Los comentarios de Timothy Ash sobre la desaparición de la OTAN ponen de manifiesto la creciente preocupación europea por los compromisos de seguridad de Estados Unidos, mientras los líderes se apresuran a reforzar sus propias defensas en medio de la incertidumbre sobre la continuidad del apoyo militar estadounidense.
Kit Klarenberg. Al Mayadeen
El 3 de marzo, Timothy Ash, del grupo de expertos de élite británico en defensa Chatham House, vinculado al Estado, hizo una serie de proclamaciones sorprendentes en una entrevista concedida a Bloomberg. Su mensaje principal fue contundente: “La OTAN está muerta”.
Habló tras las muy públicas consecuencias del encuentro del 28 de febrero en el Despacho Oval entre Volodomyr Zelensky y Donald Trump. El impacto de esa debacle se hace sentir hoy, con la mayor parte de la ayuda y el intercambio de inteligencia de EE. UU. con Kiev ahora en pausa, a la espera de que el líder ucraniano firme un acuerdo de minerales por seguridad respaldado por la Casa Blanca.
Tachando la catastrófica cumbre de ‘emboscada’, Ash declaró que Trump y su adjunto J. D. Vance habían “expuesto muy claramente” que la alianza militar estaba moribunda a todos los efectos, sin esperanza de recuperación. Señaló que otros comentarios hechos por el presidente de Estados Unidos en la reunión del Despacho Oval indicaban una clara reticencia por parte de Washington a intervenir militarmente para proteger a los Estados bálticos en caso de que acabaran en guerra con Rusia, en aparente violación del artículo 5 de la OTAN:
Ahora debería quedar muy claro para los líderes europeos que la OTAN está muerta, que no podemos confiar en las garantías de seguridad de EEUU, nos lo han dejado claro… La OTAN ya está más o menos muerta… Incluso plantear dudas sobre si Estados Unidos apoyaría a algunos estados de la OTAN lo dice todo… Ya no podemos confiar en los estadounidenses. Tenemos que seguir adelante, tenemos que pensar en nuestros propios intereses nacionales, en nuestra propia seguridad, tenemos un período de transición muy difícil.