La agenda estadounidense-israelí para remodelar Asia Occidental está alimentando una retórica antimusulmana que recuerda a la "guerra contra el terrorismo" de principios de la década de 2000.
Robert Inlakesh, Al Mayadeen
Mientras el complot estadounidense-israelí para remodelar el Asia Occidental da frutos, también surge uno para fabricar el consentimiento para lo que está por venir en el Occidente colectivo. Esto se está logrando mediante la recuperación de la retórica antimusulmana de principios de los años 2000 que sirvió de justificación para la llamada "guerra contra el terrorismo".
Durante los últimos 20 años, el denominado "extremismo musulmán" y el "terrorismo islámico" han sido el eje central de la cobertura informativa occidental. El 11 de septiembre de 2001, el Islam reemplazó oficialmente al comunismo de la Unión Soviética como la encarnación de todo lo que es malo. Había nacido el nuevo enemigo de Occidente.
De inmediato, los neoconservadores que encabezaban el gobierno de Estados Unidos tuvieron la justificación para llevar adelante la agenda establecida por el grupo de expertos pro-guerra conocido como Proyecto para un Nuevo Siglo Americano (PNAC). Guerra en Afganistán, guerra en Irak, guerra contra cualquiera y contra todos, y el público estadounidense estuvo abrumadoramente a favor de ello.
Hoy, unas dos décadas después, se reconoce ampliamente que los resultados de esta "guerra contra el terrorismo" fueron catastróficos. Sin embargo, lamentablemente, a pesar de que es popularmente aceptable considerar que el intervencionismo en países como Irak fue un error, la mayoría de la gente todavía no entiende por qué.