Marco A. Gandásegui, Alainet
En un seminario celebrado recientemente, el sociólogo barbadiense, Whitfield A. Knight, recordó que “la dominación sin hegemonía es efímera”. El debate se ubicaba en el plano de la actual crisis del sistema capitalista. Por un lado, la economía capitalista que aún no se recupera del golpe sufrido en 2008. Por el otro, las guerras locales desatadas en todo el mundo, incluso Europa.
Las bolsas de valores y la ‘economía real’ están estancadas, sin capacidad de generar ganancias. Son precisamente estas instituciones capitalistas las que sirven como palancas para someter a los pueblos que forman parte del sistema. La confianza que deposita la gente – no importa de qué clase social – en el mercado y los bienes y servicios que ofrece a la masa consumidora constituye la herramienta de dominación más eficaz. Esa confianza en la promesa del consumo - hegemonía - es más eficaz que todas las religiones, la educación o la represión.
En el mismo seminario celebrado en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), de La Habana, Cuba, el austriaco, Peter Stania, planteó que en la actual crisis que enfrenta a Rusia y EEUU en Ucrania, Washington tiene como política quebrarle el espinazo a Moscú. Todo indica que EEUU abandonó el proyecto de incorporar a Rusia a la Alianza Atlántica tal como lo ha hecho con el resto de Europa central y oriental. Entre los muchos planes de contingencia de Washington, cobra fuerza la que promueve la destrucción de la Federación rusa, tal como se conoce hace tres siglos.
Con el colapso de la URSS, en 1991, los estrategas de EEUU supusieron que el antiguo bloque socialista caería rápidamente en la órbita de la gran Alianza Atlántica. No estaban equivocados. La excepción fue Rusia que reaccionó ante la ofensiva norteamericana y está resistiendo el avance avasallador de los países del pacto Atlántico.
La lógica del mercado capitalista dio cuenta del bloque socialista y la URSS. ¿Cuánto tiempo podrá resistir Rusia su acoplamiento subordinado al sistema? Todo indica que Rusia no presenta una estrategia – dentro del sistema o fuera de él - como alternativa para defenderse. Todo indica que está negociando – utilizando sus riquezas naturales - su inserción definitiva al sistema. En una ponencia que presentamos señalamos que EEUU maneja dos tesis en torno a sus relaciones con Rusia. Por un lado, dividir a la Federación rusa en tres países (Europa, Siberia y Lejano oriente). Por el otro, incorporarla a la periferia de la Alianza Atlántica, como país dependiente.
La tercera ponencia que impactó a la asistencia fue la del sociólogo haitiano, Camille Chalmers, quien abordó la crisis en su país, provocada por la ocupación militar coordinada por EEUU. Describió cómo Washington desarticuló el país desde el terremoto y mantiene una fuerza militar multinacional ocupante. La táctica norteamericana descansa sobre su noción del “Estado fallido”. Washington aplica esta noción a todo país que considera su enemigo y, como consecuencia, debe ser objeto de una intervención militar. En América Latina, EEUU coloca en esa categoría a gobiernos que no se someten a sus dictados como Bolivia y Venezuela.
Todo indica que el mundo se mueve hacia una dominación total de EEUU, pero sin hegemonía. Washington optó por construir una enorme red mundial de bases militares. Ha creado conflictos en el este europeo donde envió tropas a Polonia y Letonia. En el Mar de China donde amplió su presencia militar en Filipinas. En el Medio Oriente, donde financia y arma el ejército del nuevo califato en Irak y Siria. En el Gran Caribe, tiene un cerco sobre la zona insular con bases y tropas en Colombia, país vecino de Venezuela. Además, interviene directamente con ‘asesores’, armas y financiamiento en la ‘Guerra contra las drogas’ en México.
La dominación de EEUU se sostiene sobre una estrategia militar, cuya base social y económica tiende a debilitarse. EEUU está conciente de esta realidad y tiene como objetivo estratégico contener y aislar a China. Pretende impedir el movimiento chino sobre el Pacífico. La encierra por el sur y oeste. El gran reto para EEUU es la Federación rusa en el norte. Un eje formado por China y Rusia no le permitiría a EEUU conservar su dominación mundial. La destrucción de Ucrania es para debilitar a Rusia y, de paso, neutralizar a una China pujante.
Tal como señalara Knight en el seminario del ISRI, “la dominación sin hegemonía es efímera”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario