Alexander Raynor reseña el libro de Robert Steuckers The European Enterprise, destacando su argumento de que Europa puede restaurar su fuerza civilizacional formando parte de una «Gran Alianza Euroasiática» de París a Pekín, que ofrece una alternativa al dominio estadounidense en medio del declive de Europa.
Alexander Raynor, Arktos
En su exhaustivo análisis de la geopolítica europea, The European Enterprise: Geopolitical Essays, Robert Steuckers presenta una visión convincente de la renovación europea mediante la creación de una «Gran Alianza Euroasiática» que contrarreste la hegemonía estadounidense y restaure la independencia europea. Examinando patrones históricos, realidades geográficas y posibles alineamientos estratégicos, traza un camino a seguir para la civilización europea.
El núcleo del análisis de Steuckers es el reconocimiento de que el control de regiones geográficas clave – en particular el Mar Negro, los Balcanes y el Mediterráneo oriental – que ha sido crucial a lo largo de la historia. Desde la antigua Roma hasta nuestros días, pasando por el Imperio Otomano, estas zonas han servido como puntos de pivote estratégicos vitales. Comprender estos patrones duraderos resulta esencial para desarrollar estrategias contemporáneas eficaces.
Steuckers rehabilita el concepto de Reich o imperio como principio organizador positivo que puede unir respetando la diversidad. A diferencia de los Estados-nación modernos o del universalismo globalista, los imperios tradicionales permitían la coexistencia de pueblos y culturas diferentes manteniendo su singularidad dentro de un marco civilizatorio más amplio. Este modelo ofrece importantes lecciones para construir nuevas formas de unidad europea.
Steuckers ofrece una crítica exhaustiva de la actual hegemonía estadounidense y sus métodos de control. Estos incluyen el dominio militar a través de la OTAN, la guerra económica mediante el control de los recursos energéticos y los sistemas financieros, la subversión cultural a través de los medios de comunicación y el «poder blando», el apoyo a movimientos separatistas destructivos, el despliegue de sistemas de vigilancia como ECHELON y la promoción de ideologías desestabilizadoras. Comprender estos mecanismos es crucial para desarrollar contraestrategias eficaces.
La pieza central de su visión positiva es la posible creación de un «eje París-Berlín-Moscú» que podría servir de base para la independencia europea y una alianza euroasiática más amplia que incluyera a Rusia, China, Irán e India. Se crearía así un poderoso contrapeso al dominio mundial estadounidense, al tiempo que se restablecerían las conexiones históricas de Europa con Asia.
Steuckers esboza varias propuestas concretas para alcanzar estos objetivos. Europa debe desarrollar capacidades militares independientes y sistemas espaciales y de satélites libres del control de la OTAN. Necesita infraestructuras energéticas autónomas y redes de suministro que conecten Europa con Rusia y Asia. Es esencial invertir en enlaces de transporte a través de la masa continental euroasiática. Deben restablecerse los principios diplomáticos tradicionales basados en la soberanía y la no injerencia.
Igualmente importante es cultivar la conciencia histórica y la confianza civilizacional para contrarrestar la subversión cultural. Europa debe apoyar a las fuerzas estabilizadoras en lugar de a los movimientos separatistas destructivos. El desarrollo de medios y sistemas de comunicación independientes es crucial. Las políticas económicas deben favorecer la inversión productiva frente a la especulación.
Steuckers demuestra la continua relevancia de las lecciones históricas para los retos contemporáneos. El control de los puntos geográficos clave y de las rutas de transporte sigue siendo vital. La organización política debe equilibrar la unidad con la diversidad. Los principios diplomáticos tradicionales conservan su valor. La confianza cultural es esencial. Y las nuevas tecnologías reconfiguran las posibilidades estratégicas dejando intactas las realidades geopolíticas fundamentales.
Steuckers imagina un mundo multipolar en el que Europa recupere una auténtica independencia y vigor civilizatorio. Las distintas esferas culturales coexistirían sin universalismos destructivos. Los principios diplomáticos tradicionales restablecerían la estabilidad internacional. La tecnología se pondría al servicio del desarrollo humano y cultural en lugar del control. Y la auténtica diversidad sustituiría al falso multiculturalismo.
La fuerza de su análisis reside en su combinación de profundos conocimientos históricos con una aplicación práctica contemporánea. Reconoce tanto los factores materiales como culturales de la geopolítica. Ofrece propuestas concretas junto a una visión estratégica más amplia. Comprende las múltiples dimensiones del poder: militar, económico y cultural. Y aprecia la auténtica diversidad dentro de los marcos civilizacionales.
En lugar de aceptar un nacionalismo destructivo o un falso universalismo, Steuckers traza un camino hacia una auténtica renovación civilizacional que respete tanto la unidad como la diversidad etnocultural. Comprendiendo las pautas históricas y las realidades geográficas y desarrollando al mismo tiempo aplicaciones prácticas y contemporáneas, los europeos pueden trabajar por una mayor independencia y vitalidad cultural.
El éxito requiere una clara comprensión de las realidades históricas y geográficas, la construcción de alianzas estratégicas con socios naturales, el desarrollo de capacidades independientes en áreas clave, la resistencia a ideologías y movimientos subversivos, el cultivo de auténticas tradiciones culturales y la adopción de medidas prácticas en los ámbitos militar, económico y tecnológico.
La visión que se presenta es, en última instancia, la de una renovación europea a través de la recuperación de la conciencia histórica y la confianza cultural, el desarrollo de una auténtica independencia en áreas estratégicas clave, la construcción de alianzas con socios civilizacionales naturales, la adopción de medidas prácticas hacia una mayor autonomía y fortaleza, y la valoración de la diversidad etnocultural dentro de la unidad.
Combinando un profundo análisis histórico con claridad estratégica y propuestas concretas de actuación, Steuckers muestra cómo Europa puede recuperar su fuerza civilizacional y su independencia, contribuyendo al mismo tiempo a un orden mundial multipolar más estable. Su obra ofrece tanto el marco teórico como la orientación práctica necesarios para la renovación europea en el siglo XXI.
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Ver también:
- El neoliberalismo está destruyendo Europa
Cristiano Marazzi. 19/09/2010 - Europa: Un continente a la deriva
Raúl Zibechi. 31/12/2015 - Europa en el vacío: sin Razón, sin Alma y sin Cultura
Gennaro Malgieri. 21/12/2023 - Cómo morirá la civilización occidental
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