El principal enemigo de Chile es la ignorancia y el desprecio al conocimiento
Fernando Izaurieta, El Mostrador
Diversas instituciones científicas (entre ellas mi lugar de trabajo, la Universidad de Concepción) han condenado en forma categórica la desigualdad, las violaciones a los derechos humanos y la violencia generalizada de los últimos días.
Como académico, por supuesto me sumo a estas declaraciones. Pero también pienso que para construir un Chile mejor debemos comprender cómo llegamos a la desastrosa situación actual. El tema es complejo y tiene causas evidentes como la educación, desigualdad e injusticias sociales. Sin embargo, en mi opinión, existe otra causa fundamental que estamos pasando por alto. Es sólo mi opinión personal, pero como lo veo es una cicatriz infectada tan profundamente en el alma de Chile que incluso está escrita en la historia de nuestra bandera.
El problema al que me refiero –dicho en buen chileno– es que culturalmente nuestro cuiquerío es muy flaite. Permítame ilustrar lo que quiero decir con la curiosa historia de nuestra bandera, tal como está narrada en el libro Un viaje a las ideas: 33 historias matemáticas asombrosas del matemático chileno Andrés Navas.
La bandera chilena original con la que se juró la independencia el 12 de febrero de 1818, “la primera estrella de Chile”, no era la bandera que conocemos ahora. Aquella bandera original es la que está en esta figura, trazada de acuerdo con la reconstrucción histórico-matemática del Dr. Navas.