El Banco Central reconoció ayer, y en forma pública, la fuerte contracción que experimentará la economía chilena por primera vez desde 1999. La visión del Consejo del instituto emisor sobre el desempeño de la economía, contenida en el Informe de Política Monetaria (IPOM) de mayo, da cuenta del fuerte deterioro registrado en los últimos meses, como consecuencia de la crisis mundial.
De acuerdo al Central, el PIB 2009 variaría entre -0,75% y 0,25%, con un sesgo a la baja -es decir, que hay más posibilidades de que la cifra final se ubique en la parte baja del rango-, reconociendo que “el impacto sobre la economía chilena ha sido mayor que el considerado en el IPOM de enero”, cuando se estimaba que la actividad podría crecer entre 2% y 3%. Esa proyección fue totalmente errónea dado que ya habíamos advertido que el PIB estaría en torno a cero o menor.
Esta vez el mercado muestra claramente la caída del PIB, y que no tiene por donde remontar. En la encuesta de expectativas del Central se prevé un -0,7% y en el último Consensus Forecast -donde se le pregunta también a entidades externas- se apuesta por un -0,5%. Así, se ve la nueva proyección de la autoridad como un sinceramiento. De hecho, ésta es la primera vez que un IPOM anticipa un escenario contractivo, desde que se realizan, a partir del 2000.
Entre las razones que explican la fuerte baja en la proyección de crecimiento para este año, el instituto emisor destaca la transmisión de la crisis externa a la economía local, la cual se ha realizado por tres canales.
El primero está ligado al comercio exterior, debido a la menor demanda externa que supone un mundo en recesión, lo que ha impactado los precios de los envíos. Sin embargo, De Gregorio, destacó que la concentración de envíos nacionales relacionados con materias primas ha hecho que el impacto del menor comercio mundial sea más bajo que en los países productores de bienes manufacturados.
En segundo lugar, la autoridad económica señala el efecto que el deterioro de las condiciones financieras en las economías desarrolladas ha tenido en los mercados locales. Pero, agrega que la situación de los bancos y empresas chilenas para acceder al crédito es mejor que en otros países.
El significativo cambio en el escenario macroeconómico global ha tenido además un fuerte impacto en las expectativas de las empresas y los hogares, lo que explicaría “una parte significativa de la caída en el nivel de la demanda interna”, la que caería 4,7% durante este año.
A pesar del pronóstico contractivo para este año, De Gregorio indicó que “en las últimas semanas hemos comenzado a ver algunas luces, tenues, que sugieren que la situación en el mundo desarrollado podría estar estabilizándose”. Esto, sumado a las políticas monetaria y fiscal impulsadas en el país durante los últimos meses debieran “permitir un incremento paulatino en la demanda interna y en la actividad”.
Así, el Central indica que aunque en el primer trimestre el nivel de actividad “cayó con menos fuerza que a fines de 2008”, al compararlo con el trimestre inmediatamente anterior y desestacionalizado) la recuperación, medida también de esa forma debería “comenzar a apreciarse con mayor nitidez a partir del trimestre en curso”. Aunque, eso sí, las mediciones interanuales continuarán siendo negativas “al menos durante todo este trimestre”.
En el segundo semestre la situación ya podría comenzar a cambiar. El Central apuesta en que en el curso de ese período ya se verían cifras positivas, incluso “más cercanos a su crecimiento de tendencia”, es decir, entre 4,5% y 5%.
Informe de Política Monetaria, Mayo 2009
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