Los altos precios de los alimentos se están convirtiendo en un problema serio. Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, alertó que la crisis creada por este encarecimiento podría significar un retroceso de varios años en el compromiso de reducir a la mitad el hambre en el mundo para 2025. El titular de la ONU citó datos del Banco Mundial según los cuales la actual crisis alimentaria, podría sumergir en la miseria a unos 100 millones de personas en países de bajos ingresos.
Ban Ki-moon admitió que el incremento en los precios de los víveres elevó de 500 a 700 millones de dólares el presupuesto requerido por el Programa Mundial de Alimentos (PAM) para sus programas de asistencia este año. A su vez, la FAO reveló que el costo de la canasta básica para una familia promedio en América Latina se elevó un 45% en los últimos nueve meses.
Hay tres rubros, según las estadísticas del ente, que reflejan claramente este encarecimiento: los cereales, con incremento de 41 por ciento, los aceites vegetales 60 por ciento y los productos lácteos 83.
A principios de semana Jean Ziegler, relator de la ONU para la Alimentación, alertó que la crisis desatada por esta situación puede detonar un largo período de disturbios incontrolables y de inestabilidad en el mundo. Antes de que comenzara la crisis, un menor de 10 años moría cada cinco segundos en el mundo y otros 854 millones se encontraban gravemente desnutridos. Con la actual crisis, estas cifras se acentúan. Se trata de una masacre inminente, de un crimen de lesa humanidad del cual todos estamoa siendo cómplices.
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