lunes, 17 de marzo de 2008

NADA QUE CELEBRAR

El neoliberalismo es la última y más extrema versión del capitalismo, puesta en marcha mundial en los años 80 a partir de los gobiernos de Margareth Thatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan en Estados Unidos. Este modelo alcanzó su cima tras el derrumbe del muro de Berlín en 1989 y muchos alucinaron que se avecinaba un milenio de libertad y prosperidad sin fin. Se suponía que la globalización inauguraría una era sin precedente de movilidad física y crecimiento económico.

El capitalismo partió con el colonialismo ejercido por Estados poderosos sobre otros más débiles, para apoderarse de sus riquezas y controlar su actividad, generalmente mediante el uso de la fuerza. Esto fue en el caso de España con América Latina, de Inglaterra con la India o de Bélgica con el Congo.

Las leyes proteccionistas de los países desarrollados (preferencia para sus exportaciones, altos aranceles a las importaciones) constituye la segunda etapa del desarrollo capitalista. En el período iniciado en los 80 los protagonistas pasan a ser las empresas multinacionales que gozan de la protección del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y, especialmente, del Organización Mundial de Comercio, para prevalecer sobre los intereses de los Estados en los que va asentándose. Este momento representa el de la mayor libertad del capital no ya para franquear las fronteras sino para imponerse a los países cuyas leyes laborales y ambientales vulneran. Esa libertad permite un entramado organizativo que favorece la movilidad y la reproducción de capitales especulativos creando una burbuja de dólares que hoy equivale a 40 veces la totalidad de bienes del planeta.

El resultado ha sido el aumento de la desigualdad. El informe del año 2005 del Population Reference Bureau documenta, entre otros datos sobre carencias comparadas, que la mitad de la población mundial (más de 3 mil millones de personas) vive con menos de dos dólares al día y que la desigualdad básica sigue creciendo. La desigualdad no es solo Norte Sur. En Estados Unidos hay 50 millones de habitantes sin seguro de enfermedad, y hay 10 millones que pasan hambre en las calles.

El modelo neoliberal no ha podido con la desigualdad y razon tiene Eduardo Frei cuando dice que la Concertación está en deuda con la gente, pues la pretensión del Crecimiento con Equidad quedó sólo en las palabras. En 18 años de gobiernos concertacionistas, ha aumentado la desigualdad, la precarización del trabajo y la marginación social.

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