Una mirada no convencional al modelo económico neoliberal, las fallas del mercado y la geopolítica de la globalización
viernes, 12 de diciembre de 2025
El plan de la discordia. ¿Qué dice el último borrador estadounidense?
Nahia Sanzo, Slavyangrad
Como prácticamente cada día, también ayer se publicó una nueva versión del plan de paz con el que Estados Unidos pretende lograr de forma rápida el final de la guerra rusoucraniana. Y si hay que acudir a los medios estadounidenses para conocer la versión de Kiev de los documentos, puede hacerse lo propio con los ucranianos para conocer cuáles son las últimas propuestas del equipo negociador de Steve Witkoff y Jared Kushner. Según Zerkalo Nedely, uno de los medios de mayor rigor en Ucrania, la versión más reciente entregada por Estados Unidos a Ucrania -previa a las modificaciones que Kiev y sus aliados europeos tratan de realizar actualmente- es, en esencia, “una nueva versión del Plan de paz de Trump”. “Así que podemos decir sin miedo a equivocarnos que el nuevo es prácticamente el viejo que aún no se había olvidado”. Esta valoración contrasta con los postulados relatados por David Ignatius en The Washington Post que, aunque con la ambigüedad de no dar a conocer qué versión estaba analizando, deja lo suficientemente claro que está refiriéndose a la interpretación del plan deseada por Ucrania y sus socios continentales. La ventaja del medio ucraniano es que, al contrario que el periodista estadounidense, que se basa en lo relatado por sus fuentes, dice disponer de una copia del documento que analiza.
“De las propuestas esenciales no-ucranianas”, afirma ZN.UA, el único de los 28 puntos que ha desaparecido del documento, es el que según The Wall Street Journal había negociado Rustem Umerov, la amnistía general por los actos cometidos durante la guerra, que aquella semana fue percibido como un intento de indultar, no solo crímenes de guerra, sino casos de corrupción. La ausencia únicamente de este punto implica que permanecen en el documento -aunque quizá hayan sido modificados- puntos como los que mencionaban la prohibición de ideologías de odio como el nazismo o los que se referían a aspectos sociales como la oficialidad de la lengua rusa y la eliminación de la persecución de las iglesias ortodoxas vinculadas al patriarcado de Moscú, dos aspectos que los países europeos trataron de demonizar apelando a la soberanía ucraniana. El motivo era el mismo que hacía imposible conceder estatus especial y derechos lingüísticos y culturales a la población de Donbass, la aspiración de centralización social, cultural, política e ideológica de la Ucrania post-Maidan, que dice defender los derechos del pueblo ucraniano pero que siempre limita el sector de población al que se refiere.
En cuanto a su estructura, el acuerdo estaría compuesto por cuatro documentos, no por los tres a los que a lo largo de la semana se ha referido Ucrania. El primero sería el documento de 20 puntos que Ucrania y sus aliados tratan de enmendar y que sería firmado por “Ucrania, Rusia, Estados Unidos y Europa”, sin que quede claro qué es Europa (¿Unión Europea? ¿Unión Europea y Reino Unido?) ni quien sería la persona encargada de firmarlo. A ello se sumarían un marco de garantías de seguridad de tres puntos para Ucrania, otro de cuatro puntos en el que se señalarían los compromisos de Estados Unidos con la OTAN y el último, que Zelensky prefiere ocultar -posiblemente con la intención de negociar su desaparición-, un acuerdo de doce puntos fundamentalmente económicos entre Estados Unidos y Rusia.
La lógica territorial es la que ya ha quedado clara a lo largo del año: congelar el frente en Jersón y Zaporozhie, que Rusia entregue los territorios bajo su control fuera de los cuatro territorios que reclama como propios (Sumi, Dnipropetrovsk y Járkov) y una retirada ucraniana de la parte ucraniana de Donbass, que Estados Unidos considera que las tropas rusas podrían capturar por la vía militar de continuar la guerra. “La postura ucraniana no ha cambiado. Estamos donde estamos”, afirmó ayer Zelensky en referencia a Donbass. También se mantiene la postura de Rusia, que ha afirmado que logrará el control de Donetsk “de una forma o de otra”.
Sobre el estatus de esa parte de Donetsk, el medio ucraniano afirma que “una de las innovaciones de este documento es la aclaración del tamaño de la «zona buffer desmilitarizada neutral» en la región de Donetsk: el 30%. Los «28 puntos» establecían que esta zona sería «reconocida internacionalmente como territorio perteneciente a la Federación Rusa». Sin embargo, este pasaje ya no figura en el nuevo documento. En su lugar, se establece que las tropas ucranianas y rusas se estacionarán fuera de la frontera administrativa (que aún no se ha determinado) y no entrarán en esta zona desmilitarizada”, un cambio que se debe a la contradicción que existía en el documento entre la mención al reconocimiento de iure que aparentaba esa formulación y el reconocimiento de facto del que se hablaba en el resto del documento y que era uno de los incentivos que Rusia vio en él. “Pero, ¿quién puede garantizar que el FSB no estará allí con todas sus «armas y plumas»?”, añade el medio, que se adhiere a la teoría de que solo Rusia podría violar las condiciones pactadas. Los siete años de Minsk, en los que Ucrania utilizó abiertamente la “estrategia de pequeños pasos” para avanzar sobre el territorio supuestamente neutral, recuerdan que el argumento es falso.
Según ZN.UA, el documento trata también el estatus de la central nuclear de Energodar, que Ucrania aspira a recuperar exagerando el peligro nuclear y alegando que solo si regresa bajo su control podrá producir energía de forma segura. El documento analizado por el medio ucraniano mantiene la opción intermedia del reparto de energía al 50% entre Rusia y Ucrania y la dirección estadounidense, pero no la devuelve a Ucrania.
La novedad de las últimas 24 horas es la recuperación de una idea que ha reaparecido periódicamente a lo largo de la última década, generalmente vinculada al rechazo del Gobierno ucraniano a cumplir con los acuerdos de Minsk. “Zelensky dice que debería haber unas elecciones ucranianas o un referéndum sobre cualquier potencial compromiso territorial”, titulaba por la tarde AFP. Zelensky vuelve a utilizar la amenaza de hacer cargar con la responsabilidad de la decisión a la población como forma de dilatar la negociación y dar tiempo a sus aliados a lograr la reunión en Europa que el canciller Merz espera realizar con la participación de Estados Unidos, escenario ideal para equilibrar el acuerdo a favor de Ucrania y, sobre todo, de los intereses económicos, geopolíticos y militares de la Unión Europea y el Reino Unido.
En materia de seguridad, la “buena noticia” es que “La buena noticia: en el nuevo paquete del «plan de paz de Trump», ya no figura el compromiso de Ucrania y la OTAN de no adhesión de nuestro país a la Alianza en la Constitución de Ucrania y en los documentos fundacionales del bloque, respectivamente. Además, Ucrania no se compromete en ninguna parte del texto a no adherirse a la OTAN. Del mismo modo, no se exige a la Alianza que prometa no aceptar nunca a Ucrania entre sus filas”. El rechazo de Ucrania a renunciar a la OTAN y el apoyo que en este sentido otorgan los aliados europeos, necesarios para modificar cualquier estatuto de la Alianza, ha hecho que Estados Unidos busque una salida que no implique renuncia por parte de Kiev y las capitales europeas, que el veto sea el de Washington. “En el documento separado del «paquete de paz», Estados Unidos asegura que la OTAN no se ampliará más y no invitará a Ucrania a convertirse en miembro”, afirma Zerkalo Nedely. La facilidad con la que una nueva presidencia puede eliminar ese veto hace improbable que la medida sea suficiente para Rusia.
ZN.UA continúa mostrando su sorpresa a que perduren expresiones como que Estados Unidos “ejercerá de moderador” entre la OTAN y Rusia, una formulación que molestó a los aliados europeos cuando se publicó el plan de 28 puntos, ya que daba a entender que Estados Unidos no es parte de la Alianza. “Pero eso no es todo”, se lamenta el medio ucraniano, “Estados Unidos se opondrá a cualquier despliegue de «tropas de la OTAN» en Ucrania. No importa que no existan «tropas de la OTAN» en sí, sino más bien las fuerzas armadas de los países miembros individuales de la Alianza, cuyas unidades individuales participan en diversas operaciones. En principio, cada Estado soberano puede desplegar sus tropas en un país concreto mediante acuerdos bilaterales o multilaterales, sin la participación de la OTAN como organización. Es solo cuestión de voluntad…”. El subtexto es claro e implica que una misión de países de la OTAN en Ucrania, como la que tanto desean enviar Macron o Starmer, no dispondría de la protección de la Alianza, es decir, de Estados Unidos, lo que hace prácticamente inviable esta posibilidad. Ningún país europeo está dispuesto a arriesgarse a un enfrentamiento con Rusia sin contar con la protección de Washington.
“En los «20 puntos», a Ucrania le complacen las palabras sobre las «garantías de seguridad», similares en esta ocasión al Artículo V de la OTAN. Estas garantías deben ser proporcionadas por los signatarios de este documento, incluidos Estados Unidos, la OTAN y Europa. Por lo demás, la cláusula sobre garantías repite casi palabra por palabra las disposiciones de su predecesora. Los Estados pretenden recibir una compensación por sus garantías. No se especifica de qué tipo de compensación se trata. Al parecer, el precio aún no se ha fijado”, escribe ZN.UA, que explica que el documento especifica que Rusia recibirá “una fuerte respuesta militar” y la reintroducción de todas las sanciones en caso de invasión de Ucrania o bombardeo no justificado. Como era de esperar, ni el medio ni probablemente el documento prevén qué hacer en caso de ataque no provocado ucraniano, algo que la experiencia de Minsk recuerda que es posible.
La principal preocupación del artículo es que, pese a lo positivo de contar con garantías de seguridad de Estados Unidos, “las tres docenas de acuerdos bilaterales de garantías de seguridad que ha firmado Zelensky no dan ninguna confianza en el mundo del futuro ni suponen gran sensación de seguridad”, especialmente porque, aunque “la palabra garantía está por todas partes en el documento, incluido en el título”, su significado “es ligeramente diferente”. “Más o menos como en el Memorando de Budapest”, se queja ZN.UA, que precisa que “este acuerdo marco no es legalmente vinculante y no será sujeto de ratificación en los parlamentos de los firmantes”. “Nos están presentando el mismo memorando”, sentencia el artículo.
Los términos que describe el medio ucraniano sobre la última versión de la propuesta entregada por Estados Unidos muestran que Washington se mantiene firme en el grueso de su plan inicial y que las modificaciones que se han realizado tras los muchos días que Rustem Umerov ha pasado reuniéndose con Steve Witkoff en Florida han modificado únicamente los detalles y no la lógica general.
Ese es el motivo del intento de Zelensky de reintroducir a sus aliados en las negociaciones y lograr que la diplomacia se traslade al terreno europeo de rechazar concesiones de seguridad, exigir que las garantías de seguridad sean vinculantes, que los fondos rusos sean destinados al rearme ucraniano y no a la reconstrucción o proyectos comunes de Estados Unidos y Rusia y dificultar al máximo cualquier concesión territorial. Por la tarde, Volodymyr Zelensky anunció todo tipo de promesas y esperanzas, entre ellas la posibilidad de un Plan Marshall para Ucrania, y el envío de la nueva propuesta ucraniana para enmendar el documento estadounidense que no ha podido modificar en exceso durante estas negociaciones que sigue intentando extender. Ganar tiempo siempre es el objetivo, aunque en este caso puede no jugar a favor de Ucrania. Ayer prácticamente todos los medios daban por caída en manos rusas la ciudad de Seversk, en la parte de la región de Donetsk en la que las tropas rusas no habían podido avanzar en tres años y en dirección a Slavyansk y Kramatorsk, la parte del oblast que Vladimir Putin afirma que sus soldados serán capaces de capturar si Ucrania rechaza la idea de la retirada.
Publicado por
mamvas
en
12:15 p.m.
Tags:
Estados Unidos,
OTAN,
Rusia,
Ucrania,
Unión Europea,
Zelensky
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)

No hay comentarios.:
Publicar un comentario