Jeannette Jara arrasó en todo el país, desplazando a la ex Concertación y al Frente Amplio. Si llegara a triunfar en las presidenciales de noviembre, sería un hito que iría a contramano del clima político que domina hoy América Latina.
Karina Nohales y Javiera Manzi, Jacobin
El domingo 29 de junio se realizaron en Chile las primarias para la elección presidencial que se vota en noviembre de este año. Fue una primaria de la coalición de gobierno donde participaron únicamente los partidos oficialistas, dado que la derecha no llegó a acuerdo para concurrir conjuntamente ni para inscribirse como pacto. Este es un hecho crucial: es la primera vez que participa un solo bloque político en las primarias presidenciales desde que se instauró el sistema de elecciones primarias en 2012.
Jeannette Jara Román, candidata del Partido Comunista y ex ministra del Trabajo del gobierno de Boric, se impuso con el 60% de los votos —unos 825 mil— ganando en todas las regiones del país. El aplastante porcentaje obtenido por Jara contrasta con el escaso 28% (385.379 votos) obtenido por Carolina Tohá —ex ministra del Interior y Seguridad Pública del actual gobierno— y candidata de la alianza Socialismo Democrático conformada por el Partido por la Democracia y el Partido Socialista. La derrota de Tohá, quien de acuerdo a las encuestas partió la carrera como favorita, viene a refrendar el ya asentado camino de retroceso electoral del llamado centro político, encarnado por los partidos de la ex Concertación.
Por su parte, Gonzalo Winter, diputado y militante del Frente Amplio —el partido del presidente Boric—, obtuvo apenas un 9% de los votos. El partido de gobierno llegó a la antesala de las primarias sin una candidatura propia, tras haber apostado hasta último minuto por una eventual postulación de Michelle Bachelet (PS), opción que fue finalmente descartada por la ex presidenta. Luego de una sucesión de declinaciones por parte de otras figuras del Frente Amplio, el conglomerado terminó por impulsar al diputado Winter —quien también había rechazado inicialmente ser candidato— a asumir la tarea. Con más de 60 mil militantes, la candidatura del partido presidencial alcanzó apenas 123.829 votos en esta primaria, lo que constituye una derrota clara para ese sector del oficialismo. Finalmente, Jaime Mulet, diputado de la Federación Regionalista Verde Social y ex militante democratacristiano obtuvo un predecible cuarto y último lugar con el 2,7% de los votos (37.659).
Con este resultado, de manera inédita, el Partido Comunista de Chile —casi ausente del sistema político hasta hace poco más de diez años— pasa a encabezar la coalición de centroizquierda, desplazando tanto a los partidos que tradicionalmente ejercieron ese liderazgo como a quienes lo han liderado recientemente.