"El negocio tiene que cambiar fundamentalmente", reconoce un veterano banquero que hasta hace poco formaba parte del consejo de un gran banco europeo. Los equipos directivos de la banca a ambos lados del Atlántico están considerando giros dramáticos en su modelo de negocio, pero ninguna de las opciones les resulta particularmente atractiva. En primer lugar, las fusiones para reducir costes y mejorar los márgenes no están sobre la mesa dados los obstáculos que se encontrarían por parte de los reguladores, preocupados por nuevos megabancos que fueran demasiado grandes para caer. Dividir sus negocios es complicado por las exigencias de capital que harían inviables económicamente los negocios de inversión. Además, apenas hay compradores en el mercado para los activos que quiere colocar la banca.
Las palabras de Kashkari, sus primeras como gobernador de la Fed de Minneapolis, fueron una sorpresa dado que él es ex ejecutivo de Goldman Sachs, republicano y formó parte del Tesoro de EEUU durante el mandato de George W. Bush en el comienzo de la crisis financiera. Kashkari aseguró que la petición de que los bancos tengan un "testamento" de tal manera que pudieran desmantelarse ordenadamente en caso de crisis simplemente no funcionará y acabarán siendo rescatados de nuevo. En este sentido, pedía que se forzara a las grandes firmas financieras a incrementar "agresivamente" su ratio de capital a pesar de que los bancos luchen para evitar que ocurra. Los expertos de la industria aseguran que los bancos están en una posición comprometida porque los movimientos que hicieron en el pasado para mejorar su rentabilidad son ahora los que están siendo objetivo de la regulación. El resultado es que no han conseguido durante años un retorno sobre el capital (ROE) por encima de un dígito.
Son como una eléctrica mala
"De alguna forma, los bancos se han convertido en malas utilities (empresas que dan un servicio público regulado, como las eléctricas o las energéticas)", explica Fred Cannon, analista de KBW. "Con las utilities tienes una regulación estricta sobre qué puedes y qué no puedes hacer, pero al final el inversor obtiene un retorno razonable. Con los bancos, ésta última parte ha desaparecido". Los ejecutivos argumentan que los problemas de beneficio son una cuestión 'cíclica' y que deberían desaparecer cuando los mercados se recuperen. Pero mientras la industria se acerca al octavo año desde que estalló la crisis financiera, las dudas sobre si sus problemas son estructurales más que cíclicos siguen creciendo.Y muchos banqueros se preguntan cómo pueden hacer crecer los beneficios en un entorno regulatorio que limita lo que pueden hacer y que a veces incluso envía señales contradictorias. "Antes solíamos tener todas las flechas en la aljaba, ¿qué vamos a hacer ahora?", se preguntan los máximos responsables de las entidades. En este nuevo escenario, los bancos europeos van más retrasados que sus homólogos estadounidenses, pero parece que la única solución será que se hagan más pequeños, como explica Rob McDonough, asesor de gestión de riesgos de Angel Oak Consulting Group. "Es demasiado caro ser grande", concluye.
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El Economista
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