Estas entidades manejan las grandes variables económicas globales, imponen condiciones a gobiernos democráticos y, en busca de ganancias rápidas y estratosféricas, apuestan en una ruleta cada vez más vertiginosa que puede volver a estallar en cualquier momento.
François Morin, autor del libro publicado ‘La hidra mundial, el oligopolio bancario’, dice que “los Estados son a la vez rehenes de la hidra bancaria y están disciplinados por ésta. La crisis de 2007-2008 prueba este poder”, afirma.
“Los grandes bancos detentaban los productos tóxicos responsables de la crisis pero, en vez de reestructurar los bancos, los Estados terminaron asumiendo sus obligaciones y la deuda privada se transformó en deuda pública”, señala Morin.
Según Oscar Ugarteche, economista de la UNAM de México y autor de ‘La gran mutación’, que estudia este nuevo sistema financiero mundial, con este nivel de concentración del poder financiero hay “todas las posibilidades” de repetición de una crisis como la del 2007-2008, señaló a BBC.
De los 28 bancos hay 8 norteamericanos (JP Morgan Chase, Bank of America, Citigroup, Morgan Stanley, Goldman Sachs, Bank of New York Mellon, State Street y Wells Fargo), 4 franceses (Groupe Crédit Agricole, BNP Paribas, Société Générale y BPCE), 3 japoneses (Mitsubishi Ufjfg, Mizuho FG y Sumitomo Mitsui FG), 2 chinos (HSBC y Bank of China), 2 ingleses (Barclays PLC y Standart Chartered), 2 españoles (Santander y BBVA), 2 suizos (UBS y Crédit Suisse), 1 alemán (Deutsches Bank), 1 escocés (Royal Bank of Scotland), 1 holandés (ING Bank), 1 italiano (Unicrédit Group) y 1 sueco (Nordea)
¿Qué hacen estos bancos para dominar el mundo?
En una información recogida de BBC, los 28 bancos detentan recursos superiores a los de la deuda pública de 200 Estados del planeta. Mientras que estas entidades tienen activos por 50.341 billones de dólares, la deuda pública mundial asciende a 48.957 billones de dólares. Hay cientos de miles de bancos en todo el mundo, pero estas 28 entidades concentran el 90% de los activos financieros.El sistema clásico de emisión monetaria es el de una Casa de la Moneda que imprime los billetes que necesita un Banco Central situado en el centro de la escena financiera.
Pero hoy el 90% de la moneda es creada por estos 28 bancos: solo el 10% es responsabilidad de los bancos centrales. El paso del dinero físico al dinero crediticio está cambiando esta ecuación.
Si antes la expansión de dinero guardaba cierta proporción con el nivel de reserva monetaria de un país, hoy en día ese límite ha perdido relevancia. En este marco de total flexibilización crediticia, la Consultora Global Mc Kinsey estima que la deuda total -es decir la suma de deuda pública, privada e individual – creció en más de 57 billones de dólares en los últimos siete años y hoy roza los 200 billones de dólares, unas tres veces el PIB mundial.
El mercado cambiario es uno de los más grandes del mundo: 6.000 millones de dólares diarios. Cinco de los 28 bancos controlan el 51% de ese mercado. El tipo de cambio se maneja en Estados Unidos y el Reino Unido, es decir, no sólo depende de las variables económicas de un país.
Con su potencial financiero, estas 28 entidades tienen una gravitación fundamental sobre las tasas de interés. Dado el estratosférico nivel de circulación diario de activos financieros y deuda, cualquier variación de la tasa de interés mueve automáticamente enormes cantidades de dinero.
La investigación que iniciaron en 2012 Estados Unidos, Gran Bretaña y la Comisión Europea mostró cómo este nivel de concentración de los bancos termina en manipulación del mercado. Según la investigación, 11 de los 28 (Bank of America, BNP-Paribas, Barclays, Citigroup, Crédit Suisse, Deutsche Bank, Goldman Sachs, HSBC, JP Morgan Chase, Royal Bank of Scotland, UBS) se comportaron como “entidades o bandas organizadas” para manipular las tasas de interés Libor.
El Libor se acuerda diariamente en el mercado de Londres, determina la tasa a la que prestan los bancos y tiene un impacto directo en el mercado de derivados y en lo que pagan consumidores y productores por sus préstamos. La mitad de los 28 bancos producen derivados por 710.000 millones de dólares, es decir, el equivalente a diez veces el PIB mundial.
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