Artículo de Santiago Niño Becerra publicado en La Carta de la Bolsa
El próximo pasará a los libros de Historia. Como las elecciones que abrieron la puerta a las tijeras, al hacha, a la motosierra; como el punto de no retorno para la puesta en marcha de lo que exigen ‘los mercados’. Y dará igual el municipio, o la región: ahorrar es muy fácil si no se tiene: si no se da, claro que entonces no es ahorro, sino carencia, pero para el caso …
Pienso que otra cosa que el Domingo se pondrá sobre la mesa será el fin de la demagogia, o, al menos, el principio de su fin, de la demagogia strong or light, tanto da. ¿Por qué?, pues porque muchas de las manifestaciones que hacen los políticos se basan en medias verdades, o barajan papayas y aguacates, y eso ya no debe ser, y pienso que a partir de ahora no será. Veamos un ejemplo.
Un partido político ha dicho en una región española que cuando, hace años, él dejó el Gobierno de esa región en ella el desempleo del factor trabajo se situaba en el 6,4% y que actualmente tal tasa es casi trece puntos superior. Dicho así, sin más, pienso que es un dato sin sentido: nada hoy es igual a como era hace ocho años, absolutamente nada, y menos en el reino: los déficits fiscales interregionales: eso de lo que nadie habla; pero hay personas -votantes- que tan sólo se quedan en el enunciado; la pregunta: ¿cuántas son?.
Remarquen el día 22 en el calendario y guarden ese calendario. Pienso que se convertirá en uno de los recuerdos del baúl. (¿Tiene algo que ver?, tal vez. Un lector me remitió ayer por la tarde la imagen de más abajo, pregunté la localidad en que había sido tomada, pero no he obtenido respuesta; en cualquier caso es para meditar:
¿Conclusiones?. Uds. mismas/os; si a eso añaden la estructura de PIB que España tiene y la productividad que España luce ..., la deuda ya existente, ...).
Por suerte trabajo y cobro todos los meses -por ahora-.
ResponderBorrarMi indignación consiste en que nunca he pagado mas impuestos, en cantidad absoluta y relativa, y a cambio cada día recibo menos. Pago mas peajes, tasas y cánones y mis empleadores reciben mas subvenciones y se compran coches mas grandes y lujosos.
Trabajamos para endeudarnos en una economía ruinosa e insoportable, aquí, en Alemania y en los lluesei y no me refiero al medio ambiente, sino al valor del dinero.
Asi es. El dinero cada día vale menos y no es producto de la inflación sino de los cobros adicionales como los de las autopistas que antes no existían, junto a los implacables intereses que lasceran nuestra economía doméstica y deterioran la calidad de vida.
ResponderBorrarTambién, por esa mala costumbre de endeudarnos terminamos pagando el doble y avanzando más rápido hacia la bancarrota. ¿Y quienes ganan? Por cierto que los mismos de siempre, ese 1% que se beneficia abundantemente de los desequilibrios del sistema
Saludos