En julio de 1979, Jimmy Carter se refirió a una «crisis de confianza» que podía «destruir el tejido social y político de Estados Unidos». Pero las políticas neoliberales de su gobierno contribuyeron a hacer del país una sociedad más atomizada y mezquina.
Nick French, Jacobin
El 15 de julio de 1979, el entonces presidente de los Estados Unidos Jimmy Carter se dirigió a la nación en directo por televisión. El discurso que pronunció esa noche —a menudo llamado el «discurso sobre el malestar»— es probablemente uno de los momentos más recordados de su mandato al frente de la Casa Blanca.
El motivo inmediato del discurso fue la inflación en curso, causada en gran parte por la escalada de los precios del petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Pero Carter creía haber diagnosticado un problema más profundo. Los estadounidenses no solo estaban descontentos con la subida constante de los precios de la gasolina; debido a una serie de traumas nacionales que habían comenzado en la década de 1960 —los asesinatos de John F. Kennedy y Robert F. Kennedy y Martin Luther King Jr, la guerra de Vietnam, Watergate, la persistente inflación—, los ciudadanos sufrían «una crisis de confianza» que «amenazaba con destruir el tejido social y político de Estados Unidos».
El discurso está lleno de nostalgia romántica por una época más sencilla de optimismo y objetivos nacionales compartidos. Por supuesto, tal cosa nunca existió realmente. Pero algo de lo que Carter en aquella ocasión dijo suena a verdad: