Junto a la venta de oro, el FMI reducirá su gasto eliminando 380 puestos de trabajo para eliminar el déficit de 400 millones de dólares que de otro modo registraría en 2010.
El organismo está en números rojos porque se ha quedado prácticamente sin clientes, dado que la mayoría de los países en desarrollo prefieren pedir prestado en los mercados de capitales a solicitar los préstamos condicionados que la institución extiende.
Argentina, Brasil, Uruguay e Indonesia saldaron sus deudas con el FMI principalmente para no tenerlo por encima del hombro pauteando la política económica.
Desde su fundación en 1944, el Fondo se ha financiado casi exclusivamente con los intereses que cobra por sus préstamos, por lo que el rechazo de los países emergentes le ha ocasionado una significativa estrechez presupuestaria.
Según expresó el director gerente del FMI Dominique Strauss-Kahn, "hemos acordado reemplazar un modelo de ingresos obsoleto e inviable con un modelo moderno y más predecible en consonancia con otras instituciones financieras internacionales".
La venta del oro requiere el 85 por ciento del voto de los miembros de la institución, por lo que Estados Unidos, con casi un 17 por ciento, tiene el derecho de veto. Sin embargo, el gobierno de Bush respalda la medida, pero debe obtener la aprobación del Congreso.
El FMI tiene un Consejo Ejecutivo de 24 directores que representan a los 185 países miembros del organismo. Con la reducción de los 380 puestos de trabajo en los próximos tres años y con medidas de ahorro el Fondo pretende economizar 100 millones de dólares hasta 2010. Sin embargo, tal y como va la economía mundial, quizá para entonces vuelva a tener a otros gobiernos llamando a su puerta para pedirle créditos.
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