martes, 18 de diciembre de 2007

El Temblor que remece a la Bolsa



La misma película, distintos actores

La baja cercana al 10% que acusa el IPSA durante los últimos meses es una prueba fehaciente de la incertidumbre que viven los mercados mundiales producto de la crisis en Estados Unidos y que en cualquier momento puede dar paso a una recesión. La bolsa chilena lleva varios días de bajas sucesivas en lo que constituye la temporada mas magra de los últimos años. De hecho, ha perdido casi la mitad del 26% de utilidadeds que llevaba a mediados de año.
Esta crisis nació en los mercados inmobiliarios del país del norte pero ya se ha propagado a los mercados financieros, creando una falta de liquidez que ha obligado a los bancos centrales europeos y asiáticos a inyectar 200 mil millones de dólares para contener mayores pérdidas.
Esta falta de liquidez que está llevando al planeta al borde de una nueva crisis como la asiática de 1997, se ha producido por el colapso del mercado financiero de Estados Unidos y los créditos subprime, una modalidad crediticia del mercado financiero de Estados Unidos inventada en el período de Alan Greenspan, que se caracteriza por tener un nivel de riesgo superior a la media del resto de créditos.

Como siempre, todas estas invenciones creadas al amparo de la dinámica Neoliberal, a la hora de la verdad se derrumban como un castillo de naipes. El cebo para hacer picar a los inversionistas -desde particulares hasta AFP-, es un retorno en tasa de interés bastante por sobre la media, lo que cuando la locomotora se mueve sin contratiempos, puede otorgarse merced a que las utilidades reales de los negocios cubren con creces dicho diferencial.
No obstante, al primer corte abrupto en la autopista de los flujos financieros, cae la velocidad y con ello empieza uno a uno a detenerse el tráfico y el costo de un interés más elevado al normal se hace insostenible. Por cierto, y como siempre, los errores de estas invenciones las terminan pagando otros, en este caso los países emergentes.

En Chile las autoridades dicen que estamos protegidos pero ¿hasta qué punto?. La mismas frases fueron pronunciadas por Carlos Massad y Felipe Morandé hace diez años, tras la devaluación del Bath Tailandés (2 de Julio de 1997). Como un tsunami, o más claramente por el puro efecto mariposa, aquella crisis tardó un año justo en llegar a Chile. Y estos mismos señores que hablaron de que en Chile no pasaría nada subieron al 114% la tasa de instancia monetaria el 14 de octubre de 1998 causando con ello el quiebre definitivo de muchas empresas medianas y pequeñas.
Hoy, cuando vemos que la crisis es porque el dolar está sobrevaluado a nivel mundial; cuando vemos que la inflación se dispara justamente porque el dolar ya no sirve como divisa de intercambio, volvemos a tener esa sensación de Deja Vu, y es evidente que conocemos el final de esta historia.



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