Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
miércoles, 19 de junio de 2013
El abismo social coloca a EE.UU. a los bordes de otra Gran Depresión
La desigualdad en Estados Unidos ha llegado a un punto donde la brecha de ingresos amenaza a la economía, lo que podría desembocar en una nueva Gran Depresión.
Después de la Segunda Guerra Mundial hasta el final de la década de 1970, los ingresos de todas las categorías de la población crecieron de manera uniforme, como explican economistas del sitio ruso Finmarket.ru, sobre la base de un discurso del jefe del Consejo de Asesores Económicos del presidente de Estados Unidos Alan Krueger titulado 'El crecimiento y consecuencias de la desigualdad en EE.UU.' The Rise and Consequences of Inequality in the United States.
Sin embargo, desde el comienzo de los años 80 esta tendencia se revirtió y las políticas iniciadas por el gobierno de Ronald Reagan aceleraron el proceso de la desigualdad. Sólo en la administración de Bill Clinton, y el fuerte crecimiento económico de ese período, permitió que todos los residentes de Estados Unidos aumentaran sus ingresos. En la pasada década se registró una disminución de los ingresos reales de la clase media y un importante aumento en el ingreso de los más ricos. El 1% de las familias más ricas ha aumentado sus ingresos reales en un 278% en los últimos 30 años. Paralelamente, los presupuestos de los hogares de clase media crecieron menos de un 40%.
Todo esto coloca a la economía de Estados Unidos en una situación muy peligrosa, dado que la última vez que existió una brecha de esta índole fue en los años previos a la Gran Depresión. A modo de ilustrar la relación entre la concentración de la riqueza en una generación y la capacidad de las generaciones futuras para ascender en la escala económica, Alan Krueger introduce en su informe el término especial "curva del Gran Gatsby" que demuestra que los ingresos de los padres determinan completamente los ingresos futuros de sus hijos.
En Estados Unidos la correlación entre los padres y sus hijos es aproximadamente del 0,50 y las probabilidades de que una persona nacida en una familia con bajos ingresos vaya a ganar igual que los ricos son muy ilusorias. Con la Curva del Gran Gatsby, Krueger pronostica que la desigualdad de ingresos en la próxima generación de estadounidenses se incrementará en un 25 por ciento. Esta brecha de ingresos erosiona la clase media, perjudica a la economía y junto a acelerar el estallido social instala a la principal economía del planeta al borde de una nueva gran depresión.
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