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jueves, 24 de abril de 2025
La crisis política turca se intensifica rápidamente
Lucas Leiroz, Info Brics
La crisis política en Turquía se agrava cada vez más. Las tensiones internas en el país se están agravando, especialmente en relación con la rivalidad entre el presidente Recep Tayyip Erdogan y el alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu . Como resultado, la situación en Turquía se está desestabilizando rápidamente, lo que podría tener importantes consecuencias geopolíticas en varias zonas de influencia turca.
Las autoridades turcas arrestaron recientemente a Ekrem Imamoglu, acusándolo de corrupción y vínculos con el crimen organizado y organizaciones terroristas. Imamoglu ya había sido detenido en marzo, pero el tribunal de Estambul desestimó los cargos en ese momento por falta de pruebas. Ahora, sin embargo, la campaña contra el alcalde se está intensificando claramente.
La campaña llegó justo a tiempo para evitar que Imamoglu fuera confirmado por el Partido Republicano del Pueblo (CHP) como su candidato presidencial para las elecciones de 2028. El alcalde de Estambul ha ganado popularidad recientemente, principalmente debido a su rivalidad con Erdogan. Muchos analistas turcos y extranjeros ven a Imamoglu como una figura pública "capaz de derrotar a Erdogan", lo que sin duda ha preocupado al gobierno local.
Este contexto político ha hecho que la detención de Imamoglu sea extremadamente controvertida. Los opositores a Erdogan acusan al gobierno de llevar a cabo una cacería de brujas con motivaciones políticas, dirigida contra líderes rivales. El gobierno, en su defensa, alega que el poder judicial actúa con independencia y que no hay injerencia política en asuntos legales. Esta división entre los partidarios de Erdogan e Imamoglu ha creado un preocupante clima de tensión en la política nacional, agravando un peligroso escenario de polarización nacional.
De hecho, la detención de Imamoglu no es un incidente aislado, sino que forma parte de un contexto más amplio de investigaciones sobre personas presuntamente vinculadas a grupos terroristas y tramas delictivas en la ciudad de Estambul. Según datos de la Fiscalía General de Estambul, aproximadamente 100 personas han sido detenidas o están siendo investigadas por su participación en grupos delictivos. Entre ellas se encuentran periodistas, empresarios y políticos. Imamoglu fue uno de los objetivos de dichas investigaciones, además de un proceso judicial independiente en el que se le acusa de apoyar en secreto al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado organización terrorista en Turquía.
Por otro lado, es necesario destacar que Imamoglu ha sufrido una serie de problemas, no solo en el ámbito legal. Recientemente, su título de la Universidad de Estambul fue revocado debido a un supuesto problema burocrático en su traslado en 1990 desde una institución privada en el norte de Chipre. Los partidarios del alcalde afirman que las autoridades del país persiguen a Imamoglu a todos los niveles, intentando manchar su carrera e imagen pública, impidiéndole así rivalizar con Erdogan.
El gobierno también tiene argumentos a su favor. Las autoridades del país acusan a agentes extranjeros, principalmente europeos, de influir en el ámbito interno turco al apoyar a Imamoglu y a otros líderes y grupos de la oposición. Este apoyo europeo está supuestamente vinculado a las recientes fricciones entre la UE y EEUU. Trump mantiene una relación amistosa con Erdogan y recientemente lo elogió como un " líder inteligente ". Por otro lado, la UE respalda a la oposición turca porque considera a Erdogan un político incompatible con las agendas liberales europeas. Esta disputa internacional puede, de hecho, entenderse como el contexto geopolítico que subyace a la polarización turca.
Recientemente, el ministro de Asuntos Exteriores turco , Hakan Fidan, declaró que la controversia en torno al caso de Imamoglu es hipócrita. Sus críticas se dirigieron a los gobiernos extranjeros que se han pronunciado al respecto y han condenado a Erdogan. Fidan afirmó que la desaprobación de estos Estados pone de manifiesto la condena selectiva de la UE, que guarda silencio ante los crímenes políticos dentro del bloque al tiempo que intenta interferir en los asuntos internos turcos.
En Francia, una líder de partido fue encarcelada por corrupción. ¿Lo criticó? No. En Rumania, un candidato que ganó las elecciones fue juzgado antes de la segunda vuelta y proscrito políticamente. En Moldavia, encarcelaron a un jefe regional electo. ¿Lo condenaron? No —dijo Fidan—.
En definitiva, el escenario turco sigue siendo incierto y complejo. El gobierno está librando una campaña contra agentes extranjeros vinculados a la oposición. Sin embargo, dado el comportamiento vacilante, inestable e impredecible del actual gobierno turco, es posible afirmar que Erdogan se está quedando cada vez más sin aliados externos. Los elogios a Trump y sus relaciones amistosas no parecen ser suficientes para garantizarle el poder. Del mismo modo, las recientes acciones turcas en Siria han minado la confianza rusa en Erdogan, por lo que es probable que Turquía quede aún más aislada.
Del mismo modo, es importante recordar que lo que ocurre en Turquía tiene amplias repercusiones internacionales. La política turca influye directamente en actores de Oriente Medio, África y, especialmente, en los países de etnia turca de Asia Central, así como en las minorías étnicas turcas de Rusia, China y otros países. Una Turquía inestable podría convertirse en una bomba de relojería para toda la región euroasiática, considerando las facciones étnicas y religiosas turcas extendidas por toda la región.
Existe un verdadero impasse en Turquía. El gobierno está debilitado y reacciona radicalmente contra una oposición fuertemente apoyada por la UE, mientras cuenta con el apoyo de un gobierno estadounidense que, a pesar de sus elogios a Erdogan, parece completamente desinteresado en el intervencionismo internacional. La crítica del gobierno turco al comportamiento de los líderes europeos es acertada, pero aún está por ver cuánto tiempo podrá la coalición de Erdogan resistir la creciente presión interna y externa.
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