Esto es una ratificación de la estrategia y la interpretación que hizo siempre Argentina sobre el litigio y la demanda de los fondos buitre, aunque acá hubo sectores que opinaron en contra y reclamaron que cumpliéramos con la sentencia de Griesa sin importar su inconsistencia o que fuera imposible de cumplir”, apuntó ayer el secretario de Finanzas, Pablo López, en una entrevista (Y si no cómo me entero, Radio Cooperativa).
“Lo que muestra este fallo es que Argentina sigue fuerte en su estrategia. Y que aquellos que opinaron en contra, queriendo descalificarla, lo que provocaron fue más ruido en el mercado financiero de una manera irresponsable. Plantear, como se hizo en aquel momento, ir ante el juez Griesa y pagar en efectivo los 1600 millones de dólares de la demanda era una locura y hoy lo es más. Fue apareciendo todo el universo de holdouts, los ‘me too’ y todos los que están detrás de esto en este juicio, demostrando que la demanda es de una magnitud muy superior, como dijimos entonces y teníamos razón”, completó.
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