Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
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viernes, 27 de septiembre de 2024
Anatomía de la caída: El declive constante de la industria europea
Stefano Salvini, Oriental Review
La desindustrialización no es una palabra nueva en las políticas económicas, se utilizó para describir la transición en la economía mundial, provocada por las crisis de los años 70 y 80, a menudo vinculada a los nombres de Ronald Raegan y Margaret Thatcher, cuyas legislaciones también estuvieron detrás del cambio de la sociedad industrial al postindustrialismo con un mayor uso de la información y las nuevas tecnologías, provocando la deslocalización de la fabricación a países menos desarrollados. Pero, ¿por qué hoy en día, durante los últimos tres años, vemos y oímos muchos más mensajes y artículos sobre el tema de la desindustrialización en Europa?
Durante las últimas décadas, la producción industrial en Europa fue una parte importante de su economía y todavía sigue siendo así. Alrededor de una sexta parte del valor añadido bruto (VAB) de la UE se generó en el sector manufacturero en 2021. Pero la parte del VAB industrial en las grandes naciones industrializadas de Europa se ha reducido desde entonces, el declive es más evidente en comparación con principios de siglo, Francia ha perdido algo así como el 6% de la parte industrial en su VAB, también es el caso de Italia, y Alemania, que alcanzó su punto máximo de producción industrial en 2017 y desde entonces se enfrenta a un declive constante, que se ha acelerado a partir de 2022.
viernes, 15 de diciembre de 2023
La maquinaria y el capital son consustanciales
Denis Collin, Adáraga
La maquinaria y el capital son consustanciales. En sus primeras formas (capital usurero, renta de la tierra e incluso manufactura) el capital es indiferente a los medios de trabajo. Pero el capital aún no es verdaderamente él mismo. El capital, en carne y hueso, aparece con la gran industria y, por tanto, como máquinas, que funcionan, a ser posible, día y noche durante todo el año. En Das Kapital, Marx utiliza el término Maschinerie, que se traduce fácilmente al francés como «maquinaria».
La maquinaria no es un conjunto de máquinas, sino un sistema en funcionamiento. Lo verdaderamente vivo del capital es esta maquinaria: una fábrica parada es capital inmovilizado, capital que no produce nada y, por tanto, capital muerto. Por otra parte, el capital es dinero, dinero gastado para comprar los medios de trabajo y la fuerza de trabajo, y que sale del ciclo de producción hinchado y adornado de plusvalía. Para el inversor capitalista, el dinero parece un puro fantasma y su existencia material no tiene nada que ver con su contenido y poder reales.
La maquinaria y el capital son consustanciales. En sus primeras formas (capital usurero, renta de la tierra e incluso manufactura) el capital es indiferente a los medios de trabajo. Pero el capital aún no es verdaderamente él mismo. El capital, en carne y hueso, aparece con la gran industria y, por tanto, como máquinas, que funcionan, a ser posible, día y noche durante todo el año. En Das Kapital, Marx utiliza el término Maschinerie, que se traduce fácilmente al francés como «maquinaria».
La maquinaria no es un conjunto de máquinas, sino un sistema en funcionamiento. Lo verdaderamente vivo del capital es esta maquinaria: una fábrica parada es capital inmovilizado, capital que no produce nada y, por tanto, capital muerto. Por otra parte, el capital es dinero, dinero gastado para comprar los medios de trabajo y la fuerza de trabajo, y que sale del ciclo de producción hinchado y adornado de plusvalía. Para el inversor capitalista, el dinero parece un puro fantasma y su existencia material no tiene nada que ver con su contenido y poder reales.
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mamvas
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1:28 a.m.
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Capital,
Industria,
Karl Marx,
Sigmund Freud,
Trabajo
jueves, 3 de mayo de 2018
Trump y las olas de la desindustrialización
Alejandro Nadal, La Jornada
En el año 483 antes de nuestra era, el emperador persa Jerjes mandó construir un puente que permitiría a su poderoso ejército atravesar el Helesponto para atacar Atenas y Esparta. De este modo vengaría la derrota sufrida por su padre Darío años atrás, cuando una tormenta hundió la flota persa al pie del monte Atos. Pero los elementos volvieron a conspirar en su contra y un temporal destruyó el entramado de pontones antes de que las huestes de Jerjes pudieran utilizarlo.
El emperador montó en cólera y mandó decapitar a los ingenieros responsables de la obra. Después ordenó a sus esbirros azotar con 300 latigazos las tercas olas del mar, según la crónica de Herodoto en su Historia.
El relato se ha convertido en fábula sobre lo estúpido que es buscar responsables donde no los hay. Y desde ese punto de vista casi no tenía paralelo hasta que Donald Trump llegó a la Casa Blanca.
En el año 483 antes de nuestra era, el emperador persa Jerjes mandó construir un puente que permitiría a su poderoso ejército atravesar el Helesponto para atacar Atenas y Esparta. De este modo vengaría la derrota sufrida por su padre Darío años atrás, cuando una tormenta hundió la flota persa al pie del monte Atos. Pero los elementos volvieron a conspirar en su contra y un temporal destruyó el entramado de pontones antes de que las huestes de Jerjes pudieran utilizarlo.
El emperador montó en cólera y mandó decapitar a los ingenieros responsables de la obra. Después ordenó a sus esbirros azotar con 300 latigazos las tercas olas del mar, según la crónica de Herodoto en su Historia.
El relato se ha convertido en fábula sobre lo estúpido que es buscar responsables donde no los hay. Y desde ese punto de vista casi no tenía paralelo hasta que Donald Trump llegó a la Casa Blanca.
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