Complejo de templos de Tenochtitlán, capital del Imperio azteca, que fue una de las ciudades más grandes del mundo antes de ser destruida por los conquistadores
Aram Aharorian, Estrategia.la
Uno podría decir que todo comenzó el 13 de agosto de 1521, cuando el conquistador español Hernán Cortés consiguió la rendición de Tenochtitlán, la capital de los aztecas, en ese territorio mexica que luego se llamó México.
En las últimas décadas, la historia acentúa las diferencias culturales en nuestra América Lapobre. Tras los impulsos globalizadores que persiguen la unificación de la cultura junto a la uniformización económica y política, correspondieron pulsiones centrífugas y reivindicaciones identitarias, entre sistemas y familias, entre Estados, dentro de nuestros Estados.
Sin embargo, permanece el discurso colonial y, sobre todo, la diferencia entre la declamación y los hechos, que acentúa la brecha entre el discurso progresista de respeto a los derechos indígenas y de protección a la Madre Tierra y la expansión continua de las actividades extractivas, mientras se articulan resistencias de los pueblos indígenas y comunidades campesinas frente al despojo de sus territorios.