viernes, 25 de enero de 2013

España no encuentra el camino y sigue cuesta abajo


La economía española ha completado cinco trimestres consecutivos de contracción y no hay señas de que la situación se revierta en el corto plazo. En el último trimestre de 2012, de acuerdo a los datos del Banco de España, el retroceso llegó a -1,7 por ciento anual. Esto confirma algo que puede parecer sorprendente: cada trimestre del actual gobierno ha sido peor al anterior, un triste récord que deja al descubierto el absoluto fracaso de los planes de austeridad que se han aplicado con motosierra y sin ningún criterio de “reingeniería productiva”.

Esto se confirma cuando vemos que España bate mes a mes nuevos récord en materia de desempleo, de caída en el consumo, en la inversión, en las ventas, en los créditos bancarios, en los niveles de morosidad y endeudamiento. El informe del Banco de España da cuenta abundante de estos puntos. Como anticipamos en este post, todo indica que la situación continuará a la baja durante 2013, y solo a menos que ocurra un milagro, el PIB puede retroceder un 1,5 por ciento adicional, dejando a la economía muy cerca de un retroceso anual del 3 por ciento hacia fin de año.

Y no es para menos en un país que tiene 6 millones de personas sin trabajo, y donde no se aplica ninguna medida que ayude a la reactivación real, dado que todos los esfuerzos se han destinado a apuntalar a la banca. La promesa de Mario Draghi de defender el euro al precio que sea está dejando en claro cuales son las prioridades y los costos. Por un lado, gana la banca con el dinero barato que presta a los gobiernos a un valor más caro; y por el otro lado genera mayor pobreza y miseria. Es el resultado de las devaluaciones competitivas, cuyo impacto golpea fuertemente los salarios.

Esto confirma que la recuperación de la zona euro es inexistente y que el panorama europeo es extremadamente débil, con varios países en recesión y Alemania entrando en la foto por la puerta trasera. Pese a la calma aparente que genera una prima de riesgo en torno a los 350 puntos, el nerviosismo de los mercados está latente: las tenencias extranjeras de bonos españoles cayeron un 54 por ciento desde su pico en 2010, al 34 por ciento actual.

Pese a que la banca pide dinero prestado al Banco Central Europeo a un interés bajísimo y la compra de bonos se ha convertido en un lucrativo negocio, esto no ha fortalecido a la economía dado que el dinero no fluye hacia las fuentes productivas. Los inversionistas retienen el dinero y deciden apostarlo en los países emergentes. Esto está generando un problema adicional dado que cuando los bancos centrales comiencen a subir la tasa de interés se producirá un tsunami financiero en estos países que acelerará la contracción de la economía. La caída de la demanda que se vive a nivel global y la disminución del gasto de los hogares, demuestra que se navega en aguas turbulentas sin hallar “tierra a la vista”. No habrá recuperación en 2013 y habrá que esperar al 2014, si es que estamos aún para verlo.
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Artículo publicado en El Blog Salmón

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