Como en esos thriller sicológicos, la desesperación comienza a apoderarse de la mente. En una cadena de TV y durante quince minutos, George W. Bush, el presidente de la otrora poderosa nación, defendió el plan de rescate de la Fed advirtiendo que el país se enfrenta a una "larga y dolorosa recesión por la grave crisis financiera", lo que ha obligado la intervención del Gobierno con un multimillonario plan de rescate bancario.
Bush se jugó su carta y trató de convencer al pueblo estadounidense de que se debe apoyar el plan de rescate que ha propuesto su Gobierno al Congreso, y que asciende a 700.000 millones de dólares: "Estamos en medio de una grave crisis financiera y el Gobierno está respondiendo con acciones contundentes", advirtiendo que los mercados no están funcionando apropiadamente y se ha perdido la confianza en ellos.
Bush insistió en que los principales sectores "están en riesgo" y más bancos podrían entrar en bancarrota si el Congreso no accede a apoyar el plan de medidas del Gobierno, que permitirá al Tesoro adquirir la deuda "tóxica" que tienen los bancos. De no aprobarse este plan, "Estados Unidos entrará en recesión, y no podemos dejar que eso suceda", señaló, por lo que hizo un llamamiento al Congreso para que lo apruebe con urgencia.
El plan de Paulson y Bernanke se encuentra en entredicho y ha sido rechazado por un centenar de economistas del país del norte por ser poco transparente (no permite normas de supervisión claras); nada equitativo (¿por qué todo el mundo debe absorber el drama de los inversionistas, si cuando éstos ganan solo piensan en sí mismos?) y con efectos de largo plazo: varias generaciones se verán perjudicadas de subsidiar a los ricos. El tsunami financiero está llegando a la Casa Blanca.. y ya nadie niega que los EEUU tendrán al menos un par de años de estancamiento puro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario