Para presentar oficialmente en Chile su libro La Doctrina del Shock: el auge del Capitalismo del desastre, la periodista canadiense Naomi Klein llegó a la repleta sala Domeyko de la casa central de la Universida de Chile en un encuentro organizado por el Centro Pulso de la Facultad de Ciencias Sociales de la U.de Chile, la Asociación Chilena pro Naciones Unidas y el diario Le Monde Diplomatique.
En su exposición, que contó con la presencia y el saludo oficial de Marcelo Arnold, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de esa casa de estudios, Naomi Klein expuso algunos de los tópicos de su obra. Como en su libro, recordó la visita de Milton Friedman a Chile en 1975, en la cual convenció a Pinochet de aplicar una política de shock, sin pausas ni gradualismos, como única forma de sentar las bases de un modelo económico que alivianara al Estado de la tarea de impulsar el desarrollo. Friedman instó a cortar el gasto público de golpe, privatizar las empresas del estado, impulsar la explotación y exportación de las materias primas y, sobretodo, cortar el gasto público de golpe terminando con las jubilaciones, la salud y la educación. “Para esto es preciso un golpe de shock, que no permita ningún tipo de reacción”, aseguró Friedman. Y como al año siguiente recibiría el Premio Nobel, muchos pensaron que Friedman tenía de verdad la solución a los problemas económicos.
Pero Naomi Klein ataca: “Sólo se trató de un programa ideológico financiado por el gobierno norteamericano, para correr hacia la derecha a un país que se estaba yendo muy hacia la izquierda. Es decir, llevar a esos estudiantes a la Universidad de Chicago para adoctrinarlos en un tipo de ideología económica que ni siquiera se aplicaba en Estados Unidos. Esa fue la creación de guerreros ideológicos destinados a romper con el poder del Estado”.
En su presentación, Naomi Klein mostró un breve documental realizado en conjunto con el cineasta Alfonso Cuaron (Los hijos de los hombres), en el cual da cuenta de las aplicaciones de los shocks o eletroshocks en siquiatría que buscan reprimir y adormecer a los pacientes. “Esto es lo que ha hecho Friedman con la economía: Un shock total para reprimir el espíritu humano.
Naomi Klein se mostró enfática en la necesidad de tener un conocimiento global de los problemas sociales y humanos: “Hay que saber lo que pasa en Irak, en Afganistán, en Bolivia”, arrancando aplausos de los asistentes cuando nombró la actual crisis boliviana..
Como en su anterior obra, No Logo, en este libro desmenuza el poder, la explotación laboral y manipulación cultural ejercidos por las multinacionales. “Detrás de Nike, Mc Donald, Shell, Tommy Hilfiger Liz, Claiborne y Disney, entre otras tantas, se esconde la explotación más despiadada sobre los obreros, niños trabajadores y jóvenes de países tercermundistas”.
"Michael Eisner, ejecutivo de Disney, gana 9 mil 783 dólares por hora; mientras un obrero haitiano recibe solo 16,8 centavos. Los 181 millones de dólares en bonos sobre acciones que Eisner recibió en un año, bastarían para mantener durante 14 años a los 19 mil trabajadores haitianos que laboran para la firma y sus familias”, documenta la autora, quien se autodefine como una “periodista-activista anti-neoliberal”.
Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
martes, 29 de abril de 2008
Naomi Klein en Chile
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