Una leve descenso a la sostenida caída de la producción industrial que viven las empresas de la zona euro experimentó en junio el conjunto de los 17 países de la moneda única. De acuerdo a la encuesta realizada por Markit y publicada hoy, las empresas redujeron los precios en la esperanza de que el Banco Central Europeo recortará las tasas de interés esta semana, llevándola al mínimo histórico de 0,75 por ciento.
Gracias a la reducción de precios, el Índice Markit compuesto de compra (PMI), que investiga miles de empresas, fue revisado levemente al alza en junio a 46,4 desde la lectura de 46,0 registrada en mayo. A nivel europeo, este índice ha estado por debajo de la marca de 50 puntos que separa el crecimiento de la contracción en nueve de los últimos 10 meses, lo que sugiere que la descomposición económica se ha extendido hasta el núcleo duro de la zona euro.
Estos últimos datos sugieren que la economía de la zona euro se contrajo un -0,6 por ciento en el segundo trimestre, lo que sería la mayor caída trimestral en tres años, anticipando un segundo semestre de 2012 con cifras en rojo. Ni siquiera Alemania se salva de esta caída y su producción industrial se ha desacelerado fuertemente. Por ello se espera que mañana jueves el BCE reaccione y recorte las tasas de interés al nuevo mínimo histórico de 0,75 por ciento para estimular el crecimiento y el empleo en la eurozona.
Las pérdidas de empleo están aumentando fuertemente como resultado de la caída de la demanda, ya que las empresas buscan reducir costos y prepararse para la posibilidad de que lo peor está por venir. En la zona euro, la tasa de desempleo subió a un nuevo récord de 11,1 por ciento en mayo, indicando que alrededor de 17,6 millones de ciudadanos se encuentran sin trabajo en la unión monetaria de 17 naciones.
La caída en la producción gatillada por la debilidad de la demanda y el empleo está haciendo ceder las presiones inflacionarias pese a la constante tensión que ejerce el precio del petróleo. Con precios a la baja nos adentramos a un período altamente deflacionario que en las actuales circunstancias sólo puede ser revertido con fuertes acciones en las políticas monetarias y fiscal. De ahí que el BCE deberá actuar y reducir la tasa de interés. Esta será la prueba más contundente de que los errores de Jean Claude Trichet, cuando subió la tasa de interés en dos ocasiones el año pasado, sólo ayudaron a sumergir más a Europa en el abismo.
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