Le haría bien al mundo un poco de verdad. Si se quiere tener alguna esperanza de sobrevivir a la próxima década, entonces hay que administrar un antídoto a la enfermedad de la rusofobiaEl ex periodista entrevistador de Fox News, Tucker Carlson, se ha convertido en un fenómeno de los medios independientes. Ahora se encuentra en Moscú, donde cometió el pecado mortal de entrevistar al presidente ruso Vladimir Putin. La entrevista está programada para transmitirse a las 6 pm, hora del este, este jueves 8 de febrero. No quepa duda: Tucker Carlson ha logrado uno de los logros periodísticos más memorables de la historia moderna, y cuando la entrevista salga al aire occidente podrá al fin saber la verdad de la Guerra de Ucrania. Pese a en Estados Unidos y Europa han amenazado con boicotear la entrevista y sancionar a Tucker Carlson (ya lo han tachado de antipatriota), la verdad sabrá imponerse.
La locura de Tucker es buena para el Mundo
La rusofobia desenfrenada amenaza la seguridad mundial al crear una falsa sensación de peligro en torno a la cual se formulan e implementan políticas que podrían llevar a una confrontación militar global (y a una guerra nuclear con Rusia). Si el mundo quiere tener alguna esperanza de sobrevivir a la próxima década, entonces se debe administrar un antídoto a la enfermedad de la rusofobia. Este antídoto no es difícil de conseguir: consiste en una verdad basada en hechos y fundamentada en una comprensión realista del mundo en el que vivimos, incluida una Rusia soberana. El verdadero problema es administrar este antídoto porque los vectores tradicionales para la difusión de información en el mundo actual –los llamados medios de comunicación dominantes– hace tiempo que han sido corrompidos por las mismas elites políticas y económicas que promueven la rusofobia y, con ello, las guerras permanentes.
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