Si no fuera por la intensa destrucción de empleo sufrida durante la crisis, España sería probablemente el país de la Unión Europea con un mayor porcentaje de empleo temporal. Pero la crisis ha golpeado con más fuerza a los temporales y al empleo aquí que en otros países de Europa, lo que ha dejado a Polonia como líder en la clasificación de trabajo temporal europeo y a España en segunda posición. Sin embargo, a medida que la creación de empleo vuelve a intensificarse, los 'temporales' vuelven a recobrar el protagonismo en el mercado laboral.
En el último informe de la Comisión Europea se muestran varias estadísticas que dejan al mercado laboral español en una posición más que cuestionable. Es el segundo país de la UE con mayor porcentaje de empleo temporal (24% sobre empleo total), sólo por detrás de Polonia que tiene un 28,4%. Por otro lado, de todos esos empleos temporales más del 90% son de forma involuntaria, es decir, preferirían tener un contrato indefinido. Sólo Chipre con un 95% supera esta tasa, detrás de España aparecen países como Rumanía o Eslovaquia con tasa de involuntariedad que rozan el 90%. Por el lado contrario de la tabla están países como Austria o Alemania, que no sólo tienen bajos niveles de empleo temporal, sino que tan sólo el 9% de esos temporales preferiría tener un contrato indefinido.
Además, de todos estos empleos, entre 2013 y 2014 sólo el 11% de los que empezaron con un contrato temporal consiguieron a lo largo del año un contrato indefinido. En este apartado Francia obtiene el peor resultado de todos al transformar sólo un 10% de los temporales en indefinidos. Por el contrario, Estonia, Reino Unido y Lituania con una conversión anual superior al 50% ocupan las posiciones de mayor transición de temporales a indefinidos.
Casi todo el empleo que se crea es temporal
Ahora que España ha comenzado a crear empleo con fuerza, los temporales vuelven a ocupar un lugar predominante tanto en las contrataciones como en los despidos. El Think Tank Fedea, señala que los datos de la EPA ponen de manifiesto que "el nuevo empleo creado es, sobre todo, de naturaleza temporal", con mayor incidencia en las regiones del sur de España.El informe sostiene que, en el último año, el número de asalariados con contrato temporal ha aumentado en unos 335.000, mientras que el de asalariados con contrato indefinido alrededor de la mitad. "Dado el peso relativo tan dispar que tiene cada una de las modalidades de contratación, es evidente que el peso de la creación de empleo está sobre todo cayendo sobre los contratos temporales". Esta situación puede afectar a la productividad y a la calidad de vida de los empleados, sus decisiones de compra e inversión quedan en el aire cuando la duración de su relación laboral con la empresa tiene un tiempo limitado.
"Se utiliza mayormente el margen extensivo de ajuste, es decir, la contratación y el despido de trabajadores temporales", señala el informe de Fedea, que apunta con posterioridad que en el pasado año, en el que la actividad ha crecido, "el empleo también lo ha hecho, pero fundamentalmente en la contratación temporal".
Efectos sobre la economía
Un exceso de empleo temporal y con una escasa transición hacia el indefinido termina afectando sin duda a la productividad, los salarios y, por ende, a la economía del país en general. Y es que los empleados con un contrato temporal no sólo gozan de menor protección sino que además las empresas suelen invertir mucho menos en su formación, puesto que no suele ser rentable formar a un empleado que no va a ser 'indefinido'.A la postre, esta situación termina repercutiendo sobre la productividad en las empresas que tienen un porcentaje importante de sus empleados sin la formación que hubieran obtenido con un contrato indefinido. Las compañías suelen incidir en la formación de los 'indefinidos', mientras que los 'temporales' suelen quedar olvidados porque su trabajo en la empresa es por un tiempo limitado, de modo que no suele ser rentable invertir en su formación.
Como señala un reciente informe de La CaixaResearch, "las empresas menos productivas destruyen más empleo y las más productivas crean más, por lo que la reasignación del trabajo de unas a otras aumenta la productividad agregada. El potencial de los países de la eurozona para mejorar la reasignación de factores es elevado según el FMI, y la eliminación de las distorsiones que lo obstaculizan podría incrementar la tasa de crecimiento de la productividad".
"La rígida legislación de la contratación permanente acaba incentivando, como ha ocurrido en la mayoría de países de la Eurozona, una flexibilidad laboral basada en un uso recurrente de los contratos temporales. La sustitución de empleos fijos por temporales es contraproducente porque desincentiva la inversión del individuo en educación y la inversión de la empresa en capital humano".
"Así, este tipo de flexibilidad laboral acaba provocando una disminución de la productividad a nivel empresarial y perjudica a aquellas personas que, después de perder el empleo, no consiguen mejores oportunidades laborales (sufren pérdidas de ingresos o peores condiciones laborales en su nuevo trabajo)", sostiene dicho informe de la entidad catalana.
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