"Hay una batalla por la supremacía global. No se atreven a llamarla guerra, pero es una guerra", dice, Jalife-Rahme, a propósito de la presentación de su nuevo libro El híbrido mundo multipolar. Un enfoque multidimensional. El título alude a lo que el especialista caracteriza como la pérdida de poder del viejo orden mundial, representado por el Grupo de los 7 (G-7): Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Japón, Francia, Italia y Alemania, a la vez que se da el ascenso en poderío económico de los llamados BRICS: Brasil, Rusia, India, China y, recientemente, Sudáfrica.
"Estamos ante una situación del incipiente mundo multipolar, en el que el G-7 pierde su hegemonía frente al ascenso de los BRICS", dice el especialista. En el libro, nutrido por varias de sus colaboraciones bisemanales en este diario, analiza el mundo en un enfoque, como lo llama, multidimensional.
"Desde el punto de vista geoestratégico hay un empate técnico, nuclear, entre Estados Unidos y Rusia. Ahí ni siquiera juega China. Los dos grandes actores son Estados Unidos y Rusia, que resucita de entre los muertos debido al error que cometió Georgia (una antigua ex república soviética) al invadir o aplastar a Osetia del Sur en 2008. Entonces Rusia demostró, después de la caída del muro de Berlín, que no estaba muerto"Frente a esa situación de equilibrio claramente definidia, desde un punto de vista económico opera una dimensión multipolar. Jalife-Rahme lo explica en términos de la dialéctica que juega en el llamado Grupo de los 20, que reúne a los países con las 20 mayores economías del planeta medidas por su producto interno bruto.
“Ahí queda claro que, por un lado, está el G-7 en descenso, endeudado, sin ahorros, en plena decadencia. Y, en cambio, los BRICS en ascenso, con tendencias al alza, muchos ahorros y poco endeudamiento. Ahí es muy diáfana la ecuación. Es un híbrido porque marca el fin de la unipolaridad estadunidense y estamos entrando a una nueva era de la multipolaridad que todavía no tiene instituciones ni se ha hecho cargo del planeta”
De manera destacada, esta fase de contradicción entre un poder económico cuestionado, el G-7, y otro en ascenso, los BRICS, está marcado también por una crisis de varias dimensiones, como lo explica el analista. Se han sucedido la crisis financiera de 2008, que deriva en crisis económica, una crisis energética y también alimentaria.
“Estamos hablando de una crisis multidimensional. Es una crisis de la civilización occidental porque además ahora tenemos la revuelta de los jóvenes desempleados, que no es sólo el mundo árabe. Ya le tocó a Gran Bretaña. En Estados Unidos, 86 por ciento de los jóvenes graduados regresan a su casa y España está al borde de un estallido, es el país europeo que más desempleo juvenil tiene"Una tercera dimensión abordada en el libro tiene que ver con lo que el especialista lleva al ámbito de lo geofinanciero, en el que ahora mismo se está dando "una gran paradoja" que marca la crisis de un modelo vigente hasta ahora.
"Es una crisis de civilización porque una sociedad, una civilización, que no le puede dar empleo a sus jóvenes, primero, se está suicidando con su gobernabilidad y, segundo, se está suicidando para el futuro. Porque al final de cuentas los jóvenes son los que van a gobernar. Ahí queda clara la cuestión geoeconómica, estamos hablando de un mundo multipolar"
“A nivel geoestratégico, realmente todos los acuerdos que hemos visto entre Estados Unidos y Rusia apuntan a un equilibrio. A nivel geoeconómico es muy claro, es decir, el G-7 está derrotado, el mundo se va a Asia y sobre todo al mundo del BRIC. No hay que perder de vista Brasil, que es el gran milagro. China siempre fue civilización, igual que India y Rusia. Brasil es el fenómeno. El quid del caos mundial y donde se va a dar el nuevo orden mundial es el orden geofinanciero porque guste o disguste el dólar sigue reinando aunque sea una divisa chatarra”.
"La gran batalla del siglo XXI, es el dólar. Lo que le suceda al dólar va a ser el nuevo orden mundial".
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