Rusia, el país que preside los BRICS este año, ya está desarrollando una nueva forma de eludir las sanciones que es más que atractiva: la fusión de los sistemas de pagos de los países BRICS
Alberto Cruz, La Haine
Entretenidos con el auge del fascismo en Europa, puesto que ese ha sido el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo (aunque no solo en este continente) y las posteriores en Francia donde se ha parado circunstancialmente el avance neofascista, junto al espectáculo decadente del circo electoral en EEUU, hemos pasado por alto una fecha a recordar a partir de ahora: el 9 de junio. Ese día de 1974 Arabia Saudita y EEUU firmaron lo que se conoce como "el pacto del petrodólar", en virtud del cual Arabia Saudita vendía su petróleo solo en dólares a cambio de seguridad. El pacto tenía validez por 50 años. Esos 50 años terminaron el día 9 de junio y de ahí las constantes presiones, viajes incluidos, de EEUU no solo para la normalización con el IV Reich sionista, antes conocido como Israel, sino para que Arabia Saudita abandone el acercamiento a Irán, a Rusia y a China.
Desde hace un par de años, y más desde el 1 de enero de este 2024, cuando Arabia Saudita se integró en los BRICS, una pequeña parte del comercio petrolífero con China ya se hace en yuanes, pero a partir de ahora ya no hay ningún impedimento legal para ello a gran escala. Es poco probable que Arabia Saudita abandone completamente el dólar, pero no el que aumente la diversificación del comercio petrolífero en otras monedas, el yuan especialmente.