Las especulaciones sobre la posibilidad de una nueva recesión económica se han convertido en casi obsesión para los mercados financieros. Al banco central de EEUU, la Reserva Federal, le preocupa que la economía estadounidense vuelva a caer en picado. La semana pasada se anunció que se continuaría inyectando dinero en el sistema financiero. Los mercados reaccionaron con la venta de todos los activos a la vista.
Sin embargo una nueva caída de la economía será un mal punto de partida. Como el economista keynesiano Robert Reich, que desempeñó el cargo de Secretario de Trabajo durante la presidencia de Bill Clinton, dijo: "Todavía nos encontramos en una inacabable montaña rusa. Hay más gente sin trabajo este año que el año pasado, contando a todo el mundo, a las personas que no tiene esperanza de encontrar trabajo y a las que continúan buscando”.
“Nunca desde que el gobierno mide las subidas y bajadas de los ciclos económicos se había registrado una recesión tan profunda seguida de un crecimiento del empleo tan anémico. El empleo registró un ritmo de crecimiento más rápido incluso en marzo de 1933 después de que la economía empezara a recuperarse de la caída de la Gran Depresión. Por supuesto, que ese crecimiento del empleo no duró mucho. Aquella pequeña mejora no fue realmente una recuperación. La Gran Depresión continuó. Y esta es exactamente mi opinión de lo que sucede. La Gran Recesión continúa”.
El economista marxista John Weeks dice lo mismo en su blog: "Hubo una gran caída, continuamos en ella, y las políticas del Sr. Osborne no han hecho más que contribuir a profundizar en ella”.
Tanto Reich como Weeks son críticos de las políticas de austeridad puestas en práctica a ambos lados de Atlántico. Estos se justifican con el argumento –aducido por David Cameron, Primer Ministro británico, y el Ministro de Trabajo George Osborne, que la prioridad debe ser recortar los gastos y prestamos que el gobierno hace. Osborne apuesta para que una mayor inversión privada compense los recortes en el gasto público que anunciará en octubre.
Pero, Weeks señala, “el gasto público es por lo menos tres veces más grande que la inversión privada. Por tanto, para evitar que la economía se desmorone debido al recorte en la demanda del sector público, esta medida debería acompañarse de una triplicación de la inversión privada en términos porcentuales”.
Disminución
Esto, como señala Weeks, “es poco probable que suceda”. Él nos aconseja que “nos olvidemos de la recuperación. No habrá crecimiento en 2011 en Gran Bretaña. Lo más probable es que la economía tienda a disminuir.”
Pero ¿qué pasa con la zona euro, donde la producción aumentó en un 1% en abril y en junio? La razón principal fue el incremento en la producción alemana de un 2,2% , lo que equivale a una tasa de crecimiento anual del 9,1%. Pero, como el Financial Times señaló, la realidad es que hay “una Europa de dos velocidades, con Alemania como núcleo sano y gran parte del sur de Europa como la problemática 'periferia'.” Por eso el Estado español y Portugal crecieron un 0,2 por ciento y la economía griega se redujo en un 1,5 por ciento.
Por otra parte, la “salud” de Alemania se debe a su fuerza como un exportador de bienes manufacturados, especialmente hacia China. “Sin China, difícilmente habríamos asistido a esta recuperación, es una tendencia alarmante”, dice el jefe de la asociación alemana de ingeniería.
Las grandes sumas de dinero que el Estado chino gastó para sanear su economía y alejarla de un derrumbe también han impulsado la recuperación alemana. Pero el gobierno chino, preocupado por la creciente inflación y la burbuja de precios en el mercado de la vivienda, está tratando de frenar esta tendencia. Esto podría detener la máquina exportadora alemana.
Por otra parte, hay miedo a la deflación –una caída de precios generalizada– como la que mantiene estancada a la economía japonesa desde principios de 1990. Sushil Wadhwani, un ex miembro del Banco de Inglaterra y del Comité de Política Monetaria, dijo: "Los mercados son particularmente vulnerables a los eventos de riesgo en este momento, algo que podría empujar a la economía a la deflación breve. Este tipo de fenómeno podrían ocurrir en Europa y haría que la quiebra de Lehman Brothers pareciera una broma.
Fue la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008 que precipitó la Gran Recesión en primer lugar. Si el pánico financiero se difunde, lo cual es un perspectiva posible, la crisis estará lejos de haber terminado.
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Alex Callinicos, es profesor de teoría social en el King's College de Londres, autor de libros como “Los nuevos mandarines del poder americano” o “Un manifiesto anticapitalista” y miembro destacado del Socialist Workers Party.
Artículo publicado en Socialist Worker, periódico del Socialist Workers Party, organización hermana de En lucha en Gran Bretaña.
Traducción de Gorka Ferrándiz
Tomado de En Lucha
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