La crisis financiera que tiene en jaque a la economía real y con desplomes profundos en Europa y EEUU, demuestra que la banca se alejó de su propósito fundamental de cuidar el patrimonio de sus clientes, por pasar a tomar posiciones ventajosas alentadas por el capitalismo salvaje y lo que Keynes llamó los “espíritus animales”.
Cegados por la ambición de los créditos, y con un mínimo de resguardos, las innovaciones en los derivados financieros han hecho perder su vivienda a millones de deudores hipotecarios en un derrumbe que aún se mantiene. La otorgación de préstamos con alto nivel de riesgo convirtió a las finanzas mundiales en un juego de casino. Especular se hizo fácil y dado que las reservas exigidas disminuyeron al 1%, con un millón de dólares se creaban operaciones por cien millones.
Lo que no tomaron en cuenta los genios de estas operaciones –entre los que se cuentan varios ganadores del Premio Nobel de Economía como Myron Scholes- es que basta que el precio caiga un 1% para que se pierda el 100% de la inversión, y que si cae un 2% se pierde dos veces la inversión, etc.
Dado que los precios de las viviendas habían tenido un comportamiento creciente desde los años 30 –por más de 70 años los precios de los bienes raíces se habían fortalecido- estos economistas e ingenieros financieros pensaron que la tendencia se mantendría para siempre. En sintonía con los neocons, estos neoliberales son de la tesis del final de la historia a lo Fukuyama. No obstante, su propuesta determinista encontró un hueso duro de roer tras el crack que fracturó el precio del suelo y dio inicio a una caída sin precedentes en los precios de las casas mientras la deuda se multiplicaba producto del incremento en los tipos de interés.
El desplome que ya se está viviendo en Europa y el país del norte se prolongará por todo el 2009 y parte del 2010 con el anunciado magro crecimiento de las principales economías, el alto desempleo global y el nuevo reacomodo de las posiciones capitalistas con su saldo de muertos y miseria. Pero, una vez más los “espíritus animales”, la inconsistencia walrasiana y el ¿óptimo de Pareto?, salvarán ilesos.
Muy interesante. Me recuerda el caso del "Balurdo" o "paquete chileno" en que se ofrece a un incauto la oportunidad de hacerse de un fajo facilmente, con solo engañar al "iluso" que se lo ofrece. Ahi esta la trampa y la moraleja. No solo no obtiene el deseado fajo, sino que pierde algo de valor. Es la estafa en forma pura: "creete astuto y te estafaran". Por ello tampoco creo que el "desastre" sea inesperado y concuerdo que esta anunciado. Tambien en Chile se ofrecen creditos a 30 años! (toda una vida!) por lo cual trabajaras toda la vida para el banco y cuando tropieces (¿quien no lo hace?) perderas lo acumulado y la casa.
ResponderBorrarEste "desastre" no es sino la cosecha de la siembra de ilusiones que los credulos en las ventajas del capitalismo compraron para perder. Se lo merecen!
Homo homini lupus y los lobos mas astutos toman la mejor presa.