Juan Francisco Coloane, ArgenPress
Es el triunfo de la identidad porque ésta ha emergido como la gran variable en política bajo un contexto de opciones demasiado ultrajado por la tiranía del mercado.
También podría leerse como la primera gran derrota del macartismo suavizado del Presidente Barack Obama. Esta vez la monserga del miedo al comunismo o al “chavismo” en este caso, no funcionó. En este plano Ollanta Humala se benefició de posturas como las de Mario Vargas Llosa con alto impacto publicitario por el status que le otorga el ser un gran escritor y Premio Nobel además. Si bien no pudo ser presidente, esta es quizás su mayor victoria política que lo reivindica del error histórico de haber apoyado la invasión a Irak 2003.
Mientras el nuevo presidente del Perú Ollanta Humala recibe las felicitaciones de sus pares, es válido preguntarse qué es lo que realmente ha sucedido más allá de la obtención de un mandato popular para gobernar.